Con el liderazgo de Bertolo y el apoyo de la vieja guardia, Banfield encontró la receta para bajar candidatos
ROSARIO.– La vieja guardia de Banfield quiere recuperar la memoria. Quiere sentir otra vez que con la conducción de Julio César Falcioni, la ilusión puede estar mas cerca de lo pensado. Claro, no se trata aquí de hacer futurología y poner un prematuro rótulo de candidato cuando recién se acerca la mitad del recorrido. Un camino al título se construye con pequeños aciertos, con logros continuados, con toques de suerte, con pinceladas de los que saben.
Allí está Banfield, agazapado, mostrando señales de fiereza. El resto de los equipos ya sabe que está en presencia de un equipo fuerte, mañero, intenso, ganador. En dos fechas consecutivas, tumbó al puntero y hasta entonces invicto Estudiantes, en el Florencio Sola, y luego llegó a Rosario, y arremetió contra el escolta, Newell’s, dejándolo sin invicto como local.
Las dos victorias tienen de alguna manera un hilo conductor: nacieron de la adversidad. Ante Estudiantes, Banfield caía 1 a 0 con gol de Lucas Rodríguez, y en un lapso de 18 minutos anotó tres goles ante uno de los equipos defensivamente mas sólidos del torneo. Una mirada de francotirador para dar en el blanco consecutivamente de Santiago Silva, Mauricio Sperdutti y Walter Erviti, le permitió cambiar el rumbo.
Ayer, en el Estadio Marcelo Bielsa, el desarrollo en este caso fue adverso en gran parte del partido. De hecho, la primera aproximación al arco del seguro Luciano Porcnjc fue un remate de Erviti desde afuera del área, que el N° 1 sacó esforzándose en un acertado vuelo, a los 15 minutos de la segunda parte.
Hasta allí, y sin ser tremendamente superior, Newell’s había impulsado las acciones del partido y llevado peligro a la valla de Navarro. Con una cuota de juego de Formica, las corridas de Amoroso y algunas intervenciones de Scocco, el local hizo méritos incluso para llegar al gol.
Newell’s, con sus emblemas, quería saltar a la punta con un triunfo, a la espera del partido de Estudiantes, hoy contra Talleres de Córdoba. Pudo ser de Formica, tras una jugada preparada con Maxi Rodríguez; pudo ser de Paz, pero el palo izquierdo de Navarro lo negó; tuvo una doble chance de cabeza Ignacio Scocco, pero el arquero del Taladro dijo que no. No fue, definitivamente, el día de Newell’s.
La que sí apareció fue la vieja guardia del Taladro. En la adversidad, son pocos los que pueden leer entrelíneas los vaivenes del partido como lo hace Erviti. Junto al interminable Tanque Silva y al resucitado Bertolo, identificaron una hendija por donde hacer pasar su talento y transformar una tarde regular en una victoria valiosa.
Es cierto que Banfield había mandado en el segundo tiempo algunas señales de tener más intensidad, pero igual no le alcanzaba. Quizá, como en el tenis, donde se utiliza la fuerza de la pelota rival para dañar, el equipo de Falcioni aprovechó el espíritu ofensivo que intentó mostrar Osella desde los cambios, para saber que en un partido “quebrado” podía sacar rédito.
Aparecieron los tres jugadores mas desequilibrantes para unirse tocar y abrir el marcador. Una jugada exquisita de Silva y Erviti, terminó con gol de Bertolo de cabeza, en posición de 9, a los 28 del segundo período. Hasta allí, sobrada eficacia. Los números son claros: entre los tres anotaron 13 de los 17 goles del equipo. Silva lleva siete, y los otros dos, tres cada uno. Salvo en el debut con River, cuando marcó Silva, siempre que anotaron, sumaron puntos.
El segundo gol, también obra de Bertolo (y tras otra asistencia de Silva), definió el encuentro: Newell’s estaba jugado y Banfield lo esperó, agazapado, para el contragolpe. En uno de ellos, el uruguayo tiró un centro bajo y encontró a Bertolo debajo del arco. “Me siento con confianza. Nunca dejé de creer. Me voy conforme. Somos un equipo duro y molesto. Hoy lo demostramos. Fuimos justos ganadores”, señaló el goleador.
Y, tras el partido Bertolo volvió a dejó en claro su amor por el Taladro: “A este club lo quiero mucho. Por ahí se me critica demasiado. Ojalá que hoy empiecen a creer de vuelta en mi”. Y no ahorró elogios para sus compañeros: “Silva es un tipo que deja la vida en cada partido, en cada entrenamiento. Es un gran ejemplo para todos”.
Ahí va Bertolo, el renacido, abrazado a la vieja guardia de un equipo que vuelve a pelear. Los que quieren poner a Banfield otra vez en la conversación. Si repiten la última media hora de ayer, pueden ser cosa seria.