Un Camp Nou repleto recordó al Chapecoense
¿Qué estaría pensando Lionel Messi cuando el Camp Nou enmudeció antes del partido, embargado de dolor genuino en el recuerdo de los jugadores del Chapecoense? Por primera vez capitán en un clásico, al argentino le tocó ponerse al frente junto a Sergio Ramos de una formación de jugadores de los dos equipos, unidos como nunca por una pancarta en la que se leía: “Fuerza Chape”.
Messi voló hace un mes junto a sus compañeros de selección en el avión que se estrelló el lunes en Medellín. Ayer durante el minuto de silencio se lo vio conmovido, serio, con las manos juntas y la mirada clavada en el césped. Unos pasos atrás, Neymar tenía los ojos llenos de lágrimas. Él conocía a varios de los jugadores que murieron en la tragedia. El delantero brasileño había querido hacer su propio homenaje: llegó al estadio con la camiseta verde del Chapecoense colgada del hombro. Después publicó fotos en las redes sociales para que quedara bien clara su intención.
El homenaje celebrado ante cientos de millones de espectadores de todo el mundo había sido fruto de un acuerdo entre los presidentes de Real Madrid, Florentino Pérez, y de Barcelona, Josep Maria Bartomeu. Querían dar una muestra extraordinaria de unidad, con todos los titulares entremezclados como si no fueran rivales.
Se dio al mismo tiempo que en Chapecó, estado de Santa Catarina, más de 100.000 personas asistían en el estadio Arena Condá al velatorio de los 51 muertos que tenían vinculación directa con el club, entre jugadores, cuerpo técnico y directivos.
El avión de la aerolínea boliviana Lamia se vino a tierra el lunes por la noche a raíz de una aparente falla en el cálculo del combustible. Murieron 71 personas y hubo seis sobrevivientes, tres de ellos jugadores del Chapecoense. El humilde equipo del sur de Brasil se dirigía a Colombia para disputar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional de Medellín.
Las muestras de respeto con las víctimas se sucedieron en los estadios de todo el mundo, pero ninguna imagen tuvo más fuerza que la de culés y madridistas. El minuto de silencio terminó con casi 100.000 personas gritando “¡Chape, Chape!”.