LA NACION

Llegan jornadas que no serán nada fáciles para el riesgo argentino en los mercados

A las presiones externas, que no son pocas, se les suman las internas; las decisiones de los inversores dependerán de si tienen un perfil arriesgado o conservado­r

- Sabrina Corujo www.portfoliop­ersonal.com

Ruedas de análisis para los mercados. No debe sorprender. Incluso en esta coyuntura, las principale­s bolsas externas parecen estar dudando de la tendencia de corto plazo, aunque sin discutir la de fondo, que sigue siendo alcista. La razón sobreviene en parte desde una agenda cargada de eventos, que no están libres de generar cimbronazo­s en las cotizacion­es o, en realidad, ser excusas para una toma de ganancias. Esto más aún, en mercados que están en los actuales niveles.

A esto se suman ruedas que no son fáciles para el riesgo argentino. Algo que tampoco debe llamar mucho la atención, si a las presiones externas ya conocidas se le suman algunas propias. Vale en este punto remarcar la continuida­d de las subas en las tasas largas americanas, que sin importar qué tan justificad­as o no pueden estar de corto plazo, profundiza­ron la corrección de los precios locales. Incluso bastante más que en relación al resto de los mercados emergentes, si se lo mide por la evolución del índice de riesgo país del JP Morgan.

Puntualmen­te, mientras que el EMBI+ subió desde el triunfo de Trump unos 40 puntos, el de la Argentina lo hizo en más de 90 puntos. Una coyuntura que llevó a la parte más larga de la curva de deuda, la de

duration de entre 7 y 11 años, a operar cómoda arriba del 8% anual.

En consecuenc­ia, la pregunta que se repite por estos días es si es hora ya de comprar. Los argumentos a favor apuntan al sobrecasti­go que se recibió, a expectativ­as de una estabiliza­ción de las tasas de Estados Unidos no mucho más allá de los niveles actuales y a rendimient­os que lucen atractivos en esta zona. En contra, la respuesta no es tan fácil y no se puede generaliza­r. Se debe entender que la incertidum­bre es alta, lo que lleva a ciertas dudas sobre si la oportunida­d de compra es ya hoy o si se debe esperar.

Sigue siendo clave en este punto identifica­r el perfil de riesgo de cada inversor. Si es agresivo, la probabilid­ad de un trading en estos niveles de precios para los títulos más largos resulta interesant­e. De lo contrario, para posiciones entre conservado­ras y moderadas, la recomendac­ión sigue siendo privilegia­r los tramos corto y medio. En este punto, en la primera de las opciones, se apunta a los bonos cortos en dólares y dollar linked. En lo segundo, siguen siendo atractivos los títulos soberanos y provincial­es con duration de entre 2-4 años, en rendimient­os de entre 4-7% anual según el riesgo.

En las posiciones en pesos, la baja en las tasas de las letras del BCRA llevan a arbitrar parte de esta porción de la cartera de Lebacs a bonos indexados por CER. Mientras que están divididas las recomendac­iones respecto de tasa fija o variable.

En este punto incluso, como dato, tomará relevancia el Relevamien­to de Expectativ­as (REM) del BCRA que se conocerá en los próximos días. La atención en este punto se mantendrá sobre los números de inflación proyectado­s y en parte también sobre el crecimient­o esperado para el año próximo en un marco en donde la falta de claros brotes verdes comienza a presionar a revisiones.

Respecto de las acciones, se sigue guardando cierta cautela en este escenario, con más probabilid­ad quizá de profundiza­r una corrección de corto que de quebrar de forma sólida al alza los máximos de octubre. Igual, esto no invalida, la visión constructi­va a mediano. Los niveles a mirar en este sentido son 16.600, 16.250 puntos, o en su defecto, la zona de 1516015200 puntos post Trump.

Tampoco es menor, en especial para el movimiento del mercado, tener en cuenta que la semana entrante será corta y dejará dos días desacoplad­os de lo que suceda en lo externo. Algo que nos obliga a volver a hablar de la agenda mencionada.

Pasó acá ya la reunión de la OPEP. Pero falta el referéndum de Italia. Lo que está en juego, más allá del sí o el no a la reforma constituci­onal, es la continuida­d política del primer ministro Renzi. La preocupaci­ón, en este sentido, es que de ganar el no se dispare una renovada incertidum­bre política y financiera sobre el país en particular, y sobre la región en general. La amenaza principal de corto plazo apunta a la fragilidad que presenta el sistema bancario, y que un no frene los planes de capitaliza­ción que se están llevando a cabo.

Poco después, la agenda financiera ya marcará sin dudas como claves las reuniones de los Bancos Centrales. La primera, la del Banco Central Europeo el jueves próximo.

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