Los encantos de Asunción
Visitar Asunción por primera vez fue un lindo desafìo ya que tenía ciertos prejuicios, sobre todo por el tema climático. Aunque apenas tuve la oportunidad de conocer a su gente y sus espacios generosos, más la cordial bienvenida al visitante, disfrute muchísimo de este corto paseo de dos días. En avión edsde Ezeiza, en hora y media se toca suelo paraguayo. Esa mañana caminé hasta la Avenida España a comprar, según una recomendación, la salsa que no tenemos más en Argentina, la Wilde, a la Casa Rica. Un supermercado gourmet del que es imposible salir con las manos vacías: ¡Hay de todo! También fuimos a un hotel boutique en la zona Villa Morra , donde almorzamos un riquísimo buffet servido en una galería rodeada de vegetación exuberante. La visita a la ciudad es un para conocer los distintos barrios y las casonas (casi quintas). Hay un polo de restaurantes donde se ubicaron varios argentinos como por ejemplo Piegari . Luego fuimos a la tardecita, bajada del sol, a la zona céntrica y antigua de Asunción. Mucha historia se percibe recorriendo estas calles, además de los hoteles más típicos . Descubrí la costanera sobre el río Paraguay , toda iluminada, la central de trenes construida por los ingleses, la plaza donde se luce la Catedral, el Palacio de los López, sede del gobierno nacional… Hay casonas viejas recicladas por algunas cadenas hoteleras que hicieron pizzerías, bares y parrillas muy bien logradas. Otros atractivos son los shoppings, que tienen todas las marcas internacionales, o el espacio que posee la Confederación Sudamericana de Futbol, un predio verde con un museo y con salones para congresos. Como despedida fui al Resort Yacht & Golf Club, donde por la cercanía al rio, la salida en barco es recomendable. ¡Jugar al golf en su cancha de 18 hoyos será un para mi próximo viaje!