Contadora y mamá. “Creí que nunca iba a poder tener hijos”
Verónica Martínez | Santa Rosa, La Pampa | 38 AÑOS
“Me crié creyendo que no estaba destinada a ser mamá. Las personas con discapacidad somos consideradas seres asexuados y no cumplimos con los estereotipos de la estética. Mi marido vino a romper con esos prejuicios que hasta yo misma tenía”, dice Verónica Martínez. “Soy uno de los primeros casos registrados en la Argentina de embarazo y maternidad en una mujer con atrofia muscular espinal (AME).”
La AME es una enfermedad neuromuscular y genética, que se manifiesta por la falta de una proteína neuromotora en la médula espinal. “Eso hace que no tenga fuerza. Siempre dependo de alguien: para vestirme, ir al baño, higienizarme, hasta para alcanzar un control remoto”, explica Verónica, que desde el año de vida usa una silla de ruedas para trasladarse. Sin embargo, estas dificultades no le impidieron ser contadora ni formar una familia: hoy, con 38 años, vive en Santa Rosa, La Pampa, junto a su esposo, Marcelo, y sus dos hijos: Lautaro (4) y Alina (2).
Considera que el apoyo “excepcional” de sus padres fue clave en su desarrollo profesional y personal. “Desde chiquita tuve en claro que podía hacer las mismas cosas que el resto de los chicos, aunque obviamente se presentaban, como pasa todos los días de mi vida, limitaciones o cosas que no puedo hacer –recuerda–. Pero siempre las acepté y me focalicé en lo que sí puedo.”
Con Marcelo –que es gasista y electricista– se conocieron por chat en 2005. Después de un año de charlar a la distancia, él se mudó de Morón, donde vivía, a La Pampa.
“Los chicos han iluminado nuestra vida. Más allá de que no los pueda levantar, bañar o cambiarles el pañal, ellos deben sentir que estoy cerca”, sostiene. Y explica que la voz juega un rol clave.
Considera que la relación con sus hijos es muy especial: “Desde bebes fueron observando cómo es tener una mamá con discapacidad, ven que continuamente hay que asistirme y quieren colaborar”.