LA NACION

La obsesión de Gallardo no eran los Rojos, sino Boca y la Copa Argentina

El ensayo del Muñeco de usar una formación alternativ­a y darle descanso a los habituales titulares, no dio resultado

- Andrés Vázquez

La estación del torneo local indicaba que se trataba de un clásico, aunque en esta instancia pareció algo relativo. Era en Avellaneda y ante Independie­nte. Pero a River, íntimament­e, poco le importaba la historia. Para el equipo de Núñez el foco siempre estuvo en otro lado. Para Marcelo Gallardo el compromiso ante los Rojos de ninguna manera lo iba a sacar del plan trazado. Incluso, cuando eso implicase una derrota, como finalmente fue la excursión al Libertador­es de América. Es que en la ruta de los millonario­s hay asuntos más trascenden­tes: primero el superclási­co con Boca, la semana próxima en el Monumental, y después la final de la Copa Argentina ante Rosario Central. En ese contexto es que el Muñeco entendió que tenía que darle espacio a la versión alternativ­a y podía cuidar las energías de su elenco principal.

La apuesta del entrenador de River resultó todavía más arriesgada. Gallardo entendió que debía mezclar juventud con experienci­a y allí dio otro golpe porque fue el debut para varios futbolista­s y en un clásico ante los Rojos. Si bien le dio el primer juego desde el arranque a Marcelo Larrondo, una de las incorporac­iones que no había podido estar antes por una rebelde sinovitis, también resultó el estreno oficial en el campeonato para Matías Moya y Franco López (que había debutado contra Liniers de Bahía Blanca, pero por Copa Argentina)

Fue una jornada en la que quedó en evidencia la necesidad de River por llegar en las mejores condicione­s para el choque con Boca, con todo lo que eso implica. Gallardo sabe que salir bien parado del superclási­co lo pone en un lugar distinto de cara a la final con Central. Terminar herido en el superclási­co puede complicar todo lo proyectado.

Gallardo siempre asume los riesgos y ayer volvió a darle forma a un bloque defensivo distinto: diseñó la octava defensa en lo que va del semestre. Si bien Lucas Martínez Quarta y Gonzalo Montiel ya habían jugado juntos en la zaga central en el duelo ante Huracán, darle espacio a Camilo Mayada por el lateral derecho y a Luis olivera por el andarivel izquierdo, volvieron inédita a la defensa que dispuso el Muñeco.

La juventud del equipo también fue algo especial para River en el clásico ante Independie­nte. El plan B de los millonario­s arrojó un promedio de edad de 22 años, una situación que no se daba desde hace 8 años, ya que la última vez que un entrenador (Diego Simeone) dispuso una formación tan joven, fue el 6 de abril de 2008, cuando River se impuso a Lanús 1-0, con un gol de Diego Buonanotte.

No fue una determinac­ión sencilla la que tomó el Muñeco, pero claro que no lo obsesionab­a el duelo con Independie­nte, sino que lo desvela volver a ganarle a Boca y poder quedarse con la Copa Argentina.

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MAURO ALFIERI Gallardo apostó por un plan diferente, sin resultados.

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