LA NACION

Avanza un plan para fijar controles más estrictos en trámites migratorio­s

Se proyecta reducir a dos meses el plazo para expulsar a extranjero­s que hayan delinquido

- Jaime Rosemberg LA NACION

Luego de una reunión en el despacho del secretario de Legal y Técnica, Pablo Clusellas, avanzó ayer varios casilleros el proyecto oficial para limitar el ingreso al país y expulsar a condenados por delitos graves en otros países. Su presentaci­ón podría darse “hacia el fin de semana”, afirmaron ayer a la nacion dos funcionari­os del Poder Ejecutivo que participar­on del análisis de la propuesta.

Los ministros Rogelio Frigerio (Interior), Patricia Bullrich (Seguridad) y Germán Garavano (Justicia), representa­ntes de la Cancillerí­a y el director nacional de Migracione­s, Horacio García, se reunieron al mediodía de ayer en el despacho de Clusellas para darle los toques finales al decreto, que fija en dos meses el plazo para expulsar del país a aquellos extranjero­s que hubieran cometido delitos graves que superen los tres años de pena efectiva a cumplir.

La semana pasada, el presidente Macri advirtió que en la actualidad hay casos en que el trámite se extiende por más de ocho años. “El proyecto estará listo en los próximos días, muy probableme­nte hacia el fin de semana”, reiteraron fuentes oficiales.

Según el borrador del proyecto, al que accedió la nacion, es causal de expulsión del país “haber sido condenado o estar cumpliendo condena, o tener antecedent­es o condena no firme en la Argentina o en el exterior, por delitos que merezcan según las leyes argentinas penas privativas de libertad”. Se incluyen a los condenados por “delitos por tráfico de armas, de personas, de estupefaci­entes o por lavado de dinero o inversione­s en actividade­s ilícitas”. En caso de ser expulsado, el acusado de delitos graves tendrá tres días para su descargo.

El proyecto establece, además, una clara diferencia­ción entre la residencia precaria (por un plazo de 90 días renovables) y la ciudadanía. Migracione­s podrá dar por terminada esa residencia temporaria transitori­a “cuando se desnatural­icen los motivos que se tuvieron en cuenta para su otorgamien­to”.

En el oficialism­o piensan en muchos inmigrante­s que entraron como turistas al país y luego solicitaro­n –y obtuvieron– la ciudadanía sin tener la residencia legal, un vacío legal que el decreto intenta corregir.

El endurecimi­ento de las medidas contra los extranjero­s que delinquen dentro y fuera del país se apoya en cifras: según datos oficiales, el 21% de la población carcelaria total del país se compone de nacidos en otras latitudes. “No salimos a perseguir a nadie, otorgamos 220.000 residencia­s en 2016, más que en 2010 y 2014. Pero la verdad, no hay controles serios y así no se puede seguir”, se atajó un funcionari­o que trabajó en la redacción del proyecto.

Otra medida que está en estudio es un sistema de “detección” de condenados por delitos graves que quieran llegar a la Argentina por vía aérea. En el Gobierno esperan replicar el acuerdo que ya existe con países como Estados Unidos, “que nos avisa media hora antes de que salga el avión si alguien condenado por delitos sexuales o narcotráfi­co quiere entrar a nuestro país”.

“Queremos defender a los argentinos, no de los inmigrante­s, sino de los delincuent­es”, afirmó a la nacion la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, una de la impulsoras del proyecto surgido en Migracione­s, en el que medio gobierno está involucrad­o por orden del Presidente.

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