Ansiedad digital. “Me clavó el visto”, el punto débil de las relaciones
La demora en la respuesta virtual genera angustia en los jóvenes
Si ve el mensaje pero no responde ( “el famoso clavar el visto”), si está en línea, su último horario de conexión, qué le gusta en Facebook, qué retuitea o a quién le da like... Los jóvenes de hoy moldean sus relaciones amorosas según lo que interpretan de los rastros que van dejando sus parejas gracias a las nuevas tecnologías, lo que les produce una enorme ansiedad.
Ahora que la comunicación vía WhatsApp o Facebook es casi monopólica, la inmediatez se transformó en moneda corriente y la espera de la respuesta del otro se hace casi insoportable, hasta dolorosa. Al menos eso es lo que evidencian las 25 entrevistas a jóvenes de 18 a 24 años realizadas por sociólogos del Conicet. El estudio, titulado “«Me clavó el visto»: los jóvenes y las esperas en el amor a partir de las nuevas tecnologías”, demuestra que la demora en la respuesta virtual esconde situaciones de poder. “Si le mando un mensaje, lo lee y no me responde, lo quiero matar. Veo que en Facebook le likeó algo a un amigo y me da una bronca”, admite Melina Singer, de 27 años, y en pareja hace dos con Alan.
En el juego del amor, todo acto es un signo a ser interpretado, decía Roland Barthes allá por los años 70. Una palabra, un gesto corporal, un regalo, una caricia, un silencio... Deberíamos agregar, ahora, las nuevas tecnologías y aplicaciones para la comunicación. El abanico interpretativo se abre hoy a los emoticones, los tiempos de respuesta, si ve el mensaje pero no responde ( “clavar el visto”), si está en línea, su último horario de conexión, qué le gusta en Facebook, qué retuitea o a quién le da like, etcétera. ¿Qué rol juegan entonces las nuevas tecnologías en el vínculo amoroso?
Entre los jóvenes, la comunicación vía WhatsApp o Facebook es casi monopólica. Y en tiempos de inmediatez, la espera de la respuesta del otro se hace cada vez más insoportable y hasta dolorosa. Estas son algunas de las cuestiones que surgieron en las 25 entrevistas a jóvenes de 18 a 24 años realizadas por tres sociólogos del Conicet: Martín Boy, Mariana Palumbo y Maximiliano Marentes.