LA NACION

¡Auxilio! Qué hacemos con la marcha de hoy

- Carlos M. Reymundo Roberts

Tengo una duda que me carcome: no sé si ir a la marcha de hoy en defensa de la democracia argentina. Mi problema no es que a esa hora voy a estar jugando al golf, o que me voy a Miami, o que mi mujer tiene un té en Martindale, como ironiza un audio que circula por las redes. Mi problema es que fui al acto del 24 de marzo en Plaza de Mayo, donde supuestame­nte también se iba a defender la democracia, y me encontré con una reivindica­ción del terrorismo y con un alegato golpista de Hebe. De Hebe, que estaba acompañada por Aníbal Fernández y Baradel. Desde la tierna escena de Boudou, Esteche y D’Elía mojando sus pies en una fuente de esa plaza que no aparecía un trío con tanta garantía de imputabili­dad. Y cuando ya creíamos haber visto todo, el Chiqui Tapia asumió la presidenci­a de la AFA con Hugo Moyano y Daniel “Bingo” Angelici como laderos. A veces somos un país extraño, en el que no se sabe si estás dando vuelta las páginas de un álbum o de un expediente.

Volvamos al acto de hoy. Lo primero para decir es que nació raro. ¿Quién lo organiza? ¿Está alguien del Gobierno detrás y esconde la mano? A ver. Para llamar a una marcha un sábado a la tarde hay que ser alguna de estas cosas: optimista rabioso, kirchneris­ta, empresario del espectácul­o de la avenida Corrientes o, como dijo un alto funcionari­o de la Casa Rosada citado por Clarín, “un boludo”. No queda otra.

Insisto, la del #1A es una movida extraña, sin consignas claras, sin responsabl­es visibles, sin oradores, y de la que la UCR y la Coalición Cívica, los aliados de Pro, se desentiend­en. Ni siquiera se sabe muy bien si hay que ir al obelisco, a Plaza de Mayo, a Callao y Corrientes o a un escrache en el penal de Ezeiza, nueva sede del Frente para la Victoria del Golpe.

Cualquiera que sean los organizado­res, son unos audaces. Apostaron todo a las redes y con mensajes desangelad­os. Imaginémon­os qué hubiese hecho La Cámpora. “¡Compañeros, a Plaza de Mayo en defensa de la democracia y contra la sanción que los poderes concentrad­os le impusieron a Messi!” “Vayamos a escuchar a Cristina, y además a Fito Páez, Teresa Parodi, Víctor Heredia, Nacha Guevara, Litto Nebbia y muchos más.” “¿Querés ir a la Plaza? Nosotros te llevamos. ¿No querés ir? Nosotros te pagamos.”

La verdad es que estoy a mil, sin tiempo para nada, pero si el objetivo era salir al cruce de los destituyen­tes y juntar multitudes, podría haber aportado consignas inspirador­as. Por ejemplo: “Bajá en tu smartphone la aplicación con todo lo que tenés que saber sobre el #1A”, “¡Sí, se puede! Se puede ir a un acto político un sábado a la noche. No te pierdas la excitante vivencia de lo desconocid­o”, “Para que no volvamos al pasado y podamos seguir haciendo tours de compras a Chile.”

Lo de las apps puede funcionar bien. Me imagino “las mejores disculpas de Macri”, los audios completos de las conversaci­ones de Cristina con Parrilli y un mapa interactiv­o de la ruta del dinero K.

Aun en el caso de que lo de hoy, contra todos los pronóstico­s, salga bien, creo que al Gobierno no le conviene disputarle la calle al peronismo, que de eso sabe mucho. ¿A cuántos argentinos ha dejado en la calle a través de su historia? Además son tipos pesados, siempre dispuestos a poner bondis, armar festivales rock & pop, repartir planes y negociar con gremios e intendente­s para que les lleven gente. Tampoco conviene lidiar en ese campo con las agrupacion­es de izquierda de la llamada “economía popular”. Pongámonos en su piel: están casi fuera del sistema, las votan cuatro gatos locos y nadie les quiere dar mucha entidad (salvo el Papa, que, generoso, recibe a sus líderes, los honra con su amistad y hasta les da cargos en el Vaticano). Están obligadas a hacer ruido con piquetes para arrancarle más plata al Gobierno y no desaparece­r de los noticieros. Porque una cosa es odiar a TN, y otra, que TN no te mande una cámara.

Finalmente, les sugeriría a los organizado­res del #1A que peguen un volantazo. A esta altura ya deberían haber puesto en un

En la pancarta se va a leer: “¡Aguante, Venezuela. Aguanten, venezolano­s!”

segundo plano la amenaza de un golpe en la Argentina, que no es seria –los golpistas andan a los golpes entre ellos y, según la propia Cristina, son todos “pelotudos”–, y ocuparse del golpe en Caracas, que es bien real. ¡Cambien la bandera! Llamen a defender la democracia en Venezuela, donde Maduro dio un golpazo y cerró el Parlamento. En la Venezuela chavista y cubana hay una inmensa mayoría de opositores, pero lo que acaba de nacer es un sistema sin oposición. Macri debería convocar al peronismo, al kirchneris­mo y a las Madres y Abuelas a marchar juntos esta noche. También a Grabois, el amigo del Papa, que le ha dedicado al régimen bolivarian­o los más encendidos elogios. Invítelos, Presidente, si total no van a ir. Un dictadorzu­elo se cargó lo poco que quedaba ahí de democracia y ni el PJ como partido ni el kirchneris­mo han dicho una palabra. ¿Cris, ningún tuit, nada que decir de su amigo Maduro? Para un populista no hay nada mejor que otro populista.

Imagínense si el que cerrara el Congreso fuera Macri. Mamita. Por eso, ya lo decidí. Voy a ir hoy a la noche. Alzaré mi pancarta: “¡Aguante, Venezuela. Aguanten, venezolano­s!” Y después la voy a bajar, para taparme. No quiero que me vean llorar.

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