LA NACION

Llegó el momento de que se consolide la oposición

- opinión César Miguel Rondón EL NACIONAL/GDA

La oposición le sale barata al gobierno. Mucho se insistió en que hay que subirle el costo político a las acciones del régimen. No pocos opositores lo dijeron en los medios. Pero no dieron con la manera de subirle dicho costo político a los desmanes gubernamen­tales. Por ello, porque les sale barato hacer lo que hacen, porque no tienen ningún escrúpulo ni pudor, el régimen se va por la calle del medio, se quita la careta y declara la dictadura.

La actuación de Delcy Rodríguez y Samuel Moncada en la Organizaci­ón de los Estados Americanos (OEA) evidencia que muy poco les importa lo que ocurra en el escenario internacio­nal. ¿Para qué sirve la OEA?, se preguntó Nicolás Maduro, advirtiend­o que mejor salían de ahí. Y, sin duda, a este régimen inescrupul­oso le va a resultar mucho más cómodo funcionar al margen de la OEA, aislarse como Cuba. Así que la llamada presión internacio­nal les importa un bledo, eso no existe.

Y la situación interna menos les importa. Por eso, con esta sentencia 155 de la Sala Constituci­onal del Tribunal Supremo de Justicia han decretado oficialmen­te la muerte de la democracia. De un plumazo acabaron con la Asamblea Nacional. Diario 2001: “El TSJ asume las funciones de la Asamblea”. Y citan de la sentencia: “Se advierte que mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuacione­s de la Asamblea Nacional, esta Sala Constituci­onal garantizar­á que las competenci­as parlamenta­rias sean ejercidas directamen­te por esta Sala o por el órgano que ella disponga, para velar por el Estado de Derecho”.

Pero no hay Estado de Derecho; no les interesa que exista. Ellos mismos lo han vuelto añicos. Así, lo de menos es la prisión de los diputados. Lo grave e imperdonab­le es que unos señores que nadie eligió, se colocan por encima de la voluntad del pueblo y eliminan la Asamblea Nacional.

Con esta sentencia Maduro deja de ser presidente de la república para convertirs­e en una suerte de monarca que no le rendirá cuentas a nadie. Y no va a haber elecciones, ni ahora ni en 2018. Ni regionales, ni generales, ni presidenci­ales. Olvídense.

Ahora, ¿cómo ha reaccionad­o la oposición ante esta arremetida? El Impulso, en Barquisime­to, cita a Julio Borges: “Con la sentencia del TSJ, el gobierno venezolano ha entrado en la etapa más débil, tanto que no aguanta una elección más”. Obvio, no aguanta una elección más. Pero a ellos qué les importa.

El fin de la democracia ya está decretado, y a ellos no les dolió ni el esfuerzo de un eructo. Otra gran victoria en la consolidac­ión de la dictadura totalitari­a y revolucion­aria. Pero no tardarán voceros opositores en afirmar que semejante arremetida es porque se trata de un “gobierno débil que está acorralado”. Pero ese ya no parece ser el discurso que hay que dar. ¿Débil y está acabando con el país? ¿Acorralado y están destruyend­o lo poco que queda? Ayer, el juez Román Duque Corredor declaró: “La clase política opositora debe mostrar más coherencia en el lenguaje político frente a esta adversidad”. Estamos hablando de algo sumamente grave. Lo más grave que hayamos enfrentado.

Es hora de que haya oposición de verdad.

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