Rodrigo Mora quiero volver al gol y no parar más
Rodrigo Mora devuelve una media sonrisa –mitad gesto cómplice, mitad lamento– cuando se le pregunta si recuerda cuándo y cómo fue su último gol oficial. No lo verbaliza, pero sabe que mañana se cumplirá un año de aquel festejo ante Patronato, en Paraná, que además sirvió de poco porque River perdió 2 a 1. “Fue después de un córner que tiró (Andrés) D’Alessandro y la conecté en el primer palo”, repasa. Y agrega: “No me puedo quedar con eso. Trato de no pensarlo. Arrancó un nuevo año y quiero hacer las cosas bien”. –De todos modos, imagino que no te da lo mismo que se cumpla un año de aquel gol. –No me da lo mismo, claro. Quiero volver al gol y no parar más. Este es un año que recién arranca porque recién jugamos un partido por la Libertadores y tres por el campeonato local. Nuevas ilusiones, nuevos sueños. Mora irá al banco de suplentes en el partido de mañana ante Godoy Cruz, en Mendoza, después de perderse la victoria 2 a 1 como local ante Belgrano, de Córdoba, por una sobrecarga muscular. Sabe que la situación es complicada para ser titular, porque la dupla de ataque, por ahora inamovible salvo algún imponderable, está conformada por Sebastián Driussi y Lucas Alario. “Hice una buena pretemporada y me sentí bien. Sumé muchos minutos durante los partidos de preparación y dentro de todo creo que aproveché la oportunidad, como para que el técnico me tenga en cuenta cuando lo crea conveniente”, afirma Mora, quien sí anotó goles durante los amistosos de preparación: ante San Martín, de San Juan, cuando marcó el gol del empate en el último minuto y después también convirtió en la definición por penales que ganó River; y frente a Talleres, de Córdoba, en un 2 a 1 para su equipo en el Monumental. En su carrera, Mora, de 29 años, convirtió 22 goles en 93 partidos. –¿Es posible sentirse importante al ser suplente? –Totalmente. Yo me siento importante para el grupo, para el equipo, y trato de dar todo de mí en cada entrenamiento. Después, cuando me toca entrar, doy todo para demostrarle al técnico que estoy, que quiero recuperar el lugar, que quiero jugar y que no me da lo mismo estar afuera o no. –Pablo Aimar afirma que Marcelo Gallardo es un técnico con ideas tan ofensivas que les vive diciendo que en River no sirve empatar. ¿Cómo es eso? –Sí, sin duda que es cierto lo que dice Pablo. Marcelo lo está demostrando. Con la formación que pone River en cada partido, se nota que es ofensivo. El equipo siempre piensa en el arco rival. Y le gusta que los delanteros hagan goles y que los volantes lleguen al gol. –¿Su filosofía responde a una exigencia histórica? –Seguro. Con esta camiseta hay que ganar todos los partidos. Si no, no podés lograr títulos. Los títulos se ganan sumando de a tres puntos y eso es lo que nos inculca el técnico. Estamos trabajando para que cada uno tenga la oportunidad de quedar en situación de gol al menos dos o tres veces por partido. –Tuviste dos buenos momentos en River. ¿Cuál fue el mejor para vos: cuando llegaste al club, en 2012, o cuando ganaron la Copa Sudamericana 2014? –Es difícil elegir porque fueron dos buenos momentos personales. Me sentí muy bien en los primeros seis meses, cuando llegué con [Matías] Almeyda. Y también después, cuando llegó Gallardo, tanto en la Sudamericana como en la Libertadores que ganamos al año siguiente. Ojalá que esta pueda ser la tercera gran etapa mía en River porque tengo muchas ganas de superar lo que me viene pasando de ser suplente, que a ningún jugador le gusta. Voy a tratar de dar todo de mí para eso. –¿Cuál fue el gol más importante que hiciste en River? –El primer recuerdo es el que hice en Monterrey ante Tigres [River empató 2 a 2 y evitó quedar eliminado en la primera rueda de la Libertadores 2015]. No sé si fue ese o el que le hice a Guaraní, que fue lindo y en una semifinal. Pero si no hacíamos ese en México, estábamos afuera. –¿Qué representa para este plantel la Libertadores? –Es el gran objetivo. Nuestra mayor esperanza. –¿Te ves muchos años más en River? –River es un club para quedarse a vivir, sin dudas, pero eso no lo sé.