El Bafici: un oasis cinéfilo de doce días
Más de 400 películas de 56 países en 32 sedes durante 12 días para una audiencia que rondará las 400.000 personas. los números del bafici son imponentes, pero su éxito contrasta con un panorama desolador incluso en la cartelera de la misma ciudad (en el interior la situación es aún mucho peor). cada vez hay más público para menos películas, la concentración sigue creciendo y los mismos films que son aclamados a sala llena durante el festival porteño luego fracasan de forma rotunda en las salas comerciales: 12 jornadas de paraíso cinéfilo y luego 350 de desolación absoluta.
Uno de las principales cuestionamientos que se le han hecho desde siempre al festival (y a los funcionarios del área de cultura de buenos aires) fue su incapacidad para prolongar el espíritu audaz y provocador de su oferta más allá de esos 12 días. ni el bafici itinerante por las provincias ni mucho menos los cines que pertenecen a la ciudad –como los dos de el cultural San Martín o la hoy cerrada Sala lugones– han elaborado una programación que continúe las principales líneas del festival porteño.
está claro que un festival de 365 días es, en todos los terrenos, algo imposible y lo que distingue al bafici es, precisamente, la oportunidad de ver mucho en poco tiempo (el evento, la novedad, la excepcionalidad), pero de ahí a conformarse con que en el resto del año todo ese cine distinto quede reducido a esfuerzos esporádicos y minoritarios (o directamente a la piratería) sería rendirse sin dar pelea. el público, está claro, todavía existe. Y resiste. es cuestión, entonces, de continuar seduciéndolo más allá de esos mágicos 12 días de diversidad y euforia contagiosa.