Entre lo raro y lo eficaz: el público busca que funcione
Entrenamiento funcional, zumba y spinning son, en ese orden, las actividades preferidas por la mayoría de los casi 3 millones de consumidores que asisten regularmente a alguno de los 8000 gimnasios que funcionan en el país. No obstante, en este sector proliferan constantemente nuevas propuestas que tratan de satisfacer una demanda cada vez más heterogénea y compleja.
Pero no siempre fue así. En los años 80, en los albores de la era comercial de la industria del fitness en la Argentina, el panorama en los gimnasios era bastante homogéneo: estaba dominado por hombres jóvenes, amantes de los fierros. Luego, las clases de baile y de aeróbica fueron la excusa perfecta para que el público femenino entrara en escena.
Con el correr de los años, el perfil del usuario se fue tornando más diverso. Aquellos jóvenes musculosos hoy peinan canas y las chicas de curvas bonitas ya son señoras, que prefieren actividades de menor impacto. Si bien aún el grueso de los consumidores de fitness son jóvenes de entre 20 y 40 años, la población de adultos y adultos mayores es cada vez más nutrida.
Las motivaciones de consumo –y por lo tanto las necesidades a atender– también cambiaron. Si bien todavía la mayor parte de los consumidores pretende verse bien con el menor esfuerzo y lo más rápido posible, otra porción importante de los usuarios de gimnasios busca calidad de vida y entiende que para lograrlo debe adoptar como hábito el ejercicio físico regular.
En este escenario, la oferta no hace más que atender a los cambios de fisonomía de la demanda. Y en ese proceso de adaptación deben apelar a la creatividad, a la especificidad, a la tecnología y hasta a la desfachatez para diferenciarse y lograr atraer alguna mirada distraída.
Hop Heel, por ejemplo, es una clase de fitness de una hora en la que las participantes usan tacos altos; SurfSET Fitness es una clase indoor de surf que se realiza sobre una plataforma inestable; POUND® es un programa de ejercicio que simula –mediante el uso de palillos– una sesión de percusión; y DANSYNG® es una especie de karaoke grupal, que conjuga música, baile y canto.
La innovación es crucial, pero sólo queda lo que funciona. Entonces, más allá del coyuntural éxito de algunas “tendencias” cuestionables, sólo prevalecen los programas que generan compromiso en los usuarios y soluciones eficaces. Y en este sentido, vemos cómo a veces “la próxima tendencia” es un viajecito al pasado, que nos devuelve algún clásico ya olvidado.