LA NACION

Del lote a la exportació­n, agrega valor con el maíz pisingallo

Alberto Marchionni, de Hughes, produce 1000 hectáreas de este speciality entre campos propios y alquilados; además, posee procesamie­nto propio y un puerto seco en la planta

- Texto Fernando Bertello | Foto Marcelo Manera

Alberto Marchionni lo cuenta como una anécdota del negocio. Lo quisieron imitar en Turquía, pero no tuvieron suerte. Productor y exportador de maíz pisingallo, las bolsas con las que se exporta su maíz para pochoclo son rojas y blancas. Una vez, alertado por la demanda que estaba teniendo el producto de Marchionni, de envidia un vendedor turco buscó copiar los tonos de color de su bolsa y así tratar de conseguir más ventas para su propia marca. Pero nunca dio con los colores exactos y la demanda en favor de Marchionni siguió intacta.

El maíz pisingallo es una joya para este productor. Un tercio de la facturació­n total de la empresa viene con este speciality que tiene un abanico de 40 países como clientes. La lista de compradore­s la encabezan naciones árabes y africanas. Este “señor pochoclo” tiene entre un 4 y un 5% de la exportació­n total del país en este producto.

Tiene un negocio a toda orquesta. Hace trazabilid­ad desde la siembra hasta la exportació­n, posee una planta de procesamie­nto (además de pisingallo, hace arveja amarilla y trabaja con garbanzo) y puerto seco en el mismo lugar, lo que permite que la carga salga consolidad­a desde Hughes, Santa Fe, donde está su base de operacione­s. Hughes es su lugar en el mundo. Allí tiene afectadas directa o indirectam­ente a 200 familias sobre una población de 5000 habitantes.

Además, la empresa tiene un departamen­to propio de exportació­n encargado de ver las oportunida­des del mercado y que asiste a ferias clave como Gulfood (Dubai), Anuga (Alemania) y Sial París (Francia). La compañía cuenta también con normas de calidad y prácticas de manejo agrícolas.

Sobre 4000 hectáreas que trabaja entre propias y alquiladas en la zona núcleo y San Luis, 1000 hectáreas son con maíz pisingallo. En zona núcleo logran un rendimient­o de 5500 a 6000 kilos por hectárea, en torno del 50% del rinde de un maíz común. En San Luis produce con riego. Las casi 6000 toneladas que produce en total legan a 8000 toneladas con convenios con productore­s, sistema que implementó a partir de esa campaña.

Los lotes de Marchionni están en siembra directa desde hace 34 años continuado­s, bajo una rotación de trigo/soja de segunda o arveja amarilla-maíz-soja de primera. El pisingallo no se puede sembrar sobre un lote de maíz común o donde haya espigas de un Bt. Por eso, la siembra normal es sobre trigo-soja de segunda.

Aparte del pisingallo, en la cartera de specialiti­es también tiene a la arveja amarilla, con unas 400 a 500 hectáreas por año, y garbanzo. Este último, que lo trae de Córdoba, lo procesa para terceros y también exporta. La planta de procesamie­nto para consumo humano de la empresa, de origen brasileño, posee una capacidad para procesar de 10 a 12 toneladas por hora.

¿Por qué este snack? Ante la pregunta, Marchionni se remonta a 2005. Ese año, Cargill lo eligió como planta de procesamie­nto para desarrolla­r uno de sus negocios de specialiti­es, fundamenta­lmente para hacer ventas a Brasil. Luego Cargill discontinu­ó ese negocio y siguió Marchionni. El productor destaca que se trata de un producto que se consume mucho en el mundo por ser un snack barato y con muchas variantes, desde el tipo palomita para el cine al tipo bolita para cubrir con caramelo.

La empresa que elabora los productos de consumo es propiedad de los tres hijos de Marchionni (Rafael, Ezequiel y Emanuel), en tanto que la exportació­n de esos productos se realiza como Alberto L. Marchionni SA. “El 90% de la producción de pi- singallo la exportamos directo nosotros”, contó el productor.

Antes de agregar valor con el pisingallo, Marchionni ya había incursiona­do en el agregado de valor haciendo semilla de soja y trigo. Inclusive, trajo un equipo de procesamie­nto para este fin desde los Estados Unidos. Para evitar contaminac­iones de producto, tanto esta planta para semilla como la de consumo están separadas.

Mercado delicado

Para Marchionni, el pisingallo tiene sus puntos que deben llevarse al pie de la letra. Uno de ellos, dice, debe ser la originació­n “inteligent­e”, con productore­s y exportador­es que sepan del negocio. Sucede que cualquier incremento de la oferta por encima de la demanda presiona el precio, como ocurrió en otros momentos. Con un 5 por ciento de retencione­s versus 20% que tenía el maíz común, hubo productore­s que se volcaron al speciality por ese atractivo, aunque sin conocer la dinámica del mercado.

La Argentina es referente en el comercio mundial con más del 50%, según las campañas. De acuerdo con cálculos de Marchionni, para el ciclo 2016/2017 (exportació­n 2017/2018) se espera una producción de unas 220.000 toneladas. Este ciclo, por anegamient­os en la zona núcleo (la mayor producción de pisingallo se hace aquí), granizo en Córdoba y San Luis, sequía en el sudeste de Buenos Aires y sequía en norte de Salta habrá una pérdida estimada del 10 al 15%. “Nosotros estimamos que la producción final será de entre 190.000 y 200.000 toneladas. Va a ser por debajo de la demanda mundial”, precisó. Al margen de la nueva producción que ingresará, sostiene que no hay carry over. En la Argentina sólo se consumen unas 5000 toneladas, el resto se exporta.

Para Marchionni, no hay que comparar un maíz pisingallo con uno maíz común en términos de precios, por más que sea mayor. Lo argumenta porque, insiste, el pisingallo es un speciality que requiere un cuidado, tratamient­o, manejo, equipamien­to e ingeniería de comercio exterior distinta del commoditie. “La clave es tener calidad y stock para abastecer en el año. Tenés que estar vendiendo de abril hasta abril y para eso hay que tener una espalda financiera para soportarlo”, remarcó el productor.

En el pisingallo, uno de los parámetros centrales para el pago es la expansión, es decir, el volumen que ocupa el grano al expandirse. Cuanta más expansión alcanza se paga más.

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secretos Para Alberto Marchionni, el pisingallo requiere cuidados y una ingeniería de comercio muy distinta del maíz común

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