Feria del Libro: mucho público y un alza del 20% en las ventas
Fue el aumento promedio en relación con 2016.
“La Feria del Libro es una isla en del mercado −dice Martín Gremmelspacher, presidente de la Fundación El Libro−. Las ventas este año fueron buenas.” El director editorial de Bonum publica libros de espiritualidad desde hace más de 50 años. A él interpeló con una frase sarliana el ministro de Cultura Pablo Avelluto el día de inauguración de la FIL, luego de escuchar los reclamos del sector editorial. A los pocos días, la Cámara Argentina del Libro inició una campaña llamada “SOS Libro”, en la que señalaba que la producción había caído un 20% y las ventas, un 25%.
“El martes, cuando la feria haya terminado, las librerías van a enfrentar los mismos problemas: aumento de costos y baja de ventas”, observa Gremmelspacher, quien adelantó a que esta semana se reunirá la nacion con el ministro de Cultura. Ambos dilucidarán modos de enfrentar la crisis y programarán la representación argentina en tres ferias que se avecinan: la de Madrid y la de Guayaquil este año, y la de Bogotá en 2018 (que, para no superponerse, comenzará cuando la de Buenos Aires haya terminado). En las tres, la Argentina es el país invitado. En 2018, la invitada a la FIL de Buenos Aires será una ciudad vecina: Montevideo. La 44ª edición se desarrollará entre el 26 de abril y el 14 de mayo.
Los expositores coinciden en que esta edición fue mejor que la anterior. Las ventas en ejemplares subieron en promedio un 20% respecto de 2016. El récord lo hizo V&R Editoras: 54%. “El público que asiste a la feria sigue gastando en libros, reconoce y privilegia la calidad y ¡los jóvenes son lectores voraces! Apostamos fuerte y no nos equivocamos”, comenta María Inés Redoni, CEO del sello. Le siguieron Penguin Random House, Planeta y Edhasa, con porcentajes cercanos al 20%. Sellos medianos como Claridad, Eudeba, Amorrortu y Siglo XXI se ubicaron cerca del 10%. No obstante, en los stands colectivos de sellos independientes se indicó que habían empatado en ventas con 2016.
El gran ganador fue el grupo Ogden, que alquila el predio de La Rural. Un stand mediano bien montado paga un canon de $ 700.000. “No queremos correr el riesgo de no estar en la feria, aunque vayamos a pérdida”, dicen editores consultados durante el fin de semana. Otros insinúan que los grandes grupos inflan las ventas para dar un mensaje político. ¿Destinado a quién?
Sobre la concurrencia, la Fundación informó que estuvo apenas por arriba que la de 2016: 1.200.000 asistentes. También aportó un dato inesperado: dos tercios del público ingresó con entrada gratuita. “La Fundación distribuye entradas gratis en editoriales, universidades, escuelas y clubes de fútbol, sin contar los días en que entran gratis docentes, estudiantes y jubilados.” El acontecimiento cultural más importante de Buenos Aires moviliza multitudes tras un bien cultural que ya cumplió más de quinientos años: el libro.
Algunas tendencias se impusieron en la edición 2017. En primer lugar, el interés por los libros para chicos y jóvenes se evidenció en casi todos los stands, que contaban con un espacio reservado a esos lectores. Hace un tiempo, sellos dedicados al ensayo y la filosofía, como Capital Intelectual, Adriana Hidalgo y Amorrortu, estrenaron exitosas colecciones de libros infantiles. La “movida juvenil” crece año tras año.
Un tema sensible de la sociedad argentina es la política. En la FIL los libros de esa temática mantuvieron un buen nivel de ventas y varios títulos fueron tras nuevas ediciones. M, sobre el presidente Macri, firmado por Laura Di Marco; Kirchner. El tipo que supo, de Mario Wainfeld; Fueron por todo, de Nicolás Wiñazki; Mentir a diario, de Víctor Hugo Morales, e Intrigas, alianzas y traiciones, de Gustavo Sylvestre, encabezaron las ventas. Los autores son periodistas reconocidos, como las dos autoras que indagan el opaco mundo del Poder Judicial en El señor de la Corte, de Natalia Aguiar, y Los supremos, de Irina Hauser. En el Nuevo Barrio, Lamás Médula aumentó sus ventas durante los días en que se discutió el fallo del dos por uno con Los desaparecidos de Racing, investigación de Julián Scher sobre 11 hinchas de fútbol que fueron secuestrados en la dictadura. Fondo de Cultura Económica, que informó un año regular en la FIL, vendió bien La sociedad punitiva, de Michel Foucault. Dos novelas gráficas de tema político corrieron igual suerte en el stand de Nueva Historieta Argentina: Rodolfo Walsh en historietas, de CJ Cambas y Gonzalo Penas, y Borges: inspector de aves, de Lucas Nine. Otra temática transversal fue la del feminismo. En Prometeo, Las estructuras elementales de la violencia, de Rita L. Segato, fue el más buscado; en el de la REUN, La revolución de las mujeres (Eduvim), de Luciana Peker, y en Frente Editorial Latinoamericano se vendió una compilación sobre feminismo y poscolonialidad a cargo de Karina Bidaseca y Vanesa Vázquez Laba (Ediciones Godot). En el stand de Ediciones IPS, la novela gráfica La rosa roja, de la escritora e ilustradora británica Kate Evans (basada en cartas de Rosa Luxemburgo), tuvo su momento de gloria.
A nadie que haya visitado la FIL pueden haberle pasado inadvertidas las filas de mujeres de todas las edades para llevarse a casa ejemplares de novelas románticas en clave de drama histórico, comedia o viaje a tierras exóticas. Viviana Rivero y Gloria Casañas, así como también Anabella Franco, Reyna Carranza, Cecilia Aehern, Jojo Moyes y Sarah Lark (cultora de la landscape novel) estuvieron entre las más vendidas. Para fans de la mitología de Star Wars, Ediciones B acometió con El diario de una princesa (Nova), de Carrie Fisher.
Encontró lectores la ficción literaria firmada por mujeres. Claudia Piñeiro y Mariana Enriquez en PRH; J. K. Rowling en Edhasa; Marguerite Duras, Ariana Harwicz y Carla Maliandi en Los 7 Logos, vendieron bien, igual que Lucía Puenzo en La Sensación, Inés Acevedo en Frente Editorial Latinoamericano, Cristina Civale en el stand 2020 y Ana Ojeda y Adriana Romano en Modesto Rimba. En Riverside, Alesssandro Baricco e Ian McEwan compitieron por el primer puesto, como Eduardo Sacheri y Sergio Olguín en PRH y Jorge Fernández Díaz con Carlos Ruiz Zafón en Planeta. Narraciones de grandes escritores argentinos ya fallecidos −Daniel Moyano (Caballo Negro), Antonio Di Benedetto (Adriana Hidalgo), Andrés Rivera y Abelardo Castillo (ambos por Seix Barral)− fueron requeridas.
La producción de las editoriales chicas tuvo best sellers módicos. En los stands colectivos, novedades de Eduardo Muslip (Blatt & Ríos), Gustavo Yuste (Santos Locos), Mauricio Koch (Conejos), Beatriz Vignoli (Iván Rosado), Andrea Álvarez (Hormigas Negras), Facu Soto (Paisanita), Malén Denis (Nulú Bonsai) y Martín Felipe Castagnet (Sigilo) despertaron interés. En esos y otros sellos nacionales, el precio promedio de un libro fue de $ 200. Convendrá tenerlo presente para la próxima Feria de Editores, que se celebrará en junio.