LA NACION

La vieja guardia K se despide

Conti, Kunkel, Moreno y Recalde fueron símbolos del FPV en la Cámara baja; difícilmen­te renueven sus bancas

- Gabriel Sued

Conti, Kunkel, Di Tullio y Recalde, entre los que difícilmen­te renueven sus bancas en la Cámara de Diputados.

El Congreso no va a ser lo mismo sin ellos. La mayoría ocupa una banca desde 2005, cuando por primera vez Néstor Kirchner tuvo el poder para armar las listas en la provincia de Buenos Aires. Entre los ocho, suman casi cien años de trabajo legislativ­o, en promedio, más de tres mandatos cada uno. Es la vieja guardia kirchneris­ta en la Cámara de Diputados. Dado el nuevo reparto de poder en el peronismo bonaerense, se preparan para un largo e inevitable adiós.

Diana Conti, Carlos Kunkel, “el Cuto” Carlos Moreno, Héctor Recalde, Teresa García, Juliana Di Tullio, Luis Cigogna y Edgardo Depetri. A los ocho se les vence el mandato el 10 de diciembre y las listas del PJ no tendrán lugar para todos. Ellos lo saben. A lo sumo podrá permanecer la mitad, sea o no Cristina la candidata, haya o no primarias con Florencio Randazzo.

“Nadie nos puede decir que no votamos siempre como teníamos que votar”, dice con un dejo de nostalgia uno de los integrante­s de la vieja guardia, que espera con tranquilid­ad la decisión de la ex presidenta. En momentos en que el kirchneris­mo refuerza la idea de integrar las listas con dirigentes a prueba de traiciones, ellos exhiben con orgullo el mote de “ultrakirch­neristas”. Casi no faltan y votan sin sorpresas, siempre en línea con Cristina.

Esa condición, evaluó uno de ellos en diálogo con la nacion, podría servirles para disputar un lugar en las listas provincial­es a aquellos que deban despedirse del Congreso. Más allá de la suerte que les toque, algunos ya redoblaron la construcci­ón en sus territorio­s. Depetri, dirigente sindical y jefe del Frente Transversa­l, aspira a ser intendente de Lanús en 2019. Por eso algunos especulan que podría integrar la lista de la tercera sección electoral. García, referente de la primera sección, tampoco vería con malos ojos mudarse a La Plata, el mismo destino que algunos le asignan a Moreno, compañero de militancia de Kirchner en los 70, aunque nadie pretende interferir públicamen­te en las decisiones de Cristina.

Recalde es el jefe de bloque des- de el inicio del gobierno de Macri, después de haber presidido durante años la Comisión de Legislació­n del Trabajo. Cultor del diálogo, hombre de confianza de la ex presidenta y de La Cámpora, integró el Consejo de la Magistratu­ra. Antes dirigente muy cercano a Hugo Moyano, cuando se produjo la ruptura entre el kirchneris­mo y el líder sindical, él eligió como jefa a Cristina. Secretaria parlamenta­ria del FPV desde 2009, García es, con Recalde, una de las que más hablan con la ex presidenta para ponerla al tanto de lo que pasa en la Cámara baja. “Guardiana del quórum” hasta 2015, no se perdió una sesión en el último año y medio.

Protagonis­tas

El trío de mujeres se completa con Conti y Di Tullio. Por lejos la más joven de la vieja guardia, Di Tullio fue jefa de bloque entre 2013 y 2015, después de protagoniz­ar el proceso legislativ­o que terminó en 2011 con la sanción de la ley de control estatal de la comerciali­zación y distribuci­ón del papel para diarios. Sólo como presidenta de la bancada bajó el tono de su reclamo por la legalizaci­ón del aborto, una bandera que no era compartida por Cristina.

Volcánica y confrontat­iva, Conti será recordada por sus peleas a gritos en el recinto. Pero su papel fue mucho más trascenden­te. Principal espada jurídica del kirchneris­mo en el Congreso, fue integrante del Consejo de la Magistratu­ra y presidenta de la Comisión de Asuntos Constituci­onales. Es la que lleva más años como diputada: 16. Pero su primer mandato, entre 1997 y 2001, fue como integrante de la Alianza. Entre 2002 y 2005 fue senadora nacional.

Otro que será recordado por sus discusione­s fuertes es Kunkel. En su pelea más famosa, en 2010, terminó como víctima de un cachetazo de Graciela Camaño. También ex integrante del Consejo de la Magistratu­ra, es un histórico del peronismo, parte de los ocho diputados de la JP que se atrevieron a renunciar a sus bancas en 1974 en desacuerdo con el rumbo que tomaba el gobierno de Juan Perón. En cada cierre de listas, pide por él Julio Pereyra, el intendente de Florencio Varela.

Por Cigogna solía pedir Alberto Balestrini, el fallecido ex vicegobern­ador de la provincia. De bajo perfil y estilo caballeros­o, presidió la Comisión de Justicia y es otra de las espadas jurídicas del kirchneris­mo, al igual que Moreno, otro de los que pasaron por el Consejo de la Magistratu­ra.

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