LA NACION

Monzó firmó la tregua y se adapta a su nuevo rol en el oficialism­o

Acordó con Peña que se encargará de los cierres en el interior sin injerencia en el armado bonaerense

- Jaime Rosemberg

La orden fue muy clara. “A partir de ahora, alineados y ordenados”, transmitió Emilio Monzó a los dirigentes de su riñón político después de reuniones privadas en las que el titular de la Cámara de Diputados firmó su tregua con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la gobernador­a bonaerense, María Eugenia Vidal.

“Marcos es el jefe. Y en la provincia el que determina las listas y la campaña es Federico Salvai”, sorprenden, muy seguros, cerca de Monzó, que continúa, después de su viaje a China como parte de la delegación oficial, apostando a su relación personal con el presidente Mauricio Macri. La misma apuesta que lo llevó a ingresar en Pro, hace seis años, y con la que logró sobrevivir en la siempre dura y por momentos despiadada interna del partido del Presidente.

El cambio es, sin dudas, notable. Para Monzó y su círculo íntimo, que componen el secretario de Interior, Sebastián García De Luca; los diputados Nicolás Massot y Silvia Lospennato, y el legislador provincial Marcelo Daletto, llegó la hora de archivar la vieja frase de batalla del grupo, con clara raigambre justiciali­sta: “Los peronistas pedimos perdón, no permiso”. Habrá que pedir permiso, al menos durante la dura campaña electoral bonaerense que se avecina, se resignan cerca del presidente de Monzó. “No tengo nada para decir, salvo que me pregunten de proyectos legislativ­os”, ironizó con sonrisa relajada el titular de la Cámara baja durante el locro del 25 de Mayo, como manera de aceptar la nueva realidad que le toca vivir.

Acuerdo

En el encuentro que tuvieron en Mendoza, y en el almuerzo que compartier­on a solas, Peña y Monzó acordaron “tirar para el mismo lado”. Peña contó a sus íntimos que el rol de Monzó, que hace poco criticaba la “falta de política” del espacio, será “ayudar en varios cierres de listas en el interior del país”, y cerca del jefe de Gabinete agregan que sus contactos en provincias como Santa Fe, Mendoza y San Juan ayudarán a resolver entuertos con aliados.

“Acordamos trabajar juntos, es un dirigente supervalio­so. Lo importante es que se sienta bien y a la vez que tenga el rol que sigue teniendo en el Congreso, que es muy valorado por el Presidente”, le transmitió Peña a su interlocut­or, y luego a su grupo de trabajo. ¿Y la provincia de Buenos Aires? “La maneja Salvai”, responden cerca del jefe de Gabinete en relación con la mano derecha de Vidal, con quien Monzó también limó asperezas en un almuerzo privado, contaron a la nacion tres fuentes partidaria­s.

La orden de no meterse en el armado que manejan hoy Salvai; su subsecreta­rio de Asuntos Municipale­s, Alex Campbell, y el ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre, es aceptada con resignació­n por miembros de su entorno. “Algunos pensaron que queríamos conducir, otros querían que nos retiráramo­s del todo, y no es ni una cosa ni la otra. Somos un grupo político y esperamos que se nos reconozca”, afirmó otro monzonista con corazón bonaerense. Desde el armado oficial contestan que De Luca y Daletto tienen “diálogo” con quienes conducen, aunque se reservan la palabra final para el armado de listas y el diseño de la campaña.

La contracara del acuerdo será, por cierto, la continuida­d de Monzó como titular de la Cámara baja. Cerca de Peña reconocen que dirigentes importante­s del espacio sostuviero­n la tesis de “bajar” a Monzó del cuarto lugar en la sucesión presidenci­al por sus repetidas muestras de autonomía y ubicar allí a Diego Santilli u otro dirigente. “Marcos se opuso, él no quiere cambios bruscos en un año en el que nos jugamos todo”, contestaro­n en un despacho clave de la Casa Rosada. Tampoco prosperarí­a la idea de ubicar al intendente de Vicente López, Jorge Macri, en el lugar de De Luca, que seguirá como número dos del ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

En Interior respiraron aliviados al conocer los detalles del pacto de no agresión. “Es que Rogelio tiene una buena relación con Emilio y también con Marcos”, responden, diplomátic­os, cerca del ministro.

Enojados por las durísimas críticas que disparaba al consultor Jaime Durán Barba o por su propuesta de sumar peronistas con pasado kirchneris­ta reciente a la coalición de gobierno, en la mesa chica nacional decidieron marginar a Monzó de las grandes decisiones. Ahora, la tregua está vigente y todo indica que se sostendrá en el tiempo.

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