LA NACION

Lo de Ferrari fue casi perfecto, pero a Raikkonen le gustó muy poco

El finlandés se sintió perjudicad­o por la estrategia del equipo cuando estaba cerca de la victoria en Mónaco; fue favorecido Vettel

- Pablo Vignone

Pudo haber sido el domingo perfecto para Ferrari. La primera victoria en las calles monegascas en 16 años; el primer uno–dos de la Scuderia desde 2010; una ventaja de 17 puntos en el campeonato de Constructo­res sobre Mercedes, que no pudo meter a ninguno de sus pilotos en el podio, un consolidad­o de 25 unidades entre Sebastian Vettel, el alegre vencedor del Gran Premio de Mónaco, y su rival de 2017, Lewis Hamilton, apenas séptimo. Pudo haber sido perfecto, pero no: la cara de disgusto de Kimi Raikkonen era demasiado expresiva como para ignorarla.

Al acabar segundo después de haber liderado la primera mitad de la carrera, al finlandés se le escapó la posibilida­d de obtener su primera victoria en Fórmula 1 desde hace cuatro años. “Estoy contento pero puedo entender obviamente que él esté disgustado”, admitió Vettel un instante después de bajarse del podio, entrevista­do por el campeón mundial Nico Rosberg, cuando la cara larga de Raikkonen incomodaba a propios y ajenos.

Es que Ferrari aplicó una estrategia que claramente perjudicó a su piloto número 2. “Está claro que Ferrari ya eligió a su piloto número 1”, afirmó luego Hamilton. “Están arreglando todo para asegurarse de que Sebastian consiga la mayor cantidad de puntos en cada fin de semana”, siguió el británico, que disfruta de un esquema similar en Mercedes. “Con la estrategia es muy difícil que el auto puntero sea superado por el segundo auto, a menos que el equipo decida favorecer al segundo”, insistió Hamilton.

Después de un arranque de año complicado, Raikkonen levantó su nivel: Ferrari corrigió la tendencia de su auto a irse persistent­emente de trompa, que al finlandés le impedía ir rápido. Con un auto así hubiera sido imposible marcar la pole–position en Mónaco, como Raikkonen lo hizo el sábado con la vuelta más rápida de la historia en el circuito de Montecarlo. Disponía de las mejores cartas para ganar la carrera.

“Es un segundo puesto, pero no se siente nada bien”, reconoció el dolorido piloto al bajarse del podio en el que expresó su lenguaje corporal todo su desencanto. “No tengo idea qué pasó. [En el equipo] tendrán razones para haber hecho lo que hicieron. Obviamente, la estrategia no funcionó bien para mí”.

La Ferrari número 7 se detuvo en el giro 33 de los 78 de la carrera para colocar los neumáticos superbland­os: el reglamento obliga a utilizar dos compuestos distintos a lo largo de un Gran Premio, y el mínimo desgaste de los neumáticos en esta pista poco abrasiva no justificab­a una segunda detención. Se suponía que Vettel, que corría a menos de dos segundos de su compañero, ingresaría a los boxes un giro más tarde. Pero recién lo hizo cinco giros después; así amasó la diferencia que le permitió salir delante de Raikkonen, en un circuito en el que, con coches 20 centímetro­s más anchos que en 2016, era prácticame­nte imposible superar rivales.

Fantasmas del pasado sobrevolar­on la gestión de Ferrari: se recordó el GP de Austria de 2002, cuando Rubens Barrichell­o fue compelido a ceder la victoria a Michael Schumacher, y también el GP de Alemania de 2010, cuando Felipe Massa recibió por radio una informació­n que se volvió legendaria: “Fernando es más rápido que tú”, le avisaron para inducirlo a dejar pasar a su compañero Alonso, en la época en la que se penaban las órdenes de equipo.

Pero esa posibilida­d ya no es punible. Sin embargo, Ferrari asegura no haberla aplicado, sosteniend­o que dejó a Vettel en la pista para no arriesgars­e a que fuera superado por Daniel Ricciardo (RedBull Racing), quien también demoraba su parada para intentar superar a su compañero Max Verstappen. “El equipo no tenía un plan previo ni órdenes”, aseguró el alemán, que consiguió su tercer triunfo de 2017. “Yo me sentiría como Kimi, cien por ciento igual, pero estoy sorprendid­o de que, tras parar después que él, hubiera quedado adelante. Lo que pasó es que cuando clasificás adelante y estás adelante, tenés prioridad para entrar a los boxes, y eso es lo que sucedió”, recapituló.

“El auto caminaba bien, no estaba teniendo problemas, quizás podríamos haber reducido un poco el ritmo pero no había nada de qué quejarse”, evaluó el descontent­o segundo. “Será bueno para el equipo pero no tanto para mí”. Medio siglo después de la tragedia de Lorenzo Bandini, el italiano de Ferrari que pereció tras el GP de 1967, la victoria de ayer pudo haber sido un homenaje a su memoria. Pero la expresión de molestia y desazón de Raikkonen lo alteró todo.

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Ap la alegría de Vettel, la molestia de raikkonen en el podio
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