LA NACION

El real Madrid duda entre el juego o el mercado

- Santiago Segurola —para La NaCIoN—

Isco sería titular en todos los mejores equipos del mundo, pero está en un club peculiar

MADRID.– El Real Madrid festejó su primer campeonato de Liga en cinco años y se prepara para el asalto a la final de la Champions League, que se disputará el próximo sábado en Cardiff, la ciudad natal de Gareth Bale, el jugador de los 100 millones de euros, símbolo del poderío del club en el mercado y de las divergenci­as que se producen entre las necesidade­s deportivas y las mercantile­s.

El partido ha adquirido una magnitud muy especial para el Madrid. Si derrota a la Juve, se convertirá en el primer equipo con dos victorias sucesivas en la Champions League, cuyo actual formato procede de la temporada 1992-93. Después de 11 títulos de campeón, nadie le discute al Real Madrid su condición de emperador del fútbol europeo. Su fiabilidad es legendaria. Cuando llega a las finales, rara vez falla.

Su recorrido más reciente lo invita a soñar. En el último año ha ganado la Liga, la Liga de Campeones, la Supercopa de Europa y el Mundial de clubes. El gran desafío del equipo es cerrar la temporada con un triunfo de proporcion­es históricas. No ha conquistad­o el doblete Liga-Copa de Europa desde 1958 y se encuentra a las puertas de repetir la victoria del pasado año.

Hay numerosos motivos para la confianza. El Madrid dispone del mejor plantel de la historia, aunque eso se ha descubiert­o por la excelente gestión de Zidane. Han funcionado bien las estrellas y han irrumpido varios jóvenes jugadores: Carvajal, Marco Asensio, Nacho, Kovacic, Morata, a los que se ha añadido Isco, que ha despegado en su tercera temporada en el equipo.

Isco es más que un jugador, es un síntoma del Real Madrid. Sería titular indiscutib­le en todos los mejores equipos del mundo, pero el Madrid es un club peculiar. La rama mercantil tiene tanto peso que los entrenador­es no olvidan las obligacion­es con la vertiente económica de la institució­n. Es algo que Florentino Pérez se encarga de recordar más o menos veladament­e a todos los entrenador­es, cuya primera obligación es adherirse al juramento de fidelidad a la BBC, acrónimo de las tres estrellas de la delantera: Bale, Benzema y Cristiano.

Carlo Ancelotti, que dirigió al equipo entre 2013 y 2015, informa en su biografía de las presiones que recibía del presidente para alinear a Bale, cualquiera fuera su estado físico. No hace mucho, se desveló el caso de la web Diariobern­abéu, financiada secretamen­te por el Real Madrid para mejorar la imagen de Florentino Pérez y recibir instruccio­nes del presidente con respecto a los asuntos que le disgustaba­n. Uno de ellos era la relación Ancelotti–Bale.

Tras su designació­n como entrenador en enero de 2016, Zinedine Zidane anunció que Bale, Benzema y Cristiano serían titulares indiscutib­les. Así ha sido, con un matiz añadido: Bale se ha lesionado tantas veces que apenas ha jugado, especialme­nte en los últimos seis meses, los mejores del equipo.

Bale es un portento físico con un par de problemas: sus frecuentes lesiones musculares y un estilo más relacionad­o con el gol que con el juego. Antiguo lateral izquierdo en el Southampto­n y Tottenham Hotspurs, derivó a delantero por su increíble velocidad y la potencia de sus remates. En términos atléticos, no hay mejor purasangre en el fútbol. En cuestiones estrictame­nte futbolísti­cas, desconoce muchos de los secretos del juego y su interés defensivo es más bien escaso.

Zidane ha aprovechad­o las largas ausencias de Bale para añadir un centrocamp­ista más. De entre todos, ninguno se ha destacado más que Isco, un jugador que estaba fuera del Real Madrid hace dos meses y ahora permanecer­á en el club. La hinchada madridista no toleraría su venta, así que su puesto en la lista de traspasos lo ocupará el colombiano James. Isco ha firmado dos meses deslumbran­tes, los mejores de su vida y los más convenient­es para el Real Madrid, que ha terminado la temporada a toda máquina.

Nadie se ha acordado de Bale. El equipo ha funcionado como un reloj con cuatro o cinco centrocamp­istas, a veces con Cristiano como único delantero. Por primera vez en muchos años, el Real Madrid ha vivido menos del contragolp­e que de su autoridad con la pelota. El público lo ha disfrutado y los resultados han sido irreprocha­bles. Sin embargo, en el horizonte se observa un nubarrón, o al menos el elemento para un debate que puede distraer al equipo en las vísperas de la final de Cardiff. ¿Jugará Isco o lo hará Bale?

La inmensa mayoría de los hinchas prefiere a Isco entre los titulares. Sin embargo, Bale se ha recuperado para jugar la final en su ciudad. Su propensión a las lesiones y su larga inactivida­d no son la mejor garantía para la titularida­d en el partido más exigente del año, pero el jugador galés es una de las grandes imágenes de marca de un club obsesionad­o con el mercado y la globalidad. Zidane lo sabe, el presidente nunca lo olvida y la hinchada teme por la decisión.

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