un hOmbre que se adelantó a su tiempO
“Para mí Mateo siempre fue la brújula”, dice Roos en El
montevideano. Entonces, hablemos de Eduardo Mateo. “Era un auténtico bohemio que vivía como podía –cuenta su admirador–. Era una persona fuera de serie, pero no estaríamos hablando de nada de esto si no hubiera sido por su música. Es uno de los compositores más importantes, a mi entender, de la música latinoamericana. Él llegó a determinados lugares que para nosotros son aún hoy tierras inexploradas. En los años 80, estando con Hugo Fattoruso, se nos acerca un periodista y nos pregunta por Mateo. «50 años adelante», le responde Hugo. Y ya han pasado 30 años y Mateo sigue 50 años adelante. O 100. Su excelencia musical es tan profunda que se vuelve futurista; combinada con esa vida, con esa bohemia y ese bagaje anecdótico... Es muy difícil que alguien que llegó tan lejos con la música no haya encontrado una forma de canalizarlo para vivir mejor, para ser reconocido en vida. Como artista él vivía en paz y era admirado por todos nosotros. Es importante ser músico para valorar a nivel armónico, rítmico y compositivo su dimensión. Pasa como con la pintura abstracta, se necesita cierto conocimiento previo. Como me dijo una vez en Amsterdam un saxofonista alemán al que le hice escuchar las canciones de Mateo: «No tengo punto de referencia». Es muy fuerte que te digan eso.”