El chavismo arremete contra oficiales del ejército descontentos
Fueron arrestados y procesados por traición a la patria y rebelión
CARACAS.– Catorce oficiales, entre ellos coroneles y capitanes, fueron detenidos en abril tras iniciarse la ola de protestas contra Nicolás Maduro, acusados de traición a la patria y de rebelión. La información, que se rumoreaba desde hacía semanas tras ser adelantada por la oposición, fue ratificada ayer por la agencia Reuters, que sostiene que estos oficiales están procesados.
El gobierno mantiene un hermetismo total respecto de los uniformados, que se encuentran encarcelados en la prisión militar de Ramo Verde, la misma donde está Leopoldo López, el preso político más emblemático del chavismo. El líder opositor insistió en la resistencia callejera a través de un video hecho público el domingo, que según su mujer, Lilian Tintori, pudo darse a conocer gracias a sus “amigos militares”.
La “cuestión militar” se ha convertido en una pieza clave en la crisis venezolana, tras la decisión de Maduro de mantenerse en el Palacio de Miraflores forzando la instauración de una Asamblea Nacional Constituyente con plenos poderes. El proceso de militarización de la sociedad se ha profundizado, en forma paralela al adoctrinamiento de las fuerzas armadas para que asuman la confección de una nueva Constitución distinta a la implantada por su gran líder, Hugo Chávez.
El gobierno sabe de primera mano que entre las tropas y las filas policiales crece el descontento ante la deriva social y económica del país. La orden es que esas grietas no se ensanchen, al precio que sea.
“Hay un montón de militares que no comparten la constituyente. Los militares no viven en una cúpula de cristal como muchos creen, tienen los mismos problemas, pero no es ahí donde tenemos que buscar la solución”, aseguró ayer el general (R) Miguel Rodríguez Torres, ex ministro de Interior de Maduro y jefe del Servicio de Inteligencia de Chávez.
Este militar chavista crítico, uno de los más cercanos al “comandante supremo”, apoya sin fisuras a la fiscal general, convertida hoy en traidora oficial para el madurismo, que incluso se plantea acusarla de “insania mental” ante el Tribunal Supremo de Justicia.
La confirmación sucede cuando la Guardia Nacional (militar) se encuentra en el ojo del huracán por dirigir la represión violenta contra las protestas ciudadanas, a la que han añadido los robos constantes y el uso de armas, tal y como denunció ayer la Asamblea Nacional. Fotos y videos recogieron cómo el lunes varios agentes de la Comandancia Nacional Antisecuestros usaban de forma indiscriminada sus armas cortas y largas contra “protestantes” desde una estación de servicio en el este de Caracas.
“No quiero ver un guardia nacional cometer una atrocidad en la calle”, respondió ayer el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y hombre fuerte del país. Pero la realidad es que estas atrocidades se multiplican día a día; de hecho la propia fiscal Luisa Ortega acusó a los guardias del asesinato de uno de los jóvenes manifestantes en Caracas. Hasta ayer ya se contaban 66 víctimas mortales en 67 días de protestas. Al menos una veintena lleva el sello de las fuerzas de seguridad.
Otro general de peso, Clíver Alcalá, profundizó el malestar castrense al asegurar que las fuerzas armadas no apoyarán la constituyente porque no creen en el proyecto de Maduro. El militar retirado va incluso más allá al acusar a Padrino López de la “degeneración” que, según su criterio, reina hoy en el ejército.
Alcalá teme que los militares aumenten la presión contra los manifestantes usando sus armas de combate, ya que el stock de bombas lacrimógenas se estaría acabando. El antiguo comandante de la región fronteriza con Brasil denunció en mayo ante la fiscalía los planes para usar francotiradores contra los manifestantes.