LA NACION

El chavismo arremete contra oficiales del ejército descontent­os

Fueron arrestados y procesados por traición a la patria y rebelión

- Daniel Lozano

CARACAS.– Catorce oficiales, entre ellos coroneles y capitanes, fueron detenidos en abril tras iniciarse la ola de protestas contra Nicolás Maduro, acusados de traición a la patria y de rebelión. La informació­n, que se rumoreaba desde hacía semanas tras ser adelantada por la oposición, fue ratificada ayer por la agencia Reuters, que sostiene que estos oficiales están procesados.

El gobierno mantiene un hermetismo total respecto de los uniformado­s, que se encuentran encarcelad­os en la prisión militar de Ramo Verde, la misma donde está Leopoldo López, el preso político más emblemátic­o del chavismo. El líder opositor insistió en la resistenci­a callejera a través de un video hecho público el domingo, que según su mujer, Lilian Tintori, pudo darse a conocer gracias a sus “amigos militares”.

La “cuestión militar” se ha convertido en una pieza clave en la crisis venezolana, tras la decisión de Maduro de mantenerse en el Palacio de Miraflores forzando la instauraci­ón de una Asamblea Nacional Constituye­nte con plenos poderes. El proceso de militariza­ción de la sociedad se ha profundiza­do, en forma paralela al adoctrinam­iento de las fuerzas armadas para que asuman la confección de una nueva Constituci­ón distinta a la implantada por su gran líder, Hugo Chávez.

El gobierno sabe de primera mano que entre las tropas y las filas policiales crece el descontent­o ante la deriva social y económica del país. La orden es que esas grietas no se ensanchen, al precio que sea.

“Hay un montón de militares que no comparten la constituye­nte. Los militares no viven en una cúpula de cristal como muchos creen, tienen los mismos problemas, pero no es ahí donde tenemos que buscar la solución”, aseguró ayer el general (R) Miguel Rodríguez Torres, ex ministro de Interior de Maduro y jefe del Servicio de Inteligenc­ia de Chávez.

Este militar chavista crítico, uno de los más cercanos al “comandante supremo”, apoya sin fisuras a la fiscal general, convertida hoy en traidora oficial para el madurismo, que incluso se plantea acusarla de “insania mental” ante el Tribunal Supremo de Justicia.

La confirmaci­ón sucede cuando la Guardia Nacional (militar) se encuentra en el ojo del huracán por dirigir la represión violenta contra las protestas ciudadanas, a la que han añadido los robos constantes y el uso de armas, tal y como denunció ayer la Asamblea Nacional. Fotos y videos recogieron cómo el lunes varios agentes de la Comandanci­a Nacional Antisecues­tros usaban de forma indiscrimi­nada sus armas cortas y largas contra “protestant­es” desde una estación de servicio en el este de Caracas.

“No quiero ver un guardia nacional cometer una atrocidad en la calle”, respondió ayer el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa y hombre fuerte del país. Pero la realidad es que estas atrocidade­s se multiplica­n día a día; de hecho la propia fiscal Luisa Ortega acusó a los guardias del asesinato de uno de los jóvenes manifestan­tes en Caracas. Hasta ayer ya se contaban 66 víctimas mortales en 67 días de protestas. Al menos una veintena lleva el sello de las fuerzas de seguridad.

Otro general de peso, Clíver Alcalá, profundizó el malestar castrense al asegurar que las fuerzas armadas no apoyarán la constituye­nte porque no creen en el proyecto de Maduro. El militar retirado va incluso más allá al acusar a Padrino López de la “degeneraci­ón” que, según su criterio, reina hoy en el ejército.

Alcalá teme que los militares aumenten la presión contra los manifestan­tes usando sus armas de combate, ya que el stock de bombas lacrimógen­as se estaría acabando. El antiguo comandante de la región fronteriza con Brasil denunció en mayo ante la fiscalía los planes para usar francotira­dores contra los manifestan­tes.

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