LA NACION

El ex jefe del FBI abre la boca y se vive como un Superbowl político

Comey testificar­á ante el Congreso por primera vez desde que fue echado por Trump; confirmó las presiones

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Varios bares de Washington abrirán hoy más temprano, horas antes del mediodía. Uno ofrecerá un “desayuno FBI”; otro, una ronda de tragos gratis cada vez que el presidente, Donald Trump, tuitee. En sus televisore­s se verá lo mismo: el testimonio en el Congreso de James Comey, su primera aparición pública desde que Trump lo echó del FBI en medio de su investigac­ión por el Rusiagate.

Ese escándalo político, que acecha a la Casa Blanca, ha trastocado a Washington.

Como si fuera una especie de Superbowl político, el testimonio de Comey ha succionado el oxígeno y ha eclipsado la agenda presidenci­al, deshilacha­da y en el olvido.

Trump promovió ayer su plan de infraestru­ctura en Ohio y designó a Christophe­r A. Wray al frente del FBI. Pero la atención fue a otro lado: otra vez, los jerarcas de las agencias de inteligenc­ia y seguridad respondier­on preguntas en el Congreso por el Rusiagate y el Comité de Inteligenc­ia del Senado difundió el testimonio escrito que Comey leerá hoy, una detallada y explosiva cronología de sus conversaci­ones con Trump.

“necesito lealtad, espero lealtad”, le dijo Trump a Comey, en una cena, el 27 de enero en el Salón Verde de la Casa Blanca, según Comey. Hubo un “silencio incómodo”, la conversaci­ón continuó y un rato después, sobre el final de la cena, Trump le dijo otra vez: “necesito lealtad”. Comey le prometió “honestidad”.

Trump ha negado haberle pedido a Comey su lealtad.

Comey dirá también que se sintió “obligado” a escribir un recuento de todas sus conversaci­ones, “una a una” –tres en persona, seis por teléfono–, con Trump inmediatam­ente después de que ocurrieron, algo que no hizo nunca con Barack Obama.

Comey resumirá esas charlas, en una descripció­n que muestra a Trump preocupado por despegarse de la investigac­ión del Rusiagate. El ex jefe del FBI dirá que el presidente le pidió que dejara en paz a Michael Flynn, su primer jefe del Consejo de Seguridad nacional y uno de los miembros de su equipo más complicado­s por la investigac­ión oficial; que le pidió que dijera que no era investigad­o, y que se quejó porque el Rusiagate era “una nube” que complicaba su presidenci­a.

“Espero que pueda ver una forma clara de dejar esto, de dejar ir a Flynn”, le dijo Trump a Comey, en una conversaci­ón a solas en el Salón Oval de la Casa Blanca, tras una reunión para discutir la estrategia contraterr­orista con varios funcionari­os. “Espero que pueda dejar ir esto”, insistió, siempre según el recuento del ex director del FBI.

La primera reunión entre ambos fue en la Torre Trump, antes de la jura de Trump. Comey dirá que informó al entonces presidente electo sobre el famoso dossier, publicado luego por el sitio Buzzfeed, en el que se afirma que el Kremlin tiene videos de Trump con prostituta­s en un hotel de Moscú. Para Comey, ese dossier es “falaz” y está “sin verificar”.

Ese documento volvió a aparecer en una charla el 30 de marzo, cuando Trump llamó a Comey al FBI y describió la investigac­ión como “una nube” que complicaba su habilidad para gobernar.

“Dijo que no tenía nada que ver con Rusia, que no había estado involucrad­o con putas en Rusia, y que siempre había asumido que era grabado cuando estaba en Rusia. Preguntó qué podíamos hacer para «levantar la nube»”, afirmará Comey, citando al presidente.

El escándalo no le da respiro a Trump. Día tras día, una pequeña bomba vuelve a estallar en la tapa de un diario, en las redes sociales, en la televisión o en el Capitolio.

Dan Coats, director de Inteligenc­ia nacional, fue uno de los funcionari­os que declararon ayer ante el Comité de Inteligenc­ia del Senado. Varios senadores le preguntaro­n si Trump le había pedido que intervinie­ra con Comey para dejar en paz a Flynn, según reveló The Washington Post. Coats se rehusó a confirmar o desmentir la noticia. Dijo que nunca se sintió “presionado”, pero se negó a “compartir” conversaci­ones con el presidente. “no creo que sea apropiado”, se excusó Coats.

nadie descartó que Trump responda en vivo a la audiencia de Comey. “Le deseo suerte”, dijo, anteayer, en la Casa Blanca.

“Dijo que no tenía nada que ver con Rusia, que no había estado involucrad­o con putas en Rusia y que siempre había asumido que era grabado cuando estaba en Rusia. Preguntó qué podíamos hacer para «levantar la nube»” James Comey Ex dIrEctor dEL fBI

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