Odebrecht divide al tribunal que decide la suerte de Temer
El juicio por el financiamiento ilegal de la campaña se estancó por las distintas posturas sobre la validez de las pruebas
BRASILIA.– El juicio en el Tribunal Superior Electoral (TSE) por abuso de poder político y económico de la fórmula Dilma Rousseff-Michel Temer, de 2014, se estancó ayer debido a una fuerte polémica entre los jueces en torno a la aceptación como pruebas de las revelaciones de la compañía Odebrecht, que confirmó que financió la campaña ilegalmente.
Durante la segunda sesión del histórico proceso, por el cual se invalidaría el actual mandato y el presidente Temer sería obligado
a dejar el cargo, el magistrado relator del caso, Herman Benjamin, defendió que sean consideradas las declaraciones de los ex ejecutivos de Odebrecht que firmaron un acuerdo de delación premiada con la justicia en diciembre pasado como resultado de las investigaciones anticorrupción de la operación Lava Jato.
“Aquí, en la justicia electoral, no trabajamos con los ojos cerrados”, argumentó el juez Benjamin, que aboga por anular la victoria de la fórmula conformada por Dilma, del Partido de los Trabajadores (PT), y Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
El magistrado señaló que también deben ser incorporadas como pruebas las revelaciones realizadas en un acuerdo similar por el publicista João Santana, principal estratega de la campaña del PT, y su esposa y socia, Mónica Moura, que confirmaron a la justicia que sus servicios fueron pagados por Odebrecht de forma irregular, en el exterior, con fondos provenientes del esquema de sobornos que existía en Petrobras.
La postura de Benjamin –que tiene fama de implacable– fue rebatida por el presidente del TSE, Gilmar Mendes, que señaló que ninguna de esas declaraciones formaba parte del período de instrucción del caso.
“Hay que poner límites. ¿O entonces vamos a incorporar también las revelaciones del caso JBS?”, dijo con ironía en referencia al más reciente escándalo que puso contra las cuerdas al presidente Temer.
Tres semanas atrás, los hermanos Joesley y Wesley Batista aportaron a la justicia la grabación de una conversación con Temer en la que el mandatario parecía dar el aval a sobornos para su partido y para comprar el silencio de un posible delator, el ex jefe de la cámara de Diputados Eduardo cunha, máximo impulsor del impeachment de Dilma el año pasado, que permitió que Temer, su vicepresidente, accediera al poder.
como consecuencia de las revelaciones de JBS, la Procuraduría General de la República inició una investigación contra Temer por intento de obstrucción de la justicia, corrupción pasiva y asociación ilícita. Ahora, el temor del gobierno es que el procurador general, Rodrigo Janot, presente en los próximos días una denuncia contra el mandatario. La atención pasaría entonces a la cámara de Diputados, que debe aceptar –por dos tercios– el procesamiento para que Temer sea apartado del cargo y enjuiciado por el Supremo Tribunal Federal (STF).
conocido por su larga amistad con Temer, el juez Mendes fue apoyado en sus cuestionamientos a Benjamin por otros tres de los siete miembros del TSE: napoleão nunes Maia, Admar Gonzaga y Tarcísio Vieira. Estos comportamientos llevaron a que muchos observadores presentes en el juicio crean que la corte finalmente se inclinará por la absolución de Dilma y Temer, sobre todo para no generar más inestabilidad, justo cuando la economía brasileña empieza a dar señales positivas de recuperación tras la peor recesión de la historia brasileña.
Lo cierto es que la discusión sobre Odebrecht llevó varias horas y, ante los retrasos, finalmente se decidió que los jueces empiecen a presentar sus votos hoy –fecha original para el fin del juicio–, por lo que el proceso se extendería hasta pasado mañana. Esto si no hay ninguna sorpresa antes.