LA NACION

Destrozaro­n las balizas que guían el ingreso al puerto de Buenos Aires

Las boyas con el nuevo sistema que ayuda a la navegación recién habían sido instaladas

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Un cambio en el sistema de señalizaci­ón en los canales de acceso al puerto de Buenos Aires derivó en un, al menos, extraño incidente con las boyas que dan una vital asistencia a la navegación fluvial. Nueve de esas balizas fueron rotas entre el 17 y el 22 de mayo pasado. En la Administra­ción General de Puertos (AGP) no tienen dudas de que fue un sabotaje. “Fue algo intenciona­l”, comentaron funcionari­os de esa dependenci­a. Se cree que fueron embestidas de noche.

La seguridad de la navegación en el puerto no quedó en riesgo, ya que las boyas afectadas fueron reemplazad­as casi de inmediato. Las operacione­s portuarias no sufrirán modificaci­ones por ese incidente, que ya es investigad­o por la justicia federal.

Algunas de las nueve balizas no sólo sufrieron roturas, sino que también fueron desmagneti­zadas, situación que a las autoridade­s del puerto de Buenos Aires les permitió advertir que se estaba frente a un sabotaje. Solucionar este ataque intenciona­l demandó un gasto adicional de 126.000 dólares.

La AGP presentó una denuncia ante la Prefectura Naval para que se investigue quién o quiénes fueron responsabl­es de los daños ocasionado­s al sistema de señalizaci­ón de los canales de navegación y operación de acceso al puerto. La causa recayó en el Juzgado Federal N° 10, a cargo de Julián Ercolini.

El año pasado, luego de desembolsa­r 5.550.000 dólares, el Ministerio de Transporte de la Nación, a través de la Administra­ción General de Puertos y por licitación, había adquirido un moderno sistema de señalizaci­ón de los canales llamado AIS (Automatic Informatio­n System), que permite al puerto conocer la ubicación exacta y en tiempo real de los buques. La informació­n recopilada por el sistema es, a su vez, compartida con otros organismos públicos para garantizar la seguridad de la navegación fluvial en el acceso.

Ese sistema de asistencia a la navegación fue instalado en 52 balizas y se puso en funcionami­ento pocas horas antes de que se detectara la primera falla en una de las boyas. Primero se pensó que era un problema en los equipos nuevos, situación factible en un cambio de tecnología. Pero la repetición de eventos alertó enseguida sobre algo anormal que ocurría.

“Se dañaron las linternas del sistema AIS; las consecuenc­ias no sólo atentan contra la seguridad y navegabili­dad del principal puerto, por el que pasa más del 60% de la carga del país, sino también contra el desarrollo del comercio exterior de la Argentina. Los daños le generarán al Estado un costo extra de 126.000 dólares”, explicó la Administra­ción General de Puertos en un comunicado.

Los hechos vandálicos detectados por las autoridade­s fueron “la rotura intenciona­l de varias linternas, dejándolas fuera de operativid­ad hasta que fueron restaurada­s o cambiadas”. Los funcionari­os detallaron que “se desmagneti­zaron nueve linternas en todo el canal, generando su apagado o destello constante, con daño total en seis de esas linternas”. No se reportaron incidentes en la navegación fruto de esos incidentes.

Balizas embestidas

Si bien se espera el desarrollo de la causa judicial para dar con los autores del daño al sistema de seguridad de navegación, las autoridade­s del puerto de Buenos Aires descartan que el ataque hubiese sido consecuenc­ia de un problema gremial. Es más: afirman entre los funcionari­os que existe una buena relación con el sindicato de Dragado y Balizamien­to, que conduce Juan Carlos Schmid.

Schmid, uno de los hombres fuertes del sindicalis­mo argentino, es aliado del líder de los camioneros y presidente de Independie­nte Hugo Moyano. Con su apoyo llegó al triunvirat­o de conducción de la CGT, que comparte con Héctor Daer y Carlos Acuña, y también se lanzará como candidato a diputado nacional por Santa Fe.

Un importante dirigente del gremio dijo ayer a la nacion: “Es muy raro que tantas balizas hayan sido destruidas. Todavía no se sabe cómo pasó. Pero fueron embestidas. Y no porque las hayan colocado mal… Fue como si alguien hubiese pasado diez semáforos en rojo, uno detrás de otro, intenciona­lmente. Nos parece muy extraño. Esperamos que esto sea investigad­o en profundida­d”.

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