LA NACION

Fue a buscar su auto robado y había un cadáver en el baúl

El cuerpo, de sexo masculino, fue trasladado a la morgue.

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El automóvil, un Peugeot 208 gris, estuvo varios días estacionad­o en Ávalos al 200, en la Paternal. A los vecinos le llamó la atención y le avisaron a un integrante de la Policía de la Ciudad que todos días recorre la zona en forma preventiva. A los pocos minutos, después de que el uniformado hiciera una consulta con el número de patente, se descubrió que el vehículo había sido robado en Ramos Mejía. Pero la mayor sorpresa llegó cuando el dueño fue a la comisaría y abrió el baúl: dentro de una bolsa de boxeo estaba el cadáver de un hombre de entre 35 y 40 años.

Así lo informaron a la nacion calificada­s fuentes policiales. El hecho ocurrió en las últimas horas cuando la víctima del robo concurrió a la comisaría 41a, en Alfredo Bufano al 1800, abrió el baúl de su vehículo y se encontró con el macabro hallazgo.

El cuerpo sólo tenía puesto un calzoncill­o y un par de soquetes. Tenía papel en la boca, la cabeza encintada con una bolsa de plástico, las manos atadas y presentaba un tatuaje de un dragón en un hombro y otro en una pantorrill­a.

El automóvil había sido robado el 27 del mes pasado, a las 5.30, en Ramos Mejía, en el oeste del conurbano bonaerense. La víctima fue intercepta­da por delincuent­es armados que la obligaron a bajarse del vehículo.

El automóvil tenía pedido de secuestro desde el 29 del mes pasado, es decir, dos días después del robo. En Ávalos al 200 fue hallado el miércoles pasado.

La data de muerte, según las primeras estimacion­es de los peritos, era de 48 a 72 horas anteriores al hallazgo del cadáver. El cuerpo no presentaba lesiones provocadas por armas o golpes. Se estima que fue asfixiado con la bolsa plástica.

“Los vecinos que hablaron con el policía le comentaron que hacía varios días que estaba estacionad­o y que no era de nadie que viviera en la zona, por eso les había llamado la atención”, explicaron los fuentes policiales consultada­s.

La investigac­ión del caso quedó a cargo del fiscal de criminal y correccion­al César Troncoso, que ya ordenó una serie de medidas para intentar identifica­r el cuerpo.

“En el automóvil no había ninguna identifica­ción de la víctima. Los tatuajes son hechos por un profesiona­l, por la tinta utilizada se podría decir que no es algo «tumbero»”, sostuviero­n los voceros consultado­s. En busca de imágenes

Los investigad­ores ahora buscan en las cámaras de seguridad de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano imágenes que permitan reconstrui­r el recorrido del auto desde que le fue robado a su propietari­o.

“El automóvil no parecería la escena del crimen, sino el medio para evacuar el cuerpo de donde murió. Estamos ante una muerte violenta”, explicó su cuenta de Twitter el reconocido forense Raúl Torre.

El experto agregó: “Cuando se traslada el cadáver, es porque el lugar donde ocurrió la muerte compromete al criminal. No descartarí­a que el cadáver correspond­iera a un delincuent­e con antecedent­es”.

El cuerpo fue enviado a la Morgue Judicial para que los médicos forenses le hagan la autopsia que permitirá determinar las causas de la muerte.

El robo del automóvil, que como se dijo ocurrió el 27 del mes pasado a las 5.30 en Ramos Mejía fue protagoniz­ado por dos delincuent­es armados. Los investigad­ores intentan determinar si la persona muerta hallada en el baúl era uno de los dos ladrones. El misterio se podría empezar a resolver tras el informe de la autopsia.

 ??  ?? El automóvil donde estaba el cadáver Los informante­s agregaron que los uniformado­s de la comisaría 41a no abrieron el baúl hasta que llegó el propietari­o porque, sin orden judicial, no están autorizado­s a hacerlo.
El automóvil donde estaba el cadáver Los informante­s agregaron que los uniformado­s de la comisaría 41a no abrieron el baúl hasta que llegó el propietari­o porque, sin orden judicial, no están autorizado­s a hacerlo.

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