Trump y el clima
El cambio climatológico acapara hoy la agenda internacional. Mientras la comunidad científica se debate entre pronósticos apocalípticos y un moderado escepticismo, los líderes políticos entrevén los réditos electorales del discurso ecológico y muchos hombres de negocios empiezan a calcular los dividendos del cambio energético les puede brindar. En tanto, la vida en el planeta corre serios riesgos. Sea cual fuere el escenario final, existirán consecuencias directas, como la disminución de la nevadas y del volumen de los casquetes polares. Esto supondría, entre otras cosas, una elevación del nivel de los mares, olas de calor, trombas de agua. Los ciclones continuarán con mayor frecuencia. Las precipitaciones aumentarán en las latitudes más extremas y disminuirán en las áreas subtropicales. Esto traerá aparejado que la cuenca mediterránea aumente su aridez. Las enfermedades ligadas al calentamiento global y al consumo de agua se incrementarán en intensidad y frecuencia. Los manantiales se agotarán y concentrarám contaminantes que atentarán contra los seres vivos. La situación planteada debería ser conocida por el presidente de los EE.UU., quien parece ignorar el riesgo que corre nuestro planeta, y que puede traer consecuencias devastadoras.
Guillermo C. Vadillo guillermovadillo@yahoo.com.ar