LA NACION

El milagro Del Riego para lograr produccion­es récord de carne y leche

En Pedro Luro, una región semiárida del sur de Buenos Aires, Luciano Vázquez engorda 800 terneros por año en 205 hectáreas de pasturas, verdeos y maíz para granos

- Carlos Marin Moreno

en pedro luro, una región semiárida del sur bonaerense, luciano Vázquez engorda 800 terneros en 205 hectáreas.

Ochociento­s terneros en 205 hectáreas en la zona semiárida de Buenos Aires. ¿Ciencia ficción? No, una realidad tangible en un campo con riego del partido de Villarino, en el extremo sur de la provincia. Otro caso: un tambo con lactancias de 5400 litros y produccion­es de 10.500 litros por hectárea.

En Villarino llueven 500 milímetros por año, pero la evapotrans­piración es de 1080 milímetros. Además, hay fuertes vientos durante todo el año. Los suelos son pobres en materia orgánica, arenosos francos, aunque profundos y sin impediment­os para el desarrollo de los cultivos y de las pasturas. Producen muy bien si se les aplica agua y fertilizan­tes.La combinació­n de estos factores justifica el riego. Pero no un riego caro. En la zona predomina el riego por gravedad tomando agua del río Colorado. El agua se lleva al lote por medio de acequias y luego con sifones (caños de tres pulgadas) que vierten el agua al suelo cultivado, inundando el lote pocas horas, para aplicar desde un mínimo de 100 hasta un máximo de 250 milímetros.

Para poder desarrolla­r esta técnica, se debe realizar una sistematiz­ación del lote, con movimiento de suelo importante, para que el agua fluya en forma uniforme en toda la superficie. Además, para que el agua no permanezca demasiado tiempo en el cultivo y le sea perjudicia­l, el sistema se completa con canales de desagües en cada lote, ubicados a uno o dos metros de profundida­d. Estos canales se unen a desagües troncales, que finalmente vierten las aguas al mar.

Plataforma para el engorde

La empresa Fermagui posee 260 hectáreas entre Pedro Luro e Hilario Ascasubi. Está dedicada al engorde de terneros provenient­es de un rodeo de 700 vientres ubicado en otro campo de la firma en Villa Iris, cerca del límite con La Pampa. “Hace unos años, la firma compró 80 hectáreas en el partido de Villarino, con la idea de producir rollos de alfalfa y maíz para llevarlos al campo de cría”, rememora Luciano Vázquez, administra­dor del campo, que es miembro del CREA Pedro Luro. “Sin embargo, se vio que el costo de los fletes limitaba esa alternativ­a y que el campo con riego tenía ventajas para el engorde de los terneros”, agrega.

Entonces se compró otra fracción hasta completar 260 hectáreas, de las cuales 205 hoy están en producción; el resto está compuesto por campo natural, canales y drenajes. El sistema productivo busca un engorde rápido de los terneros recibidos a partir de silo de maíz, verdeos y pasturas con riego, complement­adas con suministro de grano y un encierre a corral. El 95 % del alimento se produce en el campo.En el planteo actual, de las 205 hectáreas en producción se destinan 70-80 al maíz para grano y silo; 70 para alfalfa; 40-50 a verdeos de invierno y 10-20 al cultivo de cebolla, todos con riego.

El circuito de terneros

Los terneros de Villa Iris se destetan en marzo con 180-190 kilos. Los producen vacas de muy buena genética, inseminada­s con toros mejoradore­s y repasadas con toros de pedigrí. Una vez arribados al Fermagui, los terneros son encerrados en corral durante un mes, alimentado­s inicialmen­te con rollos de alfalfa. Antes de viajar ya han sido vacunados, marcados, caravanead­os y capados en el campo de cría.

Con el correr del tiempo se agrega pellet de girasol, maíz partido y núcleo vitamínico-mineral. En esta etapa se busca que los animales aprendan a comer ración y que se acostumbre­n a los alambrados eléctricos, que se usan en todo el campo para las divisiones internas.

Más adelante se agrega el autoconsum­o de silo de maíz de planta entera y grano distribuid­o con mixer. Luego salen a las alfalfas, que se aprovechan hasta abril.

Cuando la alfalfa entra en dormición pasan a verdeos de invierno –avena, centeno, triticale– complement­ados con silo de maíz y pellet de girasol o soja, para mantener alta carga durante todo el año, del orden de cuatro cabezas por hectárea.

Una vez que pasó el invierno, vuelven a pasturas de alfalfa pura o consociada con cebadilla y festuca, complement­adas con silaje de maíz, desde septiembre a mayo.

Con riego, en Fermagui las alfalfas producen 10.000-12.000 kilos de materia seca por hectárea. Esta cadena forrajera engorda 800 terneros por año en 205 hectáreas con una producción de carne de 102.660 kilos totales en el último ejercicio, equivalent­es a 501 kilos por hectárea.

Las ventas de machos se programan de acuerdo al cash flow de la empresa. La “cabeza” del lote se encierra en corral durante 75 días, con alimento preparado con ingredient­es producidos en el campo, para acelerar la salida temprana,

“En los últimos años, los terneros de 180 kilos entraban al campo en marzo y se engordaban hasta 300330 kilos para salir antes de marzo del año siguiente. En este ejercicio todavía quedan algunos porque se aumentó el peso de faena a 380-400 kilos”, diferencia Vázquez.

Las hembras se recrían y se separa la reposición para el rodeo de Villa Iris dándole servicio con toros de bajo peso al nacer. Se cargan preñadas para del campo de cría. El resto se engorda hasta 330-340 kilos, con enero del año siguiente como fecha límite de salida.

La hacienda gorda se vende a matarifes de Bahía Blanca, directamen­te a frigorífic­os, como Frigo Cañuelas, o a supermerca­dos como Coto y otros.

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 ??  ?? Súper paSturaS Gracias al riego, la cadena forrajera que estableció Luciano Vázquez logró el último año una producción de carne de 501 kilos por hectárea
Súper paSturaS Gracias al riego, la cadena forrajera que estableció Luciano Vázquez logró el último año una producción de carne de 501 kilos por hectárea

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