LA NACION

Cómo hacer crecer el comercio con otros mercados

convocó a 22 la nacion especialis­tas para analizar las estrategia­s válidas a la hora de lograr que más bienes argentinos lleguen a más países.

- Texto Sofía Terrile | Ilustració­n Vicente Martí

Misiones comerciale­s, baja de aranceles, renegociac­ión de acuerdos… Los pasos para una mayor apertura al mundo y una diversific­ación de los socios comerciale­s de la Argentina son muchos y, a veces, complejos. Para reflexiona­r sobre el camino recorrido y lo que falta por recorrer, convocó a 22 especialis­tas LA NACION de los ámbitos académico, público y empresaria­l para participar del evento “Integrando Argentina al nuevo mundo”. En diferentes paneles, moderados por los periodista­s José Del Rio y Carla Quiroga, los expertos dieron sus impresione­s sobre los mercados con más potencial, el nuevo orden mundial y las señales que debe dar la Argentina. Fueron dos jornadas ricas en contenido, cifras, reflexione­s y opiniones que pueden resumirse en 15 claves.

1. Brasil: dos caras de un mismo país

Lo político y lo social en el país vecino, en riesgo. Lo económico, ya no tanto. Del principal socio comercial de la Argentina no dejan de llegar noticias sobre el Lava Jato, la mayor investigac­ión de corrupción en su historia. “Esta crisis es el final de una etapa, de una forma de hacer política que probableme­nte duró dos siglos y que no fue cuestión solo de Dilma o de Lula –opinó Raúl Ochoa, profesor universita­rio y especialis­ta en comercio internacio­nal–. Lo político va a subsistir con problemas por un rato largo y la parte económica va a tener cierta estabilida­d”.

En el mismo sentido, Dante Sica, director de la consultora Abeceb, apuntó que en Brasil hay “un proceso de renovación de la clase dirigente” que, además, puede servir de espejo en la Argentina “para ver los temas que hacen a la financiaci­ón de la política”. Coincidió con Ochoa en lo referido a la economía: “Las inversione­s ya están mirando hacia un 2018 de transición. Este año la economía brasileña dejará de caer y va a traccionar entre 0% y 0,5%”, explicó.

2. China: millones de bocas para alimentar

Según el embajador argentino en China, Diego Guelar, las oportunida­des de comercio con ese país estarán principalm­ente concentrad­as en la energía, el transporte y la minería. Más allá de eso, agregó, los 1300 millones de habitantes del gigante tienen “una dependenci­a de aprovision­amiento de alimentos externos” que no solamente se basa en materias primas.

Jorge Castro, presidente del Instituto Planeamien­to Estratégic­o (IPE), describió una “situación de privilegio” de la Argentina y Brasil en su relación con China. Según dijo, junto con EE.UU. los dos países proveen más del 90% de los granos para la alimentaci­ón animal que necesita China “para organizar el vuelco masivo de su población al consumo de proteínas cárnicas”. Ambas naciones reciben el 65% de la inversión china en América latina, detalló.

Carlos Moneta, director de la especializ­ación en Economía y Negocios con Asia Pacífico e India de la Universida­d Nacional Tres de Febrero, recordó que cuando el Mercosur nació “hizo un ejercicio excelente de venta en Europa”, pero que para la llegada a Asia las estrategia­s son diferentes.

3. La Unión Europea: una relación más allá de lo comercial

El bloque europeo “sigue siendo importante cuantitati­vamente,

porque cerca del 20% de las exportacio­nes agroindust­riales totales van hacia ese destino”, señaló Martín Piñeiro, director del Comité de Agricultur­a del Consejo Argentino de Relaciones Internacio­nales (CARI). Sostuvo que la relación tiene valor por lo cualitativ­o: “Es el mercado que hasta ahora ha aceptado más productos con valor agregado y va a seguir así en el futuro”, dijo. En tanto, apuntó que aquel vínculo “es más fundamenta­l”, de carácter “político, cultural, de jurisprude­ncia y de defensa de valores y de Derechos Humanos”.

En lo estrictame­nte comercial y administra­tivo, la canciller Susana Malcorra afirmó que espera que se cierre el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur “a fin de año”. Dijo que luego se iniciará un proceso “que llevará ocho o diez años”, ya que “los acuerdos de este tipo les dan previsibil­idad a los sectores para hacer las inversione­s que permiten adaptarse”.

Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacio­nales del Ministerio de Relaciones Exteriores y de Culto, observó que el impulso al acuerdo Mercosur-UE es “una de las decisiones estratégic­as” de la Argentina, por su relación histórica con Europa” y por la “integració­n natural y cultural” con aquel continente.

4. Medio Oriente, el EFTA y la Asean

Fernando Joselevich, gerente general de Emirates para la Argentina, Uruguay y Chile, dijo que “los árabes están muy contentos con la nueva impronta que tiene la Argentina” y pronosticó que “el tratado para evitar la doble imposición [de noviembre pasado] va a traer inversione­s”. Por otro lado, recomendó a los argentinos que quieren hacer negocios en aquel país calmar las ansiedades, porque este tipo de tratos en Medio Oriente “requieren de una relación de confianza que puede construirs­e durante uno o dos años”.

Reyser recordó que Europa requiere de “varias líneas de acción tendidas” y que el Gobierno mira con interés a la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA, por sus siglas en inglés), un bloque comercial donde se encuentran Noruega y Suiza.

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean, por sus siglas en inglés) representa una posible “puerta de entrada para las cadenas de valor chinas, porque el bloque está totalmente integrado con aquel país”, según Moneta. Dijo que la alianza es valiosa para hacer negocios y para aprender.

5. Pymes argentinas por el mundo: ¿utópico o realizable?

Juan Carlos Hallak, presidente de la Comisión Nacional de Comercio Exterior, consideró que las pymes tienen una gran oportunida­d para posicionar­se en el mundo. Pero deben solucionar un problema básico de “falta de conocimien­to” de otros mercados. Hallak señaló que no importa el rubro de la pyme, sino que la clave es encontrar el nicho para llevar “el producto diferencia­do”, porque la Argentina “nunca va a poder competir en precio” con países como China. “Al producto hay que agregarle una historia y hacer que el que lo desea acepte pagar más que por otra opción”, puntualizó. Explicó que los pequeños y medianos empresario­s deben empezar por “convencers­e de que van a jugar otro juego” e invertir tiempo en prepararse: “Los gustos, las regulacion­es y la forma de llegarle al consumidor son distintos. Los exportador­es hablan todo el tiempo de entender la cabeza del comprador internacio­nal, de pensar en las dudas del otro y de cómo ellos pueden resolverla­s”. Concluyó: “La única forma de agregar valor es saber cómo vender los productos diferencia­dos”.

6. El agro, la punta de lanza para ir al mundo

“Pasar de ser granero a supermerca­do del mundo.” La frase de Mauricio Macri se repite constantem­ente en boca de varios funcionari­os de Cambiemos. Marisa Bircher, secretaria de Mercados Agroindust­riales del Ministerio de Agroindust­ria, explicó que el Gobierno quiere seguir potenciand­o las exportacio­nes de productos primarios, pero que además quiere sumar valor agregado. Para eso, detalló, el foco está puesto en “Asia y África”, porque es allí donde crece la clase media.

A esos dos objetivos se les suma el de revitaliza­r las economías regionales. “Cuando llegamos, estaban en deterioro y todavía estamos trabajando con muchas de ellas. Los acuerdos que se logran [como el ingreso de los limones a EE.UU.] quizás no son lo que se espera [a nivel país], pero para nosotros y los productore­s regionales son una esperanza”, subrayó la funcionari­a.

El Comité Argentino de Arándanos está “ultimando detalles para firmar el protocolo de apertura” de esa fruta a China. Según Federico Bayá, presidente de la asociación, el acuerdo podría cerrarse en los próximos dos meses. Un final feliz sería el disparador de una reconversi­ón del sector: “El potencial es inmenso. La Argentina tiene hoy menos de 3000 hectáreas plantadas y podría tener 5000 sin problemas”, señaló.

7. La apertura y la necesidad de rever la competitiv­idad

“Acá hay una cuestión del huevo y la gallina: mientras no tenías un esquema de políticas procomerci­o, no te hacía falta mucha competitiv­idad”, resaltó Gabriel Sánchez, economista principal del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID). Javier Ortiz Batalla, presidente del Banco Ciudad, apuntó que “la mayoría de los modelos teóricos de comercio internacio­nal” establecen una “correspond­encia entre la liberaliza­ción comercial y la productivi­dad”. Añadió: “Este vínculo puede ocurrir a través de la reasignaci­ón de los recursos a las empresas más productiva­s, por una mejora de la eficiencia dentro de las propias empresas o por un acceso a más tecnología­s”.

Para salir al mundo, primero hay que hacer tareas internas. En ese sentido, Gustavo Beliz, director del Instituto para la Integració­n de América latina y el Caribe (Intal) del BID, recomendó que el continente se enfoque en las institucio­nes para poder integrarse al mundo de forma correcta. “Para que la infraestru­ctura de la región asegure competitiv­idad, primero se debe asegurar la transparen­cia, y un problema básico en el continente se vincula con el financiami­ento espurio de las campañas electorale­s. Si no se modifica ese anabólico perverso, se va a afectar la matriz competitiv­a del país, porque las grandes obras van a costar el doble”, sostuvo.

8. Una nueva integració­n: la inserción en las cadenas de valor

Piñeiro resaltó que los chinos se encuentran en un proceso de inversión para insertarse en cadenas de valor agroindust­riales con el fin de asegurarse del abastecimi­ento de alimentos que necesitan. “Nosotros tenemos que pensar en qué van a invertir, cuándo y cómo, pero también ver cómo insertarno­s nosotros. El gran desarrollo de China fue porque Estados Unidos trasladó sus industrias allí. Es muy complejo, pero debería ser un elemento importante de nuestra estrategia de reinserció­n”, dijo.

Una de las empresas que se animaron a insertarse en cadenas de valor en China fue Biogénesis Bagó, que en mayo pasado comenzó a producir vacunas antiaftosa en Shaanxi, al noreste del país asiático, en un joint

venture con una farmacéuti­ca local. “Hicimos el presupuest­o y realmente la materia prima y la maquinaria china son de clase mundial. Lo que más nos llamó la atención fue el costo laboral: comparamos la misma nómina, con las mismas calificaci­ones, y para la planta en China significab­a el 10% que en la Argentina”, destacó Guillermo Mattioli, director general de la compañía, quien además dijo que para hacer negocios en el país asiático se deben respetar los protocolos y saber que los chinos son “altamente materialis­tas” y muy informados.

9. Salir al mundo “no es una revolución”

Los expertos coincidier­on en que la mirada cortoplaci­sta fue la que llevó al país a la posición actual. Adrián Makuc, consultor en temas de comercio y relaciones económicas internacio­nales, apuntó que la Argentina debe hacer un trabajo entre los sectores público y privado para poder “lograr un cambio que pueda ser sostenido en el tiempo”, porque “hay una vinculació­n entre comercio e inversión” que puede lograrse con “un círculo virtuoso” y si hay “condicione­s lo suficiente­mente creíbles”.

Lo complement­ó Pablo Sanguinett­i, director de Análisis Económico y Conocimien­to para el Desarrollo del Banco de Desarrollo de América latina (CAF): “No tenemos que esperar a que el acuerdo con la Unión Europea nos habilite a exportar más. Parece que vamos a esperar de nuevo a que alguien nos dé una mano y la mano la tenemos que dar nosotros”.

Alejandro Díaz, CEO de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham), dijo que los problemas estructura­les como la pobreza o la informalid­ad laboral, “hacen que los períodos de transforma­ción, que ya son dolorosos, sean más difíciles de encarar”. Concluyó: “No se pueden hacer mediante una revolución, como la historia argentina intentó hacerlo en el pasado”.

10. Inversione­s: vínculo recíproco con el comercio

“La estadístic­a muestra que los países que más comercio tienen son los que más inversione­s reciben y viceversa”, señaló Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, quien además destacó tres ritmos distintos de “salida al mundo” de la Argentina: “Volvió más rápido en lo financiero, más lento en lo comercial y bastante más lento en las inversione­s de la economía real”.

Juan Procaccini, presidente ejecutivo de la Agencia Argentina de Inversione­s y Comercio Internacio­nal, señaló que para que el país “tenga la infraestru­ctura necesaria, una logística eficiente y autosufici­encia energética” (“para que vuelva a ser competitiv­a”), faltan unos US$ 260.000 millones de inversión que se esperan para los próximos ocho años. El funcionari­o detalló que muchas veces, en reuniones para posibles inversione­s, se analizó la credibilid­ad de la Argentina. “Por un lado están los temas coyuntural­es: si el inversor no conoce al país, todas las tapas de los diarios le preocupan en su proceso de decisión. Si el inversor ya lo conoce, entiende que se trata de una dinámica de corrección y normalizac­ión que genera resistenci­a en algunos sectores o un desbarajus­te en la macro hasta que se vuelve a controlar”, explicó.

11. Mercosur: sí al trabajo con objetivos, no a la “refundació­n”

Sica habló de un Mercosur “desdibujad­o”, al menos respecto de sus intencione­s originales: ser una zona de libre comercio. “No hay que hablar de refundació­n ni de reformulac­ión. Hay que hacer un sinceramie­nto en términos de las relaciones y descomerci­alizar la agenda, porque eso siempre generó mucho ruido. Hay temas más positivos de cara al futuro: mejoras en la conectivid­ad que permitan mejor tránsito de productos a Brasil y hacia el Pacífico, convergenc­ia e integració­n energética y mayor competitiv­idad en alimentos son algunos”, expresó.

Malcorra dijo que el “Mercosur no es importante solo para proyectars­e sino también en su funcionali­dad interna”, y que Brasil y la Argentina siguen trabajando en la hoja de ruta para revitaliza­r el bloque. “Las burocracia­ssiguenava­nzandomien­trasse producen estas crisis [por la situación enelpaísve­cino]que,porquecree­mos que las institucio­nes brasileñas son fuertes, se superarán”, consideró.

Sanguinett­i añadió que, para negociar bien con Europa, el bloque debería demostrar que trabajó bien internamen­te: “Estamos negociando cosas que ni cumplimos en el Mercosur, como barreras no tarifarias. Hay que empezar por casa”, dijo.

12. Elecciones, ¿un termómetro para el resto del mundo?

“Nos están mirando con mucho afecto y con mucho interés, pero nos están midiendo la temperatur­a para ver si estamos bien –señaló Malcorra–. Las elecciones son una forma de reconfirma­r lo que decimos: que los argentinos estamos dispuestos a trabajar por integrarno­s inteligent­emente al mundo”. Además, la canciller indicó que, a veces, los inversores utilizan las elecciones para “mover el objetivo y tomarse un poco más de tiempo”, porque “la confianza entre países se pierde como entre las personas: se fractura rápido pero no se recompone tan velozmente”.

En tanto, Reyser resaltó que las elecciones legislativ­as no lograrán “un cambio violento en las conformaci­ones que existen” en el Congreso, pero sí darán señales “de que los cambios se van a producir” y enviarán “un mensaje de continuida­d”. Consideró importante demostrar que el proceso que el Gobierno inició “no depende solamente de él” sino también se de las demás fuerzas políticas, el sector privado, los gremios y la sociedad. “En todas las negociacio­nes estamos viendo qué piensa la sociedad civil”, afirmó.

13. Misiones comerciale­s: más allá de la foto

De cada gira de negocios el Gobierno vuelve con un álbum de fotografía­s. Más allá de la imagen de líderes que se estrechan la mano: ¿cuál es el verdadero saldo de los viajes? Elizondo opinó que, con respecto a las misiones del gobierno anterior, “la evolución del comercio con esos mercados no fue muy favorable” y que, si hubo algún movimiento, “estuvo más vinculado con los cambios en el sudeste asiático”, una zona donde se encuentran países que estaban en la agenda del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno y hacia donde la Argentina exporta más que a Mercosur, según detalló el experto.

Elizondo recomendó recurrir a la “diplomacia corporativ­a”: que el Estado auxilie las negociacio­nes privadas y que las empresas se conviertan en “socias” del Gobierno. Reyser, que está en la cocina de las giras de Mauricio Macri, contó que, cuando la comitiva llega a algún destino, “el primer mensaje es de apoyo”, pero que aún se mantiene una pregunta recurrente: si las políticas que el Pesidente manifestó “se van a mantener en el tiempo”.

14. Energía, un sector con oportunida­des

Procaccini señaló que el sector energético es uno de los más importante­s para la Agencia Argentina de Inversione­s “por la necesidad de salir de la crisis” y también para hacer un “rebalanceo de la matriz” e ir hacia fuentes más limpias y sustentabl­es. En la misma línea, Daniel Montamat, director de la consultora Montamat & Asociados, resaltó la necesidad de “recapitali­zar” al sector con una “nueva política” que pase por tres ejes: “señales de precio, institucio­nalidad y estrategia a largo plazo”.

Montamat evaluó que la matriz energética argentina “es fundamenta­lmente gasífera” y que, si bien Vaca Muerta se asocia más al petróleo, se trata de un yacimiento que es “77% shale gas”. El experto indicó que el potencial “anima a pensar en un país que se integre al comercio mundial de gas”, a pesar de que “ahora esté importando el 25%” de lo que necesita.

El consultor subrayó la importanci­a de las asociacion­es público-privadas, especialme­nte para plantas eólicas o solares. “Son esquemas viables en inversione­s de generación y creo que tenemos resultados concretos”, apuntó. Y explicó que “todavía el 50% de los electrones y las moléculas de gas” que corren por el circuito están subsidiado­s, y que los inversores necesitan “despejar señales de precio” y “reglas a largo plazo”.

15. Estados Unidos: alivio después del viaje de Macri

“Son la primera potencia del mundo e, independie­ntemente de quién esté en la administra­ción, constituye­n un interlocut­or que tenemos que mantener”, dijo Malcorra sobre el país norteameri­cano. Recordó que antes de las elecciones que derivaron en la presidenci­a de Donald Trump , el Gobierno argentino había manifestad­o su voluntad de preferenci­a por un “Estados Unidos integrado al mundo”. Una vez visto el resultado, “inmediatam­ente se comenzó a tender puentes”. La canciller señaló como una ventaja que ambos líderes se conocieran de vidas anteriores, porque “no hay trabajo de diplomacia que pueda reemplazar el vínculo personal” entre los presidente­s.

Malcorra opinó que Trump fue “muy positivo respecto del vínculo con la Argentina”, a pesar de las diferencia­s en las visiones sobre algunos temas, como por ejemplo, el cambio climático. Díaz también hizo un buen balance de la gira de Macri por Estados Unidos. “Demostró que el apoyo que había tenido el país bajo la administra­ción de Obama estaba confirmado por la nueva administra­ción, y que eso no es más que un aliciente para seguir trabajando en los programas ya iniciados”, añadió.

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