Los vegetales buscan un lugar en la dieta

En su versión congelada, estos productos solo llegan al 12% de los hogares argentinos

Es una categoría muy recomendada para la salud del consumidor y para su bolsillo. Sin embargo, en la Argentina aún no tiene el nivel de consumo que sí muestra en algunos países vecinos. Se trata de los vegetales congelados, que tienen en el país un consumo per cápita anual de tan solo 350 gramos.

Con solo cruzar la Cordillera de los Andes, se puede encontrar en Chile un nivel de consumo per cápita de 4 kilos por año, asentado en una cultura culinaria mucho más cercana a la de Estados Unidos, donde se comen 6 kilos anuales por habitante. En Uruguay, esa cifra es de 2,5 kilos; en Brasil, de 1 kilo, y en Europa el promedio resulta de 7 kilos.

“Se trata de una categoría que tiene un potencial de crecimiento extraordinario; solo hace falta derribar ciertos mitos, como que es un producto caro o que tiene conservantes agregados”, comenta Ignacio Accame, gerente general de Nutrifrost, una de las tres empresas que producen vegetales congelados en la Argentina.

La oferta local, de 13.000 toneladas anuales, está compuesta por Nutrifrost (40% del mercado) con sus marcas Maglia y Erin; Molinos (30%), con Granja del Sol, y BRF (30%), con Sadia y Green Life. Nutrifrost también hace marcas propias para Día %, Carrefour, Jumbo, Walmart (Great Value), La Anónima y Macro (Aro).

Los productos básicos son: espinaca, acelga, arveja, choclo, chaucha y brócoli. Su precio en el retail está entre los $ 80 y los $ 100 el kilo (IVA incluido), lo que es lo mismo que decir unos $ 30 la bolsa de 300 gramos. Hay que tener en cuenta, además, que solo 12% de los hogares argentinos consumen esta categoría (en Chile, esa cifra trepa a 90%).

Es un negocio nutrido por cientos de pequeños productores ubicados en Cuyo, Norte y Sur de la provincia de Buenos Aires, en quintas de entre 10 y 15 hectáreas.

350 gramos consumo per cápita de vegetales congelados