Sebastián Saja estiró el placer de ser arquero hasta los 38 años

Campeón con San Lorenzo y Racing, le puso fin a su carrera; Zaragoza, último club

Sebastián Saja sentía un placer que estiró hasta los 38 años: “Seguramente, nada de lo que haga de acá en adelante será igual, nada me hará sentir tan pleno como salir a una cancha y caminar hacia un arco”. Este es uno de los párrafos del comunicado de despedida y retiro del fútbol que el arquero publicó en su cuenta de Twitter. Cuelga los guantes en Zaragoza, en la segunda división de España. Insidioso, el fútbol le jugó una burla en su último partido: un jugador de Tenerife le convirtió ayer un gol desde atrás de mitad de cancha.

Fue un detalle anecdótico en su extensa y meritoria carrera, que tuvo su bautismo en la primera de San Lorenzo en octubre de 2000, cuando debió ingresar durante el partido frente a Vélez por la expulsión de Gustavo Campagnuolo. El Ciclón fue uno de los clubes que marcó su trayectoria. No sólo porque se formó en sus inferiores, sino también por haber sido una pieza importante, por condiciones y ascendencia dentro del plantel, en la obtención de tres títulos. Saja fue decisivo en la conquista del primer campeonato internacional de San Lorenzo, la Copa Mercosur 2001, en cuya final frente a Flamengo atajó dos penales en la definición. Ese mismo año integró el equipo campeón del Clausura, y en el siguiente, en 2002, ayudó a levantar la Copa Sudamericana.

Tres de los seis títulos de su carrera fueron con San Lorenzo, en el que cumplió dos etapas (2000/03 y 2005/06). Luego de cinco años en el exterior (sub-campeón de la Copa Libertadores con Gremio de Porto Alegre y una Copa de Grecia con AEK Atenas), Saja se hizo un lugar importante en Racing. A veces mirado de reojo por proceder de otro equipo grande, se ganó a los hinchas de la Academia con su profesionalismo en la cancha y la positiva gestión de vestuario que llevó adelante con Diego Milito para coronarse con la vuelta olímpica en el Transición 2014.