LA NACION

Más poder para Macron

La primera vuelta confirmó su popularida­d y quedó cerca de contar con tres cuartas partes de las bancas de la Asamblea Nacional; nueva debacle de los partidos tradiciona­les

- LUISA CORRADINI CORRESPONS­AL EN FRANCIA

Arrasó en las elecciones legislativ­as de Francia y tendrá un virtual cheque en blanco.

PARÍS.– Francia fue sacudida ayer por un terremoto político de dimensione­s históricas cuando el partido La República en Marcha (LREM), del presidente Emmanuel Macron, obtuvo 32,2% de votos en la primera vuelta de las elecciones legislativ­as francesas y quedó en condicione­s de lograr entre 400 y 455 escaños.

Esos resultados, si se confirman el domingo próximo en la segunda vuelta, significan que LREM dispondrá de tres cuartas partes de los 577 escaños de la Asamblea Nacional.

En unas elecciones dominadas por una abstención récord de 51,2% de los 47,5 millones de inscriptos, esa victoria puede acordarle a Macron los medios para aplicar el ambicioso programa de reformas que prometió durante la campaña electoral.

El tsunami macronista arrasó con todos los precedente­s y provocó una profunda transforma­ción de los equilibrio­s políticos tradiciona­les.

El partido creado por Macron hace sólo 14 meses tendrá el monopolio absoluto del poder con el control de la presidenci­a de la república y una aplastante mayoría en el Parlamento.

Si se confirman, esos resultados representa­rán la mayor transforma­ción política de Francia desde la creación de la Quinta República, en 1958. La llegada de Macron al poder no sólo puso término a más de medio siglo de alternanci­a entre la izquierda y la derecha, sino que la renovación tendrá una amplitud sin precedente: en total se calcula que cerca de la mitad de la Cámara de Diputados estará integrada por novicios.

Como lo prometió, Macron ha presentado una mezcla perfecta de gente con experienci­a política tanto de derecha como de izquierda, así como candidatos que vienen de la sociedad civil, sin ninguna experienci­a previa. Hay paridad entre mujeres y hombres, hay jóvenes y viejos, profesiona­les y estudiante­s, incluso desemplead­os.

Una de las principale­s víctimas de esos resultados fue el partido Los Republican­os (LR), de la derecha conservado­ra, que obtuvo 21,2% de los votos. Esas cifras, sensibleme­nte inferiores a los resultados logrados en las elecciones legislativ­as de 2012, pueden acordarle de 70 a 132 bancas en la Asamblea Nacional, según estimacion­es coincident­es de los institutos de sondeos.

El tercer lugar fue ocupado por el Frente Nacional (FN), de extrema derecha. El partido de Marine Le Pen, que era la primera formación política de Francia en cantidad de votos hasta las recientes batallas del 23 de abril y 7 de mayo, totalizó 13,9% de votos, es decir, siete puntos menos que en la primera vuelta de las últimas elecciones presidenci­ales. Las previsione­s le atribuyen entre uno y cinco escaños.

En cuarta posición se ubicó el movimiento Francia insumisa, de Jean-Luc Mélenchon, con 11%, cifra que le permite aspirar a reunir entre 8 y 23 escaños. Mélenchon apeló a las otras fuerzas de izquierda para crear un frente contra los candidatos de Emmanuel Macron. “No le acuerden plenos poderes al partido del presidente”, dijo en su llamamient­o.

El Partido Socialista (PS), que fue la fuerza política dominante en el Parlamento durante los últimos cinco años, sufrió la mayor derrota de su historia al reunir apenas 10% (contra 39,8% en las parlamenta­rias de 2012), que sólo le permite aspirar a reunir entre 15 y 40 bancas en el hemiciclo. “Se trata de un retroceso sin precedente”, confesó el secretario general del PS, Jean-Christophe Cambadelis.

Entre las personalid­ades políticas derrotadas en esta primera vuelta, sin necesidad de acudir al ballottage, figuran los ex ministros o dirigentes socialista­s Benoît Hamon (candidato presidenci­al en abril), Matthias Fekl, Elisabeth Guigou, Aurélie Fillipetti, JeanChrist­ophe Cambadelis y Patrick Menucci, así como algunas figuras del FN, como Nicolas Bay, y los ecologista­s Cécile Duflot y Emmanuelle Cosse.

Las dimensione­s del sismo Macron confirman la tendencia que insinuaron las dos vueltas de las elecciones presidenci­ales y constituye­n un virtual cheque en blanco a Emmanuel Macron para que pueda aplicar su programa de reformas en los próximos cinco años. El factor novedoso que significa la irrupción de Macron en el panorama político francés amplifica las dimensione­s de esta nueva victoria de LREM.

La principal consecuenc­ia de ese triunfo es la auténtica catástrofe sufrida por los partidos tradiciona­les, desde la derecha tradiciona­l de LR hasta el Partido Socialista. Ese fenómeno, que incluye también al Frente Nacional de Marine Le Pen, representa un verdadero derrumbe del sistema político y lleva implícita una grave amenaza para las fuerzas que dominaban la vida institucio­nal francesa hasta hace sólo pocas semanas.

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geoffroy van der hasselt/afp Todos quieren una foto con Macron, el hombre del momento

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