LA NACION

Al artista Dybala le llega el momento de dar un paso al frente

Sampaoli quiere que la estrella de Juventus tome protagonis­mo y sea el socio de Messi en el tramo decisivo de las eliminator­ias

- Andrés Eliceche ENvIADO ESPECIAL

SINGAPUR.– “¡Dybala! ¡Dybala! ¡Dybala!” Un puñado de chicos estalla en la puerta del Bisham Stadium, una pequeña construcci­ón con una tribuna coqueta, donde la selección argentina acaba de entrenarse. La van que llevará a los jugadores de vuelta al hotel, estacionad­a a dos metros del ingreso, no deja espacio para los curiosos, pero el aspirante a socio de Messi frena y se acerca al grupito. O lo intenta: de pronto, tres guardias locales vestidos de traje interpreta­n que esos adolescent­es son enviados del mal y los empujan. Dybala interviene, les pide calma a los desaforado­s agentes y se pone a firmar: una foto suya en la que festeja un gol en Juventus, un cuaderno, una camiseta de la selección... El gesto evoca la mirada que el cuerpo técnico tiene sobre él: “Es un encanto de chico, cálido, respetuoso”, cuenta alguien desde adentro.

Esta estrella en ascenso de 23 años tiene bien claro de qué se trata el cuidado de la imagen. Sus posteos en las redes sociales respetan la regla básica de la comunicaci­ón del deportista global: se hacen en su idioma natal, en el del país en el que juega y en inglés. Ese es el orden, además: español, italiano, inglés. Pero aquí y ahora, en el ecosistema de la selección, recuperó el tono cordobés, está más suelto: ya no es primerizo. La gira por Melbourne y Singapur sirve sobre todo para darle forma a un grupo con una cantidad considerab­le de nuevos integrante­s, empezando por el jefe. También para sembrar la semilla de un nuevo estilo de juego, en el que Dybala está llamado a tomar un rol protagónic­o. Ser el compañero de Messi no es lo mismo que su partenaire, y ese rol central pretende Jorge Sampaoli para un chico que ya demostró que puede estar a la altura de un desafío así. Su deseo de ser alguien en la historia se palpa en detalles: para mejorar su pegada de derecha solía ponerse una birome entre los dedos de ese pie e intentaba escribir; otro costado de sus cuidados se relaciona con una musculatur­a más marcada: para aquel flaquito de Instituto ahora el gimnasio es una parte de sus rutinas.

“Se la tiene que creer más”, lo examinaba Edgardo Bauza, el primero que lo puso de titular en la selección. Esa noche, la del l 1 de septiembre del año pasado, fue expulsado antes del final del primer tiempo contra Uruguay, en Mendoza. En el vestuario lloraba tanto que el capitán se le acercó y le acarició la cabeza. Messi, claro. Contra Brasil volvieron a jugar juntos, y la prueba dejó ganas de más: “Se encontraro­n poco, pero él hizo bien una parte importante. En ataque ventiló la zona para alimentar a Di María y cuando no teníamos la pelota regresaba como interior izquierdo a cubrir”, lo analizaron alrededor del entrenador.

Eso de cumplir un rol sin la pelota lo mejoró en las últimas temporadas con Juventus, algo que le hizo ver Massimilia­no Allegri, su DT. Su club le renovó el contrato hasta 2022 y creen que así aplacaron el interés de Chelsea, Manchester United y Barcelona de contratarl­o. Lo aman: “Dybala y Neymar serán los mejores jugadores en los próximos años,” lo elogió Allegri después de su actuación consagrato­ria contra Barcelona en la Champions League. “Paulo es un artista. Ha hecho un progreso devastador”, lo definió su compañero de equipo Leonardo Bonucci. “Ha aparecido ahora con gran expectativ­a para el fútbol argentino”, se mostró mesurado Sampaoli antes del partido contra Brasil, que trabaja en los entrenamie­ntos para darle espesura a la conexión Messi-Dybala: “Son muy buenos jugadores por sí mismos y estos amistosos nos dan una oportunida­d de probar esa compatibil­idad y saber si pueden trabajar juntos y cuán efectiva será la sinergia. Creo que serán capaces”, los había analizado en Melbourne.

Con el 10 ya de vuelta en Barcelona, para volver a verlos juntos habrá que esperar al partido contra Uruguay en Montevideo. Aquí, mañana contra Singapur, será uno de los apenas tres titulares que se repetirán de la formación inicial contra Brasil. El cuerpo técnico quiere que regule mejor sus esfuerzos colectivos: detectan que sus ganas de todo a veces lo alejan de la zona de definición, donde su gambeta pesa toneladas y su remate hace daño. En esos ajustes se trabaja también en las noches de Singapur a 29 grados, con el objetivo Centenario grabado en las cabezas del cuerpo técnico. Y el chico del festejo de gol con la máscara utilizará el partido como un banco de pruebas televisado: sin Messi, le tocará por primera vez llevar el peso del juego, acompañado por Manuel Lanzini.

Aunque tampoco está su amigo Higuaín (licenciado después del clásico), pasa buena parte de los tiempos muertos en el hotel con los otros italianos del plantel: Papu Gómez, Leandro Paredes, Federico Fazio y Mauro Icardi. Ya no es el nene: a todos ellos los aventaja en partidos en la selección. Otra evidencia, una más, de la decantació­n: a Dybala le llegó la hora de dar un paso al frente.

 ?? Rodrigo nespolo / e. especial ?? dybala se entrena en singapur; mañana volverá a ser titular en el amistoso
Rodrigo nespolo / e. especial dybala se entrena en singapur; mañana volverá a ser titular en el amistoso

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina