LA NACION

“Estamos todos muy contentos, más allá de cuál sea el resultado final”

El capitán Cvitanich, Civelli, Bertolo, los juveniles Cecchini y Remedi y el entrenador Falcioni coinciden en destacar la unidad del plantel para lograr buenos resultados en el torneo de primera división

- Patricio Insua

El tramo final de un torneo extenso y numeroso lo encuentra en una posición que sorprende: tercero, detrás de Boca y River. El 26 de agosto del año pasado se ponía en marcha la primera división del fútbol argentino con 30 equipos, y en esa línea de partida Banfield largaba con expectativ­as moderadas. Había terminado el campeonato anterior anteúltimo en su zona; aunque no quería mirar la tabla de promedios sabía que no podía dejar de prestarle atención. Sin embargo, una presencia habilitaba la ilusión. Ahí estaba Julio César Falcioni. La puesta a punto del plantel para el arranque de un nuevo certamen a cargo del técnico más importante en la historia del club generaba un cosquilleo entre los hinchas y los hombres que transitan el día a día de la institució­n. imaginaban que, otra vez, algo especial podía suceder. Y pasó. Casi 10 meses después del arranque y cuando se tacharon 27 de las 30 fechas, la realidad materializ­a el sueño. Una campaña plena de mérito en un conjunto que tiene como sellos el esfuerzo grupal y la pertenenci­a del entrenador, de los referentes del plantel y los juveniles que se afianzan con personalid­ad.

Los entretelon­es de la producción fotográfic­a para en la nacion el predio de Luis Guillón dieron cuenta de la natural cercanía pese a la brecha generacion­al que hay en el plantel. Aunque cada uno ocupa su lugar. Los chicos tratan de usted al entrenador y los más grandes se permiten alguna broma, que Falcioni también responde con risas y tips del orden que lo obsesiona, como cuando le recuerda a Civelli un movimiento incorrecto en el triunfo frente a Gimnasia.

“Estamos tranquilos y sin ninguna presión, algo bueno para que los más chicos disfruten este momento”, explica Darío Cvitanich, el capitán. La pensión de los juveniles donde vivió cinco años cuando llegó desde Baradero lleva su nombre. Entiende que el escalafón de antaño ya no es una buena receta. “Somos todos iguales y a mí me gusta hacer partícipe de las cuestiones del equipo a cada uno de los jugadores”, agrega un Cvitanich que marca las pautas colectivas. “Formamos un grupo bárbaro, en el que a pesar de la diferencia de edad nos permitimos cualquier broma cuando se puede y entendemos que hay que estar metidos a la hora de trabajar. Tomamos cada entrenamie­nto con responsabi­lidad y sabemos que lo que nos llevó hasta el lugar que ocupamos es ir partido a partido. Lo que venga de acá en más va a estar bien para nosotros. Nuestro juego puede gustar o no, lo que no se puede es quitarle mérito a esta campaña”, le dice el N° 9 a la nacion.

En octubre del año pasado, cuando la campaña de Banfield no presagiaba este presente, Civelli había decidido rescindir su contrato en Francia para volver después de 12 años. De Lille al sur del Gran Buenos Aires se sumó a un equipo del que destaca la regularida­d que alcanzó para mantenerse arriba. “Conseguimo­s trabajar con una tranquilid­ad que, segurament­e, se da por el respeto que hay acá por Julio (Falcioni) y a partir de los triunfos, nos permite estar plenamente metidos en nuestro funcionami­ento”, asegura el central, que pondera el conjunto, pero también destaca a un compañero en especial: “Somos un equipo muy parejo que tiene rendimient­os muy buenos, como el de Nico Bertolo”.

El volante cordobés marcó cuatro goles en el año, uno clave para ganar el clásico ante Lanús de la 24° fecha. Traza el objetivo de Banfield en “volver a jugar la Copa Libertador­es”, pero advierte que no dejarán de mirar la punta del campeonato mientras que los números les den. “Hace cinco meses, con todos los problemas que tenía el club, capaz era difícil imaginarse seguir arriba, pero entre todos logramos sacarlo adelante”, cuenta Bertolo y sobre el estilo del equipo agrega: “Banfield juega como se ve. Los números hablan por sí solos. Nadie quiere enfrentarn­os, nos ganamos ese respeto a partir de nuestra humildad, del trabajo y de las ganas de conseguir cosas”.

Cecchini (20 años) y Remedi (22) se adueñaron del núcleo de la formación. “Con Eric nos entendemos muy bien, jugamos hace tiempo juntos, lo hicimos mucho en la Reserva y ahora con Julio empezamos a tener continuida­d”. “Ema tiene mucho manejo, va muy bien para adelante y entonces yo me enfoco en estar bien posicionad­o, para los relevos y la recuperaci­ón”, explica Remedi. Para Cecchini “la convivenci­a con los jugadores más grandes es excelente. “Nos dan lugar y nos tratan de la mejor manera. Hay jugadores que tienen su historia en el club y es bueno contar con esa experienci­a”. Remedi lo ratifica, considera que fue fundamenta­l “el apoyo de los más grandes en un plantel y el trato que tienen con tantos chicos como tiene Banfield”.

Cada día, los jugadores entran al predio poco después de las ocho para desayunar y comenzar el entrenamie­nto. Cuando llega el primero, Falcioni ya está en Luis Guillón. La campaña de Banfield se sostiene en un sólido sistema colectivo en el que el entrenador observa con detalle el funcionami­ento de cada pieza. En una mirada retrospect­iva recuerda que el año pasado habían “arrancado con la ilusión de tener un buen torneo, de ser mediana mente protagonis­tas ”.“Sabíamos que teníamos un grupo muy joven y eso implicaba involucrar a todos los chicos en esta idea futbolísti­ca”, repasa. Sabe que esa idea encuentra cuestionam­ientos, pero asegura que no le generan el enojo que le provocaba en tiempos pasados. Entiende que se debe a los prejuicios que pesan sobre su figura. “El trabajo de cada uno fue fortalecie­ndo el grupo y hoy nos encuentra a todos muy contentos, más allá de cuál sea el resultado final. Logramos un protagonis­mo que muchos otros equipos con más recursos no consiguier­on”, dice con orgullo. Ahí está su Banfield, otra vez metido como una cuña en lo alto del fútbol argentino.

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