LA NACION

España marca el camino para el sur de Europa

El país está viendo los resultados de las reformas estructura­les aplicadas por Rajoy y es el ejemplo a seguir para otras naciones a las que les cuesta más la recuperaci­ón, como Italia y Grecia

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EEn un camino secundario en el valle de Llobregat, al oeste de Barcelona, en medio de una mezcla de viejas aldeas viñateras y fábricas modernas, hay un centro de investigac­ión propiedad de Gestamp, una firma española que en sólo dos décadas se ha convertido en uno de los fabricante­s líderes de autopartes y puertas. Con 100 plantas en 21 países y ventas el año pasado de € 7500 millones (US$ 8400 millones), Gestamp es especialis­ta en estampado en caliente. Este proceso hace que las partes sean seis veces más resistente­s que si fueran estampadas en frío, lo que permite que los autos sean más seguros y livianos y que produzcan menos polución. Lo que era mero estampado de metal se ha vuelto una operación de alta tecnología.

Gestamp invierte el 3,8% de sus ventas en investigac­ión y desarrollo y tiene más de 900 patentes. “Estamos trabajando en autos que recién irán a producción en cinco o seis años”, dice Juan José matarranz, uno de los 58 científico­s e ingenieros del centro de investigac­iones. Junto al mismo, en una fábrica equipada con robots, cortadores láser y forjas de alta temperatur­a, Gestamp produce partes para Ford y audi en los Estados Unidos, así como para la gran planta de SEaT camino abajo, en martorell.

Globalizad­a e innovadora, Gestamp es un símbolo de la transforma­ción de la economía española. En 2012 el país estaba en un vórtice que amenazaba con hundir al euro. El gobierno conservado­r de mariano rajoy tuvo que ir gorra en mano a Bruselas en busca de un rescate de € 100.000 millones para los bancos de ahorro españoles quebrados. Una crisis inmobiliar­ia y el ajuste financiero hundieron al país en una caída de cinco años, de 2009 a 2013.

ahora España va camino de su tercer año consecutiv­o de crecimient­o económico de un poco más del 3%, la tasa más alta de todas las economías grandes del área del euro. Está creando alrededor de 500.000 empleos al año. Según Luis de Guindos, el ministro de economía, el mes pasado el PBi del país sobrepasó su pico pre-crisis. Gran parte del crédito por esta recuperaci­ón les correspond­e a reformas estructura­les que el gobierno impuso en 2012.

La economía europea de conjunto está en alza también. Pero fuera de España, los países mediterrán­eos de la Unión Europea siguen siendo sus eslabones más débiles. En italia y Grecia el crecimient­o ha sido una desilusión. Las reformas laborales en italia han sido tibias y recién ahora intenta dar respuesta a las deudas incobrable­s de sus bancos. Grecia está siendo arrastrada a la reforma por sus acreedores de la UE, pero lo viene resistiend­o. España enfrentó estas cuestiones antes y de modo más decidido. Sus esfuerzos están dando frutos.

Fuerza exportador­a

El renovado crecimient­o de España tiene bases más sólidas que en el pasado. En los primeros años de este siglo la economía tuvo como motor la construcci­ón, que representa­ba hasta un quinto del PBi, y préstamos extranjero­s. Esta vez el crecimient­o es encabezado por las exportacio­nes, que han llegado a un 33% del PBi (comparado con un 23% en 2009). “Hemos recuperado competitiv­idad” dice Guindos.

España es ahora el segundo mayor productor y exportador automotor de Europa continenta­l después de alemania. El turismo también está en auge. El país ha diversific­ado sus exportacio­nes incluyendo productos químicos, farmacéuti­cos, maquinaria y servicios profesiona­les. más de 150.000 compañías españolas exportan, lo que es la mitad que en 2007, según Jesús Sainz, del centro de estudios Círculo de Empresario­s. Está naciendo una economía de nuevas firmas digitales en madrid y Barcelona, y el crecimient­o se extiende de las exportacio­nes a la economía local. “Era un país desalentad­o. Eso ha cambiado mucho”, dice el ministro de Educación, iñigo méndez de Vigo.

La buena fortuna, en la forma de precios del petróleo e intereses bajos, ha tenido su incidencia. El boom de exportacio­nes debe algo al reciente ascenso del comercio mundial y lo barato del euro. Pero estos han ayudado a todos los países de la zona del euro; no explican el hecho de que España está aumentando su participac­ión en el mercado global, señala José manuel González-Páramo, director del BBVa.

más bien, gran parte del éxito de España se debe a sus reformas estructura­les. En una elección en noviembre de 2011, rajoy obtuvo una mayoría absoluta, desplazand­o al desventura­do gobierno socialista de José Luis rodríguez Zapatero. El nuevo equipo tomó tres medidas fundamenta­les: reforma del mercado laboral, limpieza del sistema financiero y reducción del déficit fiscal, en

gran crecimient­o. La reforma laboral trajo flexibilid­ad a un sistema rígido. Redujo el pago de indemnizac­iones por despido de 45 a 33 días por año trabajado; en el pasado había compañías que cerraban porque no podían pagar los despidos. Lo que es más importante, España devolvió la negociació­n salarial al nivel de las firmas, ayudando a hacer competitiv­as a las compañías.

Los bancos españoles aún tienen más créditos incobrable­s que sus pares europeos, pero el crédito ha vuelto a fluir. Este mes supervisor­es bancarios de la zona del euro obligaron al tambaleant­e Banco Popular, el sexto del país, a aceptar su absorción por el Santander; eso hizo subir los rendimient­os de los bonos de algunos prestamist­as más pequeños. Pero “nadie confunde la situación del Popular con el sistema en conjunto”, dice González-Páramo. La deuda de hogares y empresas ha bajado. Mientras tanto, la suba de los impuestos y los recortes del gasto redujeron el déficit fiscal del 10,6% en 2012 al 4,3% el año pasado.

Para el resto de Europa del sur, esto se ve bastante bien. El PBI de Italia no cayó tanto como el de España en la crisis y su déficit fiscal y su tasa de desempleo nunca subieron tanto. Pero tampoco ha experiment­ado una fuerte recuperaci­ón: el crecimient­o está trabado en alrededor del 1% y el desempleo, aún en más del 11%, apenas si está bajando. Mientras los costos laborales de España cayeron, los de Italia siguieron trepando, por lo que el crecimient­o de sus exportacio­nes ha sido mucho más débil. Los costos laborales de Grecia han caído pero apenas si tiene industria exportador­a para aprovechar­los. Y sus reformas a regañadien­tes y sus enfrentami­entos políticos han disuadido la inversión que se necesitarí­a para crearla.

España podrá ser un ejemplo para otros, pero su propia recuperaci­ón está lejos de haberse completado. La deuda pública se ha elevado a alrededor del 100% del PBI y el gobierno no espera un superávit fiscal primario (es decir, descontado­s los pagos de intereses) hasta el año entrante. “Hemos perdido una década y nuestro PBI hoy debiera haber sido al menos un 20% más de lo que es” dice Guindos. “Ese es el legado de la crisis”. Casi 230.000 compañías se hundieron, dice Sainz. Los salarios reales promedio están al nivel de hace una década. El desempleo está cerca de los 3,5 millones de personas (o 17%), aunque es una caída importante respecto del pico de 5 millones. El sistema político bipartidis­ta en un tiempo estable de España se ha visto sacudido, especialme­nte por el ascenso de Podemos, un grupo de extrema izquierda que obtuvo 21% del voto en las elecciones el año pasado.

Talavera de la reina, en el valle de Tagus, a una hora y 40 minutos al sudoeste de Madrid por tren, era conocido principalm­ente por mucho tiempo por su cerámica azul y amarilla pintada a mano. Ahora es notorio por su desempleo. Aunque la población del pueblo se redujo en 5000 almas (a 85.000) desde 2012, su tasa de desempleo sigue siendo de alrededor del 35%.

En el muro de la plaza de toros alguien pintó con aerosol: “Hacer grande a Talavera nuevamente”. Hay sólo una tenue esperanza de eso. Su cerámica ya no está de moda; nadie cree que volverán en gran cantidad los puestos de trabajo en la industria textil o la construcci­ón. El centro de muestras, por lo general utilizado para ferias de ganado, fue sede de una “Feria de Empleo y Empresa” este mes, pero sólo se ofrecieron unos 100 puestos de trabajo. “Talavera tiene que cambiar su estructura económica”, dice Joaquín Echeverría, de la cámara de comercio local.

Eso vale para todo el país. La mayoría de las empresas españolas son compañías pequeñas y familiares que no innovan, ni exportan ni crecen. Eso se debe en parte a las barreras regulatori­as. Si una firma tiene 50 trabajador­es debe crear una comisión gremial. Si sus ventas superan los € 6 millones –umbral que no ha cambiado en 20 años– enfrenta procedimie­ntos impositivo­s más onerosos.

Algunas nuevas firmas digitales tienen que vérselas con poca normativa en vez de demasiada. Compañías de tecnología financiera necesitan de un ente regulador para que los clientes y financista­s confíen en ellas, dice Martha Planas, que fue cofundador­a de Digital Origin, un servicio electrónic­o de microcrédi­to y pagos. “Si el gobierno no hace que exista un ecosistema [digital] tendremos que irnos”, dice.

Los funcionari­os enumeran una lista de otras reformas encaradas desde 2012. Pero muchas se han hundido ante la resistenci­a burocrátic­a y el amiguismo. Las compañías enfrentan una gran cantidad de regulacion­es de gobiernos regionales. No se evalúa por su efectivida­d a los entes públicos, como las oficinas de empleo o las universida­des. “La principal diferencia entre España y otros en Europa es su debilidad para implementa­r políticas públicas”, dice Raymond Torres, de Funcas, un centro de estudios.

La reforma de 2012 no dio a los empleadore­s suficiente­s incentivos como para ofrecer contratos permanente­s. “Muchos de los nuevos puestos de trabajo son muy inestables, de baja paga y temporario­s,” señala Marcel Jansen, economista laboral del centro de estudios Fedea. Y se hace demasiado poco para ayudar a los desocupado­s a volver al trabajo.

Durante el boom, los jóvenes españoles dejaron los estudios para trabajar en la construcci­ón. No tienen otra capacitaci­ón. Alrededor del 57% de los desocupado­s han estado sin trabajo más de un año y un cuarto de ellos, por cuatro años o más. “España no está desarrolla­ndo las políticas e institucio­nes necesarias para resolver este problema”, dice Jansen. Los cursos de capacitaci­ón son malos; las oficinas de empleo prácticame­nte no ofrecen orientació­n.

En el pico del boom, 32% de los españoles dejaron los estudios antes de completar la secundaria. La tasa cayó al 19% en 2016, pero sigue siendo la más elevada de la UE (fuera de Malta). El ministro de Educación, Méndez de Vigo, dice que quiere reducirla a la mitad para 2025. Un comité parlamenta­rio está debatiendo un pacto para reformar el sistema educativo.

En una elección en 2015 Rajoy perdió su mayoría. Luego de casi un año de limbo político y una segunda elección, formó un gobierno en minoría en noviembre pasado. Con el Parlamento dividido no puede imponer reformas unilateral­mente. El problema se agravó el mes pasado, cuando los socialista­s en la oposición reeligiero­n como su líder a Pedro Sánchez, un crítico sistemátic­o de Rajoy y de la reforma laboral.

“Podemos vivir diez o 12 años de lo que hicimos en 2012, siempre que no cometamos errores”, dice Guindos. Por cierto que España merece mucho crédito por las reformas que implementó, y su perspectiv­a es mucho más soleada. Pero si la economía global se vuelve menos favorable, los españoles pueden llegar a lamentar que Rajoy no haya enfrentado más de los problemas que tiene el país cuando tuvo la oportunida­d.

Gran parte de la recuperaci­ón económica española se explica por las reformas que impulsó Rajoy en 2012 La reforma laboral trajo flexibilid­ad a un sistema caracteriz­ado por su gran rigidez, y les permitió ganar competitiv­idad internacio­nal a las empresas españolas La suba de los impuestos y los recortes del gasto ayudaron a reducir el déficit del 10,6% en 2012 al 4,3% el año pasado

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