LA NACION

El Gobierno y la CGT definen hoy el aumento del salario mínimo

- Nicolás Balinotti

Hay acuerdo para llevar el piso salarial a $ 10.000, lo que equivale a una suba de 23%; rechazo de la CTA

Como parte de un acuerdo para escenifica­r cierto control de la inflación, el Gobierno y la CGT pactaron una suba de entre el 20% y el 25% para el salario mínimo vital y móvil, hoy en $ 8060. El trato se cristaliza­rá esta tarde en el Consejo del Salario, el ámbito tripartito en el que participan el Estado, las principale­s cámaras empresaria­s y miembros de las dos centrales obreras.

La definición del nuevo piso salarial, que se aproximará ahora a los $ 10.000, es importante porque sirve como referencia para el trabajo informal y para actividade­s que no están sindicaliz­adas en jornadas laborales de ocho horas. También es una pauta para las administra­ciones provincial­es y municipale­s.

Además, este año, y por primera vez, el porcentaje de suba incidirá de manera directa en los montos de los planes sociales que distribuye el Estado. Sin embargo, los movimiento­s sociales fueron excluidos del Consejo del Salario. La Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP) justificó su pedido en que el programa de asistencia del salario social complement­ario, que se desprende de la ley de emergencia social, está vinculado al monto del salario mínimo (es la mitad).

Las negociacio­nes entre el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y la cúpula de la CGT avanzaron en la cumbre de la OIT, hace dos semanas en Ginebra, pero se terminaron de cocinar hace un puñado de días en un encuentro secreto en la Casa Rosada, del que participar­on los sindicalis­tas de Sanidad Héctor Daer y Carlos West Ocampo. Allí se acordó elevar el salario mínimo en línea a lo que fueron las paritarias de algunos gremios aliados. Triaca pretende que el aumento sea del 20 o 22%, pero los gremialist­as pidieron dos o tres puntos. Se definirá en esos parámetros.

El acuerdo está en sintonía con la idea de exhibir acuerdos salariales más moderados, sobre todo después de la paritaria de los aceiteros, que rompió el molde con un 31,6 por ciento. El Ministerio de Trabajo recurrió a sindicatos aliados para fijar la pauta de referencia en torno de 20 por ciento. Ya lo consiguió con Comercio, la Uocra y los estatales de UPCN, aunque también lo pudo replicar con gremios cuyas conduccion­es son críticas del oficialism­o, como la federación del personal de estaciones de servicio, cuyo líder es el massista Carlos Acuña, uno de los integrante­s del triunvirat­o de mando de la CGT.

Algunas voces de la CGT pretenden equiparar el valor del salario mínimo con el costo de una canasta básica de alimentos, cuyo valor, según el Observator­io de Datos Económicos y Sociales de la propia central, es de $ 14.686. Es decir, la suba debería superar el 80 por ciento. Ratificaro­n a la nacion esa intención Juan Carlos Schmid y José Luis Lingeri. También las dos CTA, que pretenden, como mínimo, igualarlo con la canasta básica del Indec, que es de $ 14.090.

Las últimas mediciones de inflación del Indec confirmaro­n que la suba de los precios no se detuvo y que las metas inflaciona­rias que trazó el Banco Central (de entre 12 y 17%) difícilmen­te se cumplan. Convalidar la suba del salario mínimo entre 20 y 25% será una manera de echar por tierra el objetivo que trazó Federico Sturzenegg­er.

La izquierda sindical convocó para hoy a una movilizaci­ón al Ministerio de Trabajo para rechazar el acuerdo. “La propuesta de Triaca de elevar el mínimo un 20%, en línea con lo acordado por la burocracia de otros gremios, lleva el salario a $ 10.000. El Consejo se apresta, así, a profundiza­r la política de ajuste que busca bajar el costo laboral en beneficio de los empresario­s, de la cual ha sido cómplice la dirigencia sindical”, denunció Romina Del Plá, secretaria general del Suteba-La Matanza.

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