El adiós a las armas de las FARC
colombia. Timochenko proclamó el fin de la lucha armada y el inicio del paso a la vida política; “nuestra paz es irreversible”, dijo Santos
BOGOTÁ (AFP).– Las FARC desaparecieron ayer oficialmente como guerrilla al completar la entrega de sus armas, el hecho más esperado del acuerdo de paz firmado en 2016 y que aún divide a los colombianos. Su jefe, Timochenko, y el presidente Juan Manuel Santos se reunieron para celebrar el hito.
BOGOTÁ.– “Adiós a la guerra, adiós a las armas. Bienvenida la paz.” Con esa frase, el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño (alias Timochenko), proclamó ayer el fin
del conflicto armado que durante 53 años desangró al país, al concluir oficialmente la entrega de más de 7000 armas personales que tenía en su poder el grupo guerrillero más antiguo de América. Así, las FARC dejaron de ser ayer una organización guerrillera para dar un paso hacia su transformación en un movimiento político legal.
La ceremonia fue en Mesetas, en el centro de Colombia, en el mismo lugar en el que la guerrilla marxista, creada en 1964, se consolidó e instaló su centro de operaciones.
“Las FARC han cumplido y entregaron todas sus armas individuales”, celebró Jean Arnault, jefe de la Misión de la ONU en Colombia. “Concluimos que hoy [por ayer], cuando termina la dejación de armas, el cese del fuego está consolidado”, agregó.
La ONU certificó la entrega de 7132 armas individuales en las 26 zonas donde se concentraron los ex combatientes, luego de dejar sus refugios en la sierra, y desde donde se espera que se incorporen a la vida civil. Las armas de los ex combatientes serán fundidas para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Colombia y en Cuba, sede de las negociaciones de paz.
Presente en el acto, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, celebró el histórico día: “La ONU, los colombianos y el mundo entero saben que nuestra paz es real y es irreversible”. Y precisó que, a pesar de no compartir el modelo económico y político que han sostenido las FARC, defenderá sus derechos para expresar sus ideas, “porque esa es la esencia de la libertad”.
El conflicto armado colombiano, en el que también intervinieron otras guerrillas, paramilitares y fuerzas de seguridad, dejó unos 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados.
En octubre pasado, Santos convocó un referéndum para avalar con el voto popular el acuerdo de paz que tejió con las FARC tras cuatro años de negociaciones en La Habana. Sorpresivamente, la propuesta fue rechazada por la población, en gran medida por lo que se consideró un acuerdo demasiado beneficioso para la guerrilla. Pero Santos lo sacó delante a través del Congreso y echó a andar su puesta en práctica.
La principal controversia es aún el sistema de justicia al que serán sometidos los rebeldes, y por el cual todos ellos quedarían exentos de prisión. También genera controversia la participación política acordada a los guerrilleros, que no sólo están autorizados a presentarse a elecciones, sino que tendrán bancas aseguradas. El acuerdo les garantiza cinco escaños en el Senado y cinco en la Cámara baja durante los próximos dos períodos.
Por lo pronto, las FARC están preocupadas por la demora en las amnistías e indultos a unos 3400 guerrilleros presos, así como en la aplicación del resto de la controvertida “justicia transicional”. En medio de sus palabras, Timochenko criticó lo que calificó como “negligencia por parte del Estado” para garantizar la seguridad de los guerrilleros.
“Sea este momento para expresar nuestra inconformidad por la negligencia estatal. El asesinato de líderes no se detiene. Trabas de orden burocrático, administrativo, judicial y hasta político. Nada justifica su demora”, dijo Timochenko.
En un gesto recíproco de buena voluntad, Santos le regaló a Timochenko un fusil convertido en pala, elaborado por un artista local, mientras que las FARC le obsequiaron al presidente un cuadro con la figura central de una paloma blanca.
“Puedo decir, desde el fondo de mi corazón, que por llegar a este día, por vivir este día, por lograr este día, ha valido la pena ser presidente de Colombia”, dijo Santos, que garantizó a las FARC que cumplirá hasta “la última coma” del acuerdo.