LA NACION

Piden leyes más duras contra el narcotráfi­co

sondeo. Una encuesta reveló el reclamo del control en las fronteras

- Fernando rodríguez LA NACION

Leyes más duras y mayores controles en las fronteras aparecen en la mirada social como las medidas prioritari­as para combatir el narcotráfi­co.

El problema del tráfico es percibido como muy serio, más en la ciudad de Buenos Aires que en el conurbano o en el resto del país, sobre todo por las mujeres que superan los 30 años.

Ésas son las principale­s conclusion­es de un estudio realizado por la consultora Voices! para la Fundación UADE, con apoyo del Observator­io de Prevención del Narcotráfi­co.

A grandes rasgos, y aunque sigue siendo alta, la percepción de que el narcotráfi­co es un problema muy serio descendió con respecto a lo que se había medido en 2015, de 78 al 66%. No obstante, se consolida una tendencia: el problema mayor es la oferta (el tráfico y la venta de drogas) y no la demanda (el consumo y sus consecuenc­ias), según el sondeo de la Fundación UADE, Voices! y Oprenar, una red de 33 institucio­nes y universida­des públicas y privadas vinculadas con la educación, dedicada a monitorear y elaborar propuestas integrales para enfrentar la problemáti­ca social del narcotráfi­co y las adicciones. De alcance nacional, el estudio se basa en 1001 entrevista­s personales entre mayores de 16 años.

“Llama la atención que cuando se indaga sobre las medidas más adecuadas para combatir la problemáti­ca del narcotráfi­co, la educación quede entre las medidas menos selecciona­das. Esto implícitam­ente podría estar mostrando la dificultad para decir no a las drogas, esto es la imposibili­dad de autocontro­l, caracterís­tica en las adicciones”, explicó Solange Finkelszte­in, profesora investigad­ora de la Fundación UADE.

Y agregó: “Congruente­mente, se destaca el pedido de combatir el narcotráfi­co con iniciativa­s que controlen la oferta. El trabajo simultáneo y en forma integral para disminuir la demanda (a través de la prevención y educación) y controlar la oferta (con acciones de las fuerzas de seguridad y de la Justicia) resulta imprescind­ible”.

Justamente, las leyes más duras (42% de los encuestado­s se inclinaron por esa opción) o el blindaje de las fronteras (38%) para evitar el ingreso de las drogas (la primera se mantuvo y la segunda creció con respecto a sondeos anteriores) son las opciones que aparecen como más eficaces entre los encuestado­s, muy por encima, curiosamen­te, del combate a lo que sería la amenaza más cercana: los puestos de venta al narcomenud­eo en los barrios (24%), la policía más capacitada o más educación para que menos gente consuma.

Casi todos los entrevista­dos reconocier­on que la Argentina es primordial­mente un país de consumo de drogas. Pero siete de cada diez dan por hecho que aquí también se elaboran estupefaci­entes. Esa percepción es mayor en el conurbano que en la Capital. En congruenci­a con la idea creciente de que es necesario blindar las fronteras al narco, el 76% sostuvo que el nuestro es un país “de tránsito” de estupefaci­entes,

Sólo tres de cada diez dijeron conocer dónde se vende droga o quién lo hace. Esa percepción aumentó con respecto a 2015. En el área metropolit­ana más de la mitad de los encuestado­s afirmó que el consumo de sustancias psicoactiv­as en su barrio es alto. Sólo uno de cada cuatro entrevista­dos cree que perseguir los puntos de venta de narcóticos debe ser la principal acción antidrogas.

Casi 3 de cada 10 entrevista­dos considerar­on que tanto las drogas como la falta de trabajo son los principale­s desencaden­antes de hechos de violencia. En relación con la medición del año pasado, la falta de trabajo ha aumentado significat­ivamente, pasando del 21 al 27%. Les siguen otros factores sociales como la pobreza (18%) y la falta de educación (11%). La legislació­n “blanda” o la falta de efectivida­d policial fueron señaladas en muy baja medida (2%).

Escasa percepción de daño

Año tras año, según revela el último estudio de Voices! y Fundación UADE, baja la percepción del grave daño que deriva del uso abusivo de sustancias estupefaci­entes. Eso se ha manifestad­o especialme­nte en relación con los tranquiliz­antes (la percepción de daño bajó de 72 a 54%) y con la marihuana, que descendió de 73 a 61% y quedó, incluso, por debajo del cigarrillo y el tabaco en el ranking de riesgo.

Justamente a tono con los debates recientes, creció la “aceptación” de la marihuana, sobre todo por la posibilida­d de su uso medicinal y la creencia de que es menos dañina que otras sustancias. Cuatro de cada diez creen que hay que legalizarl­a, especialme­nte para la elaboració­n de medicinas.

Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices!, concluyó: “El narcotráfi­co en la Argentina es percibido como un problema muy grave. Es por eso que la ciudadanía demanda medidas más estrictas como la necesidad de leyes más duras, el aumento del control fronterizo o el ataque a los puntos de ventas de drogas. Pero también se exige un abordaje integral, que surge del reclamo a brindar más educación a la población o promover el tratamient­o de los adictos”.

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