LA NACION

Descifran el misterio de restos descubiert­os por Darwin

Ocurrieron a fines de los 70; la policía de Irlanda se interesa en los casos

- Nicolás Cassese LA NACION

Una víctima se animó a romper el silencio y su caso está resultando contagioso. El anteúltimo día del año pasado, Rufino Varela denunció haber sufrido abusos sexuales cometidos por el capellán del colegio Cardenal Newman en 1977, cuando era alumno de 7° grado y la noticia, publicada en la nacion, resultó revulsiva en la comunidad del colegio, uno de los más exclusivos de la Argentina, donde estudiaron Mauricio Macri y varios de sus ministros. Sus efectos no terminaron: el Newman admitió que se le acercaron otras cinco víctimas y Varela dice que tiene registro de 22 casos. Además, la policía de Irlanda se interesó en el asunto.

Jonathan Hayes, un sargento de la policía irlandesa, le escribió a Varela para pedirle detalles del caso. El interés se generó porque Varela mandó un correo a una dirección del gobierno de Irlanda. El Newman fue fundado, en 1948, por los Christian Brothers, una orden religiosa irlandesa que llegó a tener cientos de colegios en el mundo. Desde 2000, el Newman está manejado por una asociación de padres, pero cuando sucedieron los abusos, a fines de los 70 y principios de los 80, seguía bajo el control de los Christian Brothers.

Mientras tanto, la comunidad de egresados del Newman entró en estado de ebullición. Muchos acusan a Varela por desprestig­iar al colegio en el momento en que la presidenci­a de Macri lo puso en un lugar muy público. Otros le agradecen la valentía y se acercan con historias personales de abusos cometidos por el mismo cura. Según Varela, él ya tiene 22 casos de ex alumnos que le dijeron haber padecido una situación similar a la suya. Todos salvo uno, que dice haber sido abusado por otro religioso del Newman, acusan a Finnlugh Mac Conastair, a quien llamaban padre Alfredo. Los relatos son similares: el cura aprovechab­a las confesione­s que realizaba en su cuarto, debajo de la capilla del colegio, para desnudar, azotar y masturbar a los alumnos.

Las tensiones internas de la camada de Varela, egresada en 1982, que venían siendo canalizada­s por redes sociales y grupos de WhatsApp, explotaron el 15 de marzo pasado en un asado en la parroquia Santa Teresita, de Virreyes. El anfitrión fue Ignacio Alvarado, que es cura ahí y compañero de Varela. Hubo alrededor de 40 hombres, todos ex Newman, y luego de los lomitos y el vino comenzó la conversaci­ón que arrancó áspera y terminó conmovedor­a. Según Varela y otro de los participan­tes, hubo al menos cuatro personas que esa noche admitieron haber sido víctimas del padre Alfredo.

Alberto Olivero, director del Newman, dijo que formaron una comisión para escuchar y contener a las víctimas y que ya recibieron el testimonio de otros cinco ex alumnos abusados por el cura. “Sean cinco o sean 20 es un horror”, dijo Olivero. El Newman piensa en algún acto público, que no sería una misa, para convocar a ex alumnos y pedir disculpas públicas.

En los últimos tiempos, varios integrante­s de los Christian Brothers apareciero­n involucrad­os en casos de abuso de menores en diferentes países. En 2011, Philip Pinto, que estaba al frente de la orden, admitió que el futuro de los Christian Brothers era incierto por el alto costo de las indemnizac­iones que pagaron por abusos sexuales y el daño a la reputación que esos casos habían generado. El 19 de junio de 2012, el Newman hizo una cena de recaudació­n de fondos para ayudar a las maltrechas finanzas de los Christian Brothers.

Hayes le dijo a Varela que notificó a la Agencia del Menor y la Familia de Irlanda para que siga el tema y le pidió detalles de quién había cometidos los abusos y cuándo habían ocurrido. Según el relato de Varela, el suyo ocurrió un día de colegio de 1977, cerca del mediodía, cuando tenía 12 años. Él estaba siendo abusado por el casero de su familia y fue a confesarse con el padre Alfredo. Al enterarse en confesión de los abusos que sufría, lo llevó a su cuarto, le hizo bajarse los pantalones, lo acostó boca abajo en su catre, le puso una almohada en la cabeza, le dio diez azotes con algo que no vio, pero que cree que era un cinturón, y le manoseó los genitales mientras le preguntaba detalles sexuales.

El padre Alfredo murió en 1997, a los 88 años. Pertenecía a la orden de los Pasionista­s. La policía de Irlanda se interesó por John Burke, un Christian Brother que era director del colegio en la época en que Varela era alumno y que ahora tiene unos 74 años y vive en Irlanda, su país natal, donde viajó para encargarse de las negociacio­nes por los escándalos de abuso que acechan a la orden. Burke es un hombre muy querido por la comunidad del Newman y estuvo en octubre pasado en la cena de egresados, donde participar­on Macri e integrante­s de su gabinete.

En esa oportunida­d, Varela se reunión con Burke, a quien considera cómplice del encubrimie­nto, para averiguar qué sabía el colegio e instarlos a pedir disculpas públicas. No hubo acuerdo y el Newman publicó una carta luego de la nota publicada en la nacion. A la policía de Irlanda se le sumaron el Papa y Esteban Bullrich, ministro de Educación, que llamaron a Varela para interioriz­arse en su caso.

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