La tensión vuelve a trasladarse a la Cámara de Diputados
Con su embestida de ayer, el presidente Michel Temer declaró la guerra al procurador general de la república, Rodrigo Janot, que lo denunció por corrupción. Ahora, el principal terreno de batalla será la Cámara de Diputados, donde los legisladores decidirán si autorizan o no la acción penal contra el jefe del Estado para que sea juzgado en el Supremo Tribunal Federal.
Será necesario el voto de dos ter- cios de la Cámara –342 representantes de un total de 513– para que la denuncia se apruebe y Temer sea reemplazado interinamente por el jefe de Diputados, Rodrigo Maia, mientras enfrenta el juicio en la Corte. El gobierno afirma tener un respaldo de unos 200 diputados, lo que le garantizaría el blindaje político. Al menos hoy. por eso, el palacio del planalto buscará acelerar toda la tramitación de la denuncia.
“En estas circunstancias tan dinámicas, con nuevas informaciones y acusaciones que surgen cada día, es muy arriesgado decir que el presidente tiene una posición sólida y segura. Cualquier cosa puede ocumuy rrir en los próximos días”, advirtió a la nacion paulo Calmon, profesor de Ciencias políticas de la Universidad de brasilia.
El mayor peligro para Temer sería que el principal aliado del oficialista partido del Movimiento Democrático brasileño (pMDb), el partido de la Social Democracia (pSDb), decidiera abandonar la alianza gobernante. le quitaría de un plumazo 46 diputados y es muy probable que varios otros socios menores en la coalición le sigan los pasos, lo que desmantelaría por completo el equilibrio de apoyo político al presidente.
los socialdemócratas ya están divididos internamente sobre qué postura adoptar, y varios líderes del partido –entre ellos, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso– pidieron a Temer que renuncie. pero otras figuras socialdemócratas aún creen que el presidente puede asegurar la aprobación de todas las reformas económicas que poco a poco están sacando a brasil de la recesión (la flexibilización laboral y la modificación del sistema previsional).
“En cuanto los socialdemócratas y los agentes del mercado perciban que la promesa de Temer ya no es creíble y que tal vez las reformas avancen más rápido en la gestión interina de Maia, cambiarán de posición”, opinó Calmon.
Otro elemento que los diputados deberán considerar al momento de emitir su voto –de manera nominal, con lo que podría convertirse en otra rocambolesca sesión como cuando se aprobó el apartamiento de Dilma Rousseff de la presidencia, el año pasado– será la exposición pública.
El próximo año habrá elecciones generales y el electorado podría cobrarse su respaldo a diputados que abiertamente apoyen a un presidente con apenas el 7% de popularidad, 11 pedidos de impeachment y una denuncia penal.