La era del trabajo a medida. Cuando la vocación le gana a la obligación de hacer carrera
Con el modelo tradicional de empleo en crisis, los profesionales destacan el disfrute y el aprendizaje como nuevos ejes en las decisiones laborales
Eso que “la vida es demasiado corta para tener el trabajo equivocado” es mucho más que un leitmotiv.
Lejos quedaron las épocas en las que el sacrificio era entendido como el precio obligado a pagar para lograr una carrera laboral exitosa, marcada por los ascensos y por el camino estable –muchas veces de por vida– en la misma compañía.
“Antes, lo que buscaban los ejecutivos era crecer dentro de la empresa (alcanzar una mejor posición jerárquica, acceder a una oficina propia, tener un sueldo más alto, etc.) y esa necesidad de crecimiento, los llevaba a querer cubrirla a cualquier precio. De ahí que el desarrollo de la carrera laboral se asociara con hacer sacrificios a costa de todo”, explica Brenda Barán, socia directora de Glue Executive Search,
headhunter especialista en gerencias, direcciones y board members.
Para Paula Molinari, presidenta de Whalecom, lo que hoy tiene lugar es una resignificación del concepto de carrera: “Antes, el mandato te dictaba que lo más valorado era trabajar de sol a sol y dirigir, crecer (carrera vertical ascendente). Hoy lo valorado es disfrutar, hacer lo que te gusta, sentirte pleno en el trabajo. Y esto se traduce en novedades en el mundo del trabajo: elegir (lo que me gusta vs. lo que no me gusta), decidir (cambio porque busco algo mejor), defino mis intereses, decido por calidad de vida”.
Pasar de una corporación a una empresa más pequeña, tomarse un año sabático, dedicarse de lleno a la familia, decidirse a emprender o retornar a la vida corporativa luego de un MBA están entre las múltiples alternativas que hoy se eligen en búsqueda de diseñar carreras “a medida” de las necesidades particulares.
Alejandro Rigatuso por caso, trabajó en Coca-Cola y Techint antes de emprender. Primero abrió una tienda de venta de laptops y luego de algunas startups fallidas lanzó Postcron.com. “En 2015 vendí la compañía y me sumé a Toptal.com como Head of Growth. Durante esos seis años que fueron muy productivos profesionalmente no me tomé vacaciones. Este año decidí tomármelo para recargar energías, hacer más deportes, estudiar música y aprender algunos temas que no pude aprender antes por falta de tiempo, como machine learning, reconocimiento de patrones, predictive data analytics y algoritmos” explica y admite que este será un año sabático en la medida que no salga un proyecto que le interese: “Si surge alguna propuesta atractiva, de baja intensidad, relacionada con los temas que me gustan, lo tomo. De lo contrario, voy a especializarme y luego voy a crear algún producto que utilice esas tecnologías”. Nuevas necesidades
El concepto de carrera laboral, según los expertos, pasa a ser algo mucho más amplio: “Comienza a ganar otro eje: el horizontal, el lateral, ése que busca nuevas oportunidades de aprendizaje, de realización, de formación y entrenamiento” cuenta Alejandra Ferraro, directora ejecutiva de Accenture para Latinoamérica quien agrega que la compañía tiene casos de empleados que decidieron irse a realizar un emprendimiento o pasarse al sector público o que al tiempo de irse de la compañía, volvieron a buscar nuevas oportunidades. “También tenemos casos de personas que paran por estudios y al regresar continúan sus carreras.”
“La mayoría de las personas que vienen a mi taller están buscando diseñar su carrera a medida”, señala Mariana Jasin, consultora y capacitadora en desarrollo del liderazgo y transformación personal, quien agrega que gran parte de la primera etapa de ese proceso es bucear en las necesidades de los profesionales para luego diseñar el camino. “Las personas quieren estar mas conscientes en nuestra vida, no sólo en el trabajo, sino también en las relaciones y con ellos mismos.
“El té fue el vehículo de reconexión con una parte adormecida que comenzaba a despertar, me da libertad, felicidad y se convirtió en mi forma de subsistencia” cuenta Vanesa ivanoff, sommelier de té que durante 20 años se desempeñó en una entidad financiera donde los ascensos laborales la llevaron desde la recepción de una sucursal hasta la gerencia: “Seguían surgiendo posibilidades de crecimiento y nuevos desafíos pero algo me decía que no era el camino. Encontré en el té –que estuvo siempre presente por tradición familiar– un vehículo de expresión que el trabajo corporativo no me daba. Viajé a la india, me capacité, indagué, investigué y en septiembre de 2014 fundé la marca de tés en hebras Viveka”.
En los caminos laborales, los ciclos vitales modifican los drivers a partir de los cuales se toman decisiones: “Lo biológico, lo social/familiar y lo laboral son ciclos que tienen momentos de crisis o tensión y momentos de calma. La estrategia de carrera de cada persona está dada por la definición de qué y cómo invertir nuestra energía y nuestro tiempo y en eso cada vez es más relevante el impacto de esos ciclos”, afirma Molinari.
Martín Cainzos, vicepresidente de la Asociación Argentina de Coa ch ing ontológico Profesional (Aacop), explica que en definitiva no es más un “me preparo para hacer y así poder crecer”, sino es “me preparo para crecer e ir haciendo lo necesario para lograrlo”. “Ya no se trabaja para tener los recursos que permitan disfrutar la vida si no que se espera disfrutar la vida, y el trabajo es una parte de ella. He acompañado en ese camino a jóvenes muy exitosos en el sector privado que quisieron experimentar el mundo de la política, otros que han decidido su trabajo en relación al país en que querían vivir, algunos que amando lo que saben hacer corren al país donde su actividad más se desarrolla, cada persona es una historia”, agrega.
El economista nicolás Goldberg, lidera hoy el proyecto vitivinícola Finca La igriega, pero su primer trabajo fue en el Ministerio de Economía de la nación como analista sectorial, donde diseñó políticas para todas las industrias del país. Poco tiempo después sintió la necesidad de cambio: “Así como siempre me había intrigado el sector público, también empecé a pensar la posibilidad de hacer una experiencia en el sector privado. Me surgió una oferta laboral en una consultora económica. Trabajé allí como analista sectorial, para lo cual ya tenía cierta experiencia y me sirvió para ver dos ángulos de un mismo universo” cuenta. Tiempo después comenzó a preguntarse si era realmente lo que quería hacer y surgió la necesidad de emprender. “no sabía por dónde empezar pero sin buscarlo, había un proyecto familiar por nacer en la industria del vino que necesitaba alguien que lo pusiera en marcha y me decidí a liderarlo. Al final y al cabo terminé en una industria que antes miraba desde la órbita del sector público, y luego desde la visión del sector privado.”
En el pasado, los ejecutivos sabían que para crecer dentro una organización, tenían que adaptarse. “La empresa tenía más poder en la negociación con el empleado. Con el tiempo, esa relación se democratizó haciendo que hoy los ejecutivos pongan de relieve sus valores, intereses, gustos y preferencias en su carrera”, sostiene Barán.
Frente a este escenario, hay empresas que se están adaptando muy bien: “En muchas compañías hay opción de generar espacios que motiven el emprededurismo e innovación, pero sobre todo promoviendo la conciliación vida personal y laboral con programas de flexibilidad y balance focalizados en cada individuo”, aporta Ferraro.
Al mismo tiempo, los perfiles laborales con cierto recorrido son atractivos en sí mismos: “Hay un valor en las experiencias variadas en diversos ámbitos, que son las que forman a la persona con un pensamiento más rico y flexible y con inteligencia social” apunta al respecto Sonia Abadi, médica psicoanalista e investigadora de redes humanas.
Una persona que pasa por diferentes áreas o diferentes negocios, desarrolla mucho más sus conocimientos: “Hoy un CV es atractivo cuando tiene una dinámica de cambio, ya sea de posiciones o áreas en la misma empresa o de diferentes compañías. La diversidad, para mi te habla de un ejecutivo con una mirada más poderosa”, resalta Barán. Apto para todo público
Cainzos señala que esta customización laboral cobra mucha más fuerza entre los millennials, pero sus antecesores también se están sumando: “Muchos lo están haciendo, quizás se encuentren con mayores dificultades para adaptarse”.
“En general, este fenómeno lo noto en las generaciones intermedias entre 35 y 45, pero me sorprende muy gratamente como ha aumentado el interés por el desarrollo personal y alcance de metas en personas de más de 55 años” explica Jasin.
Lo que ocurre, según Molinari, es que entre los baby boomers se da la intersección de varias cuestiones, la prolongación de la expectativa de vida, la conexión con el disfrute y un mundo donde el trabajo está en transformación. “Es una especie de segundo tiempo donde se da una nueva etapa de exploración en la que se tomarán decisiones de vida, se trata de definir en qué invertir nuestra energía y nuestro tiempo. Por primera vez en su vida, el baby
boomer siente que la expresión “el deber antes del querer” no lo representa más, y prefiere anteponer el querer al deber”, concluye.