Las paritarias cierran arriba de la proyección oficial
Triaca admitió que el promedio fue de 21%; el ranking de las diez más altas
Con la mayoría de los acuerdos salariales ya cerrados, en el Gobierno reconocieron abiertamente por primera vez que las paritarias estuvieron por encima de las metas inflacionarias que trazó el Banco Central (de entre 12 y 17%) en la ley de presupuesto.
“Estamos en un promedio de 21%, lo que muestra un descenso sobre las expectativas de inflación con respecto a 2016. Bajó la mitad”, dijo ayer a la nacion el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
La intención oficial de trazar una pauta de referencia varió a partir de la escalada de precios: comenzó con planteos de 17% y terminó cerca de un 25%. Así como en 2016 el presidente Mauricio Macri había reclamado acuerdos de entre “20 y 25%”, pero que finalmente cerraron entre el 30 y 40%, este año sucedió algo similar, aunque con una brecha mucho menor y con visos de que la inflación ingresó en un período de caída.
En 2017, la pauta salarial que buscó trazar el Gobierno fue de 17% con los estatales bonaerenses como caso de referencia. Sin embargo, este año hubo paritarias mucho más elevadas, como marca el ranking de las diez negociaciones con acuerdos más altos. El pico en el sector público fue de 60%. Lo alcanzaron los docentes de San Luis. En el ámbito privado, el trato más elevado fue de 31,6% logrado por la Federación de Trabajadores Aceiteros, que por tercer año consecutivo tuvo el récord salarial por la exportación de soja y la intensa actividad portuaria en Rosario.
Viene de tapa “Con los aumentos en la educación se hizo política. Lo de San Luis es el ejemplo más claro: el gobierno local (Alberto Rodríguez Saá) tuvo afán en diferenciarse del gobierno nacional y ofreció un 60%”, argumentó el académico Julio Durand, autor de un informe sobre la conflictividad docente que divulgó la Universidad Austral.
La intención oficial de limitar las paritarias comenzó a peligrar en marzo con el trato de los bancarios, ya que fue el primer sindicato en romper el techo salarial al obtener un 24,3% en un solo tramo.
El trato bancario resultó además paradigmático por otros motivos: fue pionero en blanquear una compensación por la inflación de 2016 y en instaurar casi de manera obligatoria la cláusula gatillo en caso de que la inflación anual fuera mayor al porcentaje pactado. La cláusula por inflación se repitió casi en todos los casos, aunque con diferencias. Un ejemplo: en el acuerdo bancario, el eventual ajuste se haría de manera automática, mientras que en el acta de Comercio (acordó una suba de 20%) se firmó un “compromiso” para volver a negociar.
El gremio de los camioneros, que encabeza Hugo Moyano, cerró anteayer su paritaria con una suba de 23% a efectivizarse en tres cuotas. El acuerdo contempla un plus salarial a fin de año de entre 10.000 y 20.000 pesos, lo que elevaría el porcentaje a 26%, según argumentaron desde el moyanismo.
“Están diciendo que el aumento es del 23, que es lo que firmaron las empresas por presión del Gobierno, pero el real es otro. Ellos (por el Ministerio de Trabajo) presionaron por el tema de la inflación, se lo dije en la cara al ministro”, desafió Pablo Moyano, el número dos de los camioneros, en declaraciones a Perfil.
Tras varias idas y venidas, la paritaria de los camioneros se destrabó después de un encuentro furtivo entre Hugo Moyano y Daniel Indart, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), que representa a 50 cámaras de todo el país. Indart pidió el martes negociar con el jefe camionero tras cuatro reuniones sin avances con su hijo Pablo en los despachos del Ministerio de Trabajo. El apretón de manos no tardó ni siquiera un día y por primera vez en los últimos cinco años se alcanzó un trato sin haber habido medidas de fuerza por parte del gremio de los Moyano. Acuerdos parciales
Hay algunos acuerdos salariales que cerraron de manera parcial, por trimestre o semestre, y que ahora comenzarán el debate por los tramos restantes. Entre ellos, pica en punta el gremio de los mineros de AoMA, que obtuvo ya un alza de 22% y que podría cerrar entre un 6 y un 8% adicional en una de sus empresas que suele servir como caso testigo. Es decir, el acumulado anual de la AoMA podría llegar al 30% y acercarse a la cima que ocupa la Federación de Aceiteros.
Tienen abierta su negociación también los gremios del transporte (UTA y ferroviarios), Smata, Utedyc y panaderos. Los colectiveros de larga distancia de UTA, por ejemplo, están en plena pulseada para definir el porcentaje restante. Llamaron a un paro, pero el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria. Es un rubro cuyos aumentos estarán ligados a los subsidios que reparta el Estado.
Entre los que aún no negociaron se destaca el frente gremial aeronáutico, que a pesar de su variedad se reunificó para rechazar el desembarco de las líneas aéreas low cost y cuestionar la política aerocomercial que diseñó el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Los sindicatos aeronáuticos advirtieron que el piso salarial de su demanda será de 30%. El año pasado los cinco principales gremios del sector también superaron la media. En el último acuerdo salarial, que aún está vigente, el gremio de los pilotos, por ejemplo, obtuvo para algunos de sus afiliados un pago extra de 450 dólares mensuales a partir de un trato con Isela Costantini en Aerolíneas Argentinas. Fue cuando la línea aérea estatal preveía un cambio de modelo en sus Airbus que finalmente no se concretó.
“En la mayoría de los casos hubo comprensión y madurez de las partes para discutir en el marco de la razonabilidad y del cuidado del desarrollo de las actividades que representan”, dijo Triaca en una suerte de balance. En el Gobierno advierten como un logro haber concretado el debate por la productividad en la discusión salarial.