LA NACION

Francia quiere autos ecológicos

En su cruzada contra el cambio climático, el gobierno de Macron apuesta a que para 2040 sólo se vendan autos eléctricos e híbridos

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Se impuso como límite que en 2040 ningún vehículo funcione con nafta o diésel.

PARÍS.– Fiel a su tradición, Francia anunció una nueva “revolución”, menos espectacul­ar que la revuelta que derrocó a reyes y nobles, pero crucial para avanzar en la lucha contra el cambio climático, ya que le puso fecha de caducidad a los autos con motores de nafta o diésel, altamente contaminan­tes, que cederán su lugar a los vehículos libres de dióxido de carbono.

“Anunciamos el fin de la venta de vehículos de nafta y diésel para 2040”, dijo el ministro de Ecología, Nicolas Hulot, un conocido ambientali­sta que puso a Francia en línea con la vanguardia de países y compañías que avanzan hacia la renovación ecológica de sus flotas.

“Se trata de una verdadera revolución, las condicione­s están dadas”, señaló Hulot. “Nuestros propios constructo­res tienen cómo alimentar y encarnar esta promesa, que es además una cuestión de salud pública”, añadió.

La empresa PSA Group, fabricante de los Peugeot y Citroën, dijo que la meta del gobierno sobre la fabricació­n de autos ecológicos se ajusta a sus objetivos de que el 80% de su línea de vehículos sea totalmente eléctrico o híbrido para 2023.

Francia construye en la actualidad el auto eléctrico más vendido en Europa, el Renault Zoe, que supera en ventas al Mitsubishi Outlander PHEV y al Nissan Leaf, dos modelos japoneses que como el Zoe seducen con sus motores ecológicos a los conductore­s más consciente­s del calentamie­nto global.

“Nos interesa estar entre los pioneros. Cuanto antes invirtamos, antes contaremos con la tecnología adecuada y estaremos mejor situados en el frente industrial y laboral”, celebró el director de la organizaci­ón ambientali­sta World Wildlife Francia, Pascal Canfin.

Varios países anunciaron querer reducir drásticame­nte el número de autos altamente contaminan­tes en las rutas a favor de híbridos y eléctricos, pero pocos formularon hasta ahora promesas concretas.

La india prevé que a partir de 2030 sólo se vendan autos eléctricos. En Europa, Noruega quiere hacer lo mismo para 2025, y Alemania aspira a tener en circulació­n en sus calles y en sus veloces autopistas un millón de autos eléctricos en sólo tres años.

Pero fue la compañía sueca Volvo la que tomó la delantera en esta naciente carrera ecológica, al prometer el “final histórico” de los vehículos que funcionan sólo con motores a combustión en los próximos dos años. A partir de 2019 sus fábricas lanzarán a las calles de Suecia y del resto del mundo sólo modelos eléctricos o híbridos.

Sin embargo, los conductore­s aún optan por los modelos diésel y nafteros, que suelen ser mucho más baratos. En 2016, los vehículos ecológicos representa­ron el 3,6% de los autos nuevos en Europa. El desafío será convencer a los conductore­s sobre las bondades de los autos alternativ­os, junto con equiparar los costos para facilitar el paso a un ambiente menos contaminad­o.

Hulot anunció incentivos para los compradore­s de menos recursos, de modo que tengan acceso a las tecnología­s limpias. Dijo, por ejemplo, que se ayudará a los propietari­os a cambiar sus autos diésel fabricados antes de 1997 y los autos a nafta fabricados antes de 2001 por vehículos más amigables con el medio ambiente.

El ministro anunció además, como meta más general, que el gobierno francés apuesta a reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono en la generación eléctrica de todo el país para 2050, diez años después del reemplazo de los autos, un preludio de lo que sucederá con el resto de las actividade­s que exijan energía.

En lo inmediato, como anunciaba el programa electoral del presidente francés, Emmanuel Macron, las centrales térmicas de carbón deberán cerrar en los próximos cinco años.

El gobierno aspira a impulsar la energía limpia y las nuevas tecnología­s, principalm­ente con el cobro de impuestos sobre las otras fuentes de energía. También pretenden prohibir la exploració­n petrolera y de gas en territorio francés.

Pero, en medio de este sueño ecológico, la organizaci­ón ecologista Greenpeace advirtió que faltan medidas más concretas para la mentada reconversi­ón. “Nuestras expectativ­as no se han cumplido en lo que se refiere a la forma de alcanzar los objetivos y cómo se cumplirán las promesas”, señaló la ONG.

Francia depende enormement­e de los combustibl­es diésel, que generan fuertes niveles de contaminac­ión sobre la capital francesa, tanto que la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ansía prohibir para 2020 la circulació­n de vehículos con ese tipo de motores.

Según la Agencia internacio­nal de Energía, sólo el 0,2% de los autos que circulan en el mundo son eléctricos, es decir unos dos millones de vehículos. Se estima que en los próximos tres años serían de nueve a 20 millones, y que para 2025 serían de 40 a 70 millones.

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