El Gobierno difundió los regalos que reciben Awada y Antonia
Las incluyeron en el régimen de obsequios de la función pública para evitar dádivas
No hay vestidos de alta costura ni zapatos de gala, pero sí un pañuelo, una billetera y un libro. Presidencia comenzó a dar a conocer parte de los regalos que recibe Juliana Awada en calidad de “cortesía” por su rol como primera dama. Y no está sola: en Casa Rosada también decidieron difundir los obsequios que recibe Antonia Macri, la hija menor del Presidente.
El año pasado, Mauricio Macri reglamentó el régimen de obsequios y viajes financiados por terceros, una norma que busca evitar dádivas o intercambios de favores.
Según el registro de regalos que publica la Oficina Anticorrupción, Awada, registrada como “señora de Macri”, publicó hasta ahora cinco obsequios. Entre ellos figura un libro, un pañuelo, una billetera y una lámpara. En ningún caso se conoce el remitente. Desde Presidencia confirmaron a la nacion que la lista de obsequios es más larga y que restan objetos por informar.
En lo que refiere a Antonia, hasta ahora sólo se informó que recibió “una caja con pinturas al óleo y accesorios”. “Le regalan muchas cosas a la niña y vamos a empezar a informarlo”, dijeron en Casa Rosada.
Si bien Awada no es una funcionaria pública y no cobra un sueldo por su función, debe cumplir ciertos aspectos de la ley de ética pública.
La Oficina Anticorrupción determinó, entre otros puntos, que la primera dama debe adaptarse al régimen de obsequios de la función pública. Esto implica que sólo puede aceptar regalos cuando son por cortesía o por costumbre diplomática. Y si un objeto supera los $ 4000, debe pasar al patrimonio del Estado.
Ya en 1999, la ley de ética pública estableció que los funcionarios públicos no podían recibir “regalos, obsequios o donaciones en ocasión del desempaño de sus funciones”.
Pero la norma nunca se reglamentó y los regalos siguieron circulando, con episodios polémicos, como la Ferrari que el empresario italiano Máximo del Lago le obsequió a Carlos Menem, los jarrones chinos que Fernando de la Rúa recibió de una empresa española o el vuelo de cortesía con el que Amado Boudou viajó a Necochea.