Piazzolla, un talento que hay que sacar del bronce
Cuando a ciertos personajes de la historia se los lleva al bronce pierden todos sus defectos (esos que los hacían humanos) y también ciertas virtudes. los próceres patrios de los libros de colegio no son los únicos que resultaron víctimas de esa aleación de cobre y estaño. También sucede con los artistas. algunos músicos son trofeos de fanatismos exacerbados. el de astor piazzolla es uno de estos casos. un genio. Simplemente un genio indiscutido.
Y la verdad que no todo lo que ha hecho debería ser considerado una genialidad. a pesar de que la historia dice que fue discriminado por los tangueros, y un incomprendido por los de su época, grabó en la argentina y sobre todo en el exterior más que muchos tangueros. Y quizás en esa cantidad se note que ha reincidido por ciertos recorridos de su obra con mucha frecuencia. También será justo aceptar que ha creado algunas obras para instrumento solista y orquesta que están bien escritas pero no son geniales. el contraste es lo que nos permite tomar cinco, diez o quince de sus mejores obras y admirar su calidad tanto como el enormísimo talento del compositor. piazzolla hizo con el tango lo que no se podía. no porque estuviera prohibido (no le importaron las críticas más que para reafirmar sus decisiones). Hizo con el tango lo que otros no pudieron porque no se les ocurrió cómo.
disfrutar sus mejores obras es una manera de admirar a ese hombre de enorme talento y profunda inspiración. a 25 años de su muerte –se cumplieron el martes pasado– ésa puede ser una buena manera de celebrar su obra, con tantos homenajes que se vienen realizando y con todos los que hay programados hasta diciembre.