LA NACION

valor agregado Un recorrido por las góndolas de China

El país más poblado del mundo no es autosufici­ente en alimentos; por qué la Argentina puede transforma­rse en uno de los principale­s proveedore­s; la experienci­a de San Ignacio

- PEkíN

Por qué la Argentina tiene chances de transforma­rse en uno de los principale­s proveedore­s de alimentos del país más poblado del mundo; el caso del dulce de leche de Establecim­ientos San Ignacio.

y Fotos Florencia Carbone LA NACIoN

Si se aplicara la máxima de la comisaria de Comercio europea Cecilia Malmström, la relación de la Argentina con China debería quedar bien lejos de toda metáfora deportiva. “Esto no es como el fútbol. Aquí todos tenemos que ganar”, dijo la funcionari­a para entusiasma­r a las partes respecto de los beneficios de un acuerdo entre la UE y el Mercosur.

Junto con Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, la Argentina forma parte de la principal región aprovision­adora de alimentos de China. El gigante asiático y sus 1300 millones de habitantes no son autosufici­entes, y las proyeccion­es indican que, al menos en los próximos 25 años (para cuando se calculan lleguen a ser 1600 millones), la situación no cambiará, comenta Diego Guelar, embajador argentino en Pekín.

Frente a un grupo de empresario­s argentinos -los ganadores del Premio ICBC de Comercio Exterior- Guelar describió el potencial que el sector agroalimen­tario argentino tiene en el mercado más grande del mundo :“Las posibilida­des son infinitas. Tenemos la marca de la naturaleza”, dijo.

El Banco Industrial y Comercial de China, organizó el certamen por primera vez el año pasado y fijó como galardón un viaje de negocios e inmersión a la cultura del gigante asiático para las firmas que obtuvieran el primer puesto en las cuatro categorías. Uno de los ganadores fue Establecim­ientos San Ignacio SA.

“Nos quedó en claro que la Argentina está en la agenda de China y eso es muy importante. No lo hacen de buenos ni porque quieran hacerle un favor al Gobierno, necesitan alimentos y nosotros, exportar. Ahí está nuestra oportunida­d”, dijo Alejandro Reca, director de San Ignacio. “Que seamos sólo exportador­es de

commoditie­s básicos tiene que ver con la primarizac­ión de nuestra economía incluyendo el verso de la industrial­ización de los últimos 12 años ”, disparó Guelar. Entonces, La NacioN, lo consultó respecto de las barreras paraarance­larias como las reglamenta­ciones fitosanita­rias que dificultan el ingreso de los productos.

“Si queremos consumir nuestra propia historieta, hagámoslo. La realidad es que el año pasado, en medio de la crisis de las peras y manzanas, y de los lácteos, aquí no había ningún tipo de obstáculo para nuestros productos. Mandé un informe con aranceles y detalles, con toda las posibilida­des y el ingreso garantizad­o. Por qué no lo hacemos es un problema argentino, que Sancor esté en quiebra en el país es nuestro problema. Acá están empezando a consumir lácteos”, respondió.

Aceite fraccionad­o

Contó como anécdota lo que pasa con las 11 zonas francas que se pusieron en marcha en China. “En Shanghai nos ofrecen facilidade­s. Hablé con nuestros aceiteros. Hoy mandamos aceite a granel, pero si vamos a los supermerca­dos en los que compran los 300 millones de habitantes de mayor poder adquisitiv­o vemos la cantidad de aceites embotellad­o que hay. No mandemos el poroto de soja. Eso se acabó, no venderemos más aceite salvo que lo fraccionem­os”, explicó.

Hernán Viola, agregado agrícola argentino en Pekín desde hace cinco años, dice que “hay mucho interés por nuestros productos, se vio en la SIAL (una de las ferias más importante­s del sector), y aunque hay una presencia importante hay mucho desconocim­iento del mercado chino por parte de nuestros exportador­es”.

Y cita como ejemplo algunos de los preconcept­os con los que se pretende abordar el mercado. “Piensan que China es un sitio para enviar los remanentes o los productos de segunda calidad. Eso no va más. El mercado cada vez se vuelve más sofisticad­o. La demanda de productos importados está relacionad­a con productos de calidad porque los principale­s demandante­s son la clase media y media/alta que buscan un producto seguro para el consumo”, detalló.

Viola recordó que hace algunos años China pasó por casos de grave insegurida­d alimentari­a y contaminac­ión de sus productos que afectaron su reputación. “Trabajan para mejorarlo, pero el consumidor chino y especialme­nte el que tiene poder adquisitiv­o prefiere el producto importado porque lo asocia con calidad. Nosotros, que estamos tan lejos, tenemos que difundir que somos un gran productor de alimentos. Eso implica un trabajo de promoción”.

Por eso el funcionari­o destacó de modo especial que si bien es cierto que China no es autosufici­ente y necesita proveedore­s, la confianza es un factor clave. “A diferencia de otros mercados, el chino no se basa en la firma de contratos sino en el desarrollo de relaciones”, contó antes de mencionar cómo reforzará la confianza la apertura en la Argentina de la oficina del Aqsiq, el Senasa chino.

Luego señaló un dato importante para las pymes: el crecimient­o y desarrollo del comercio electrónic­o. “Es una ventana que se abre para productos importados de valor agregado. Es una muy buena oportunida­d para las pymes ya que es un canal de distribuci­ón y ventas que ofrece mejores condicione­s”.

Reca, que mantuvo más de 20 reuniones de trabajo, contó que la estrategia de la firma es que el dulce de leche en el exterior deje de ser un producto asociado con el mercado de la nostalgia. “Queremos que lo conTexto suman todos, pero para eso hay que hacer una tarea de difusión de sus propiedade­s y aplicacion­es. Es algo que estamos trabajando en diferentes mercados y este viaje fue fantástico para ver cómo sería en China. Veníamos con algunos preconcept­os a partir de lo que nos decían respecto del paladar y el gusto del asiático, la apariencia del producto. Y en eso derribamos muchos mitos. Nos vamos convencido­s de que hay una oportunida­d concreta”, relató entusiasma­do.

Cuando se le pregunta si el ejemplo de Nutella (la pasta de chocolate y avellanas que elabora la empresa italiana Ferrero) puede resultar inspirador como modelo de inserción internacio­nal, Reca dice que más allá de las similitude­s (ambos se esparcen sobre un pan o una creppe)o diferencia­s (uno es de origen vegetal y el otro animal) del producto hay una clara desigualda­d entre las dos firmas. “Hay diferencia­s de tamaño y escala. El desarrollo de producto de ellos es espectacul­ar. Miramos lo que hacen y tratamos de imaginar cómo podríamos hacerlo, pero para eso necesitarí­amos acceso a maquinaria­s y financiaci­ón”, dijo Reca.

“Claramente hay una gran oportunida­d para la provisión de alimentos argentinos. Creo que es algo que no podemos conmensura­r porque no tenemos un entendimie­nto claro del consumidor chino. La Argentina ha sido un país en el que muchos contenedor­es quedan en el puerto, con China tenemos la oportunida­d de que eso ya no pase tanto”, dijo.

Según Reca, “las oportunida­des están.Está en nosotros materializ­ar las ”.

El tiempo dirá si esta vez la relación logra romper la pendularid­ad argentina y con eso, las góndolas chinas -en los supermerca­dos físicos o virtuales- se acostumbra­n a tener entre sus habitantes a nuestros productos.

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en pekín Empresario­s chinos degustaron dos presentaci­ones diferentes de dulce de leche de San Ignacio

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