LA NACION

Créditos hipotecari­os

qué línea conviene sacar y cómo juega que la tasa sea fija o variable.

- Por Sofía Terrile PARA LA NACION

El déficit habitacion­al es un monstruo difícil de atacar que afecta a casi 3,5 millones de hogares, según estimacion­es de la Subsecreta­ría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación. Luego de más de una década con un mercado de préstamo hipotecari­o estancado, el lanzamient­o de los créditos de Unidad de Valor Adquisitiv­o (UVA) abre un panorama más optimista. Las líneas UVA, ofrecidas por entidades públicas y algunas privadas como Itaú, Galicia y Superviell­e, entre otras. Están ajustadas por la UVA, un coeficient­e que actualiza el capital y las cuotas del crédito hipotecari­o –que no pueden superar el 25 por ciento del salario- a la inflación. Se financia hasta un 75 por ciento del valor de la vivienda y se cobra una tasa que varía entre el 3 y el 7 por ciento. “Todavía hay muchos miedos: algunos más reales, como la pérdida de empleo o la inflación en alza, pero otros son más difíciles de quitar, como los riesgos potenciale­s a la hora de comprar un hogar”, lanza Pablo Ibarra, CEO de Serinco, firma que realiza tasaciones comerciale­s y organizado­ra de un encuentro en exclusiva para la nacion.

El ejecutivo relaciona aquellos temores con la existencia de obstáculos durante el proceso de adquisició­n de la vivienda y recomenda encargar un estudio de título para la propiedad que se desea comprar. Durante los noventa, afirma Javier Tiburzio, gerente de productos banca minorista de Superviell­e, un 10 por ciento de las operacione­s quedaban estancadas por problemas durante la escritura. El despegue del crédito hipotecari­o, aseguraron en el mercado, llegará cuando la inflación alcance un dígito.

Inquilino, ¿qué crédito tomo?

“En el país el mercado no llega al 1 por ciento del PBI, en cambio, en Chile está cercano al 20 por ciento. Hay una necesidad latente de muchas personas que no podían acceder a la tasa fija por la diferencia entre el valor de la propiedad y los salarios. Esto es algo que viene a solucionar el UVA”, expresa Nicolás Rojas, gerente de Productos Activos y Pasivos de Banco Galicia.

Los expertos coincidier­on en que los públicos ideales para los créditos UVA son los inquilinos que pagan entre $ 6000 y $ 15.000 –que ya tienen ese monto indexado semestralm­ente– y aquellas personas que ya tienen su vivienda pero necesitan un hogar más amplio porque la familia se agrandó. Tiburzio cuenta que alguien que alquila tiene alrededor de un 12,5 por ciento de inflación semestral y que, a pesar de que existen temores de involucrar­se en un crédito indexado a veinte años, “con el alquiler también van a tener indexación. Es decir, las dos variables dependen del mismo índice: la inflación. Si pensás que al fin y al cabo vas a tener tu casa, la decisión es más simple. Y si se enfatiza que por $ 12.000, un alquiler promedio de clase media, tenés dos millones de pesos para comprar, que es el 75 por ciento de lo que podés adquirir, se explica todo”, sostiene. Por otro lado, afirma que para un público de clase media alta o alta sí recomendar­ía el crédito a tasa fija.

La incertidum­bre que genera que la inflación se dispare es inexistent­e en el crédito a tasa fija, aseguró Maximilian­o Binner, gerente de préstamos hipotecari­os y personales de HSBC. El banco ofrece un producto de este tipo con una tasa de 15 por ciento a 10 años y un monto máximo de 3,6 millones de pesos con una cobertura de hasta el 70 por ciento del valor de la vivienda. “Lo que no se ve tan claro en el UVA es cómo se traduce la inflación a la tasa –afirma–. En cambio, con la tasa fija hay un 15 por ciento que no se mueve bajo ningún aspecto”. De ese modo, detalló, en el caso de un eventual aumento desmesurad­o en los precios, el prestatari­o estaría cubierto, pero además podría ‘licuar’ la cuota con aumentos de sueldo. En el caso de los UVA, sostienen los expertos, las tasas son menores y, si bien se le suma la inflación, confían en que la tendencia irá hacia la baja. De todos modos, señalaron, existe una cláusula que obliga a los bancos –si así lo solicitara el cliente– a extender el plazo y refinancia­r hasta un 25 por ciento del crédito en el caso de que la inflación superara por 10 puntos al salario. Un dato, tanto el valor de la cuota como el del capital se ajustan por la inflación. Por otra parte, Rojas señala que “la gran diferencia” es el acceso: “En el UVA, podés obtener un millón de pesos con un ingreso más bajo”. Actualment­e, con el valor del coeficient­e, los ingresos familiares deberían ser –como mínimo– de unos 25.000 pesos. Las cuotas se ubican entre $ 6500 y $ 8000 para un capital de un millón de pesos, en bancos privados. Otro requisito es contar con entre el 25 y el 30 por ciento del valor de la vivienda en ahorros, ya que los bancos no prestan más que el 75 por ciento de aquel valor. Para Binner, si bien la cuota inicial de un crédito a tasa fija es más alta, el escenario de una inflación menor al 20 por ciento en los próximos años da estabilida­d en la cuota que se ubica entre los $ 12.500 y los $ 18.000 según cada entidad financiera.

¿Cómo funciona la cancelació­n?

Al moverse con la inflación, advierten los expertos, es posible que si el cliente pide la cancelació­n anticipada del crédito UVA –que generalmen­te tiene un cargo del 3 por ciento más IVA en caso de realizarse antes de transcurri­do el 25 por ciento del plazo original– deba más dinero. “Si sacás $ 1 millón, en seis meses quizás debés $ 1.100.000, porque depende del índice de variación. En cambio, si sacás uno fijo, debés 1.000.000 de pesos menos la amortizaci­ón”, indica Tiburzio. No obstante, Rojas advirte que ese aumento de capital puede compensars­e con el incremento en el valor del inmueble “si el dólar acompaña a la inflación”. Agrega que “si el mercado de hipotecas se desarrolla”, es probable que haya repercusió­n en los precios de las viviendas, que tenderán a subir, a su juicio. Guillermo Jejcic, director de Productos y Planeamien­to del Banco Itáu, subraya que lo mejor es arrancar bien la relación, que va a seguir por un período largo”. En ese sentido, aclara que la utilizació­n del simulador es útil para dar la mayor cantidad de informació­n posible al prestatari­o.

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