Ramón Lanús: “Condicionamos la venta de tierras a que se desarrollen”
El titular de AABE aclara que evitar la especulación inmobiliaria es prioridad en la decisión de subastar los terrenos del Estado
La Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) –ex ONABE– tiene la tutela de los terrenos y propiedades fiscales y trabaja en diversas líneas que van desde la modernización de oficinas y la preservación del patrimonio nacional hasta la subasta de terrenos. Bajo el gobierno de Mauricio Macri su titular ramón lanús puso en acción un plan que apunta a relevar los espacios y saber en qué condiciones se encuentran. “Cuando llegamos había 19.000 inmuebles registrados y hoy hay más 50.000. Es fundamental saber cuáles son los inmuebles que tiene el Estado Nacional y qué usos se les da”, señala. El primer paso para lograrlo fue desarrollar un nuevo sistema, una plataforma digital que unifica la información sobre los bienes en todo el territorio.
¿Cuáles son los inmuebles del Estado?
Van desde un taller ferroviario en Mendoza hasta oficinas en diferentes puntos de la ciudad de Buenos Aires. Algo que estamos impulsando es el aporte de tierras para el desarrollo urbano de los municipios. Muchas veces, sobre todo en ciudades del interior del país, encontramos inmuebles de mucho valor estratégico y urbanístico. En estos casos trabajamos con los intendentes y con la comunidad local de arquitectos para tratar de incorporarlos a las necesidades de la ciudad. Por ejemplo.
En Mendoza hay veinticuatro hectáreas en el centro de la ciudad que se usan como talleres ferroviarios de trenes de carga. Probablemente esa zona se urbanizó luego de su creación y no era el centro de la ciudad. Hoy estamos planteando la relocalización del taller ferroviario, porque una de nuestras apuestas es la puesta en valor de los trenes de carga, pero fuera de la ciudad. ¿Es posible promover el desarrollo de viviendas desde la agencia?
Estamos fortaleciendo mucho la participación de AABE en el Procrear. Ofrecemos tierras del Estado para levantar viviendas a través de un mecanismo que se da en el sector privado, que es el canje por metros. El Estado aporta la tierra y recibe unidades terminadas como pago.En rosario firmamos un contrato por 500 viviendas, también en Santa Fe, Paraná y Bariloche por nombrar algunas. ¿Cómo definen qué subastar?
En el proceso de inventariar nos encontramos con inmuebles que nosotros creemos que hoy no prestan un servicio, o son caros de mantener, o no tienen un sentido para los bienes públicos que el gobierno nacional tiene que prestar. En ese caso, los vendemos. ¿Podría mencionar algunos?
El de un departamento en la calle Corrientes de setenta metros cuadrados que no sirve para una oficina estatal, porque estamos apuntando a centralizar las oficinas y para eso necesitamos mayores dimensiones. Otro caso, a principio de
año, subastamos unas canchitas de futbol que había en Núñez. Por el alquiler de esas canchitas el Estado cobraba un alquiler cercano a los $ 100.000 por mes. Por la venta de esa tierra le ingresaron US$ 42 millones. Pero al margen del dinero que el Estado recibió por la venta, por cada peso que pagaron por el terreno, luego el sector privado realizará una inversión tres o cuatro veces mayor. El Estado vende y recauda...
Claro, a través de los impuestos directos e indirectos. Pero además, condicionamos la venta al desarrollo, para evitar la especulación inmobiliaria, porque nos interesa que se genere empleo. A muchos de los inmuebles les ponemos una cláusula en la cual obligamos a la contraparte a que en un determinado plazo desarrolle la tierra. Si no la trabajan, el inmueble vuelve al Estado. Hasta ahora se recaudaron casi US$ 100 millones por la venta de menos de diez propiedades. De los más de 50.000 inmuebles que tenemos registrados y está autorizada la venta de menos de cien. El foco son las economías regionales. Trabajamos en una subasta en un proyecto en Ordoñez, en Córdoba, con un campo de 8000 hectáreas de explotación agropecuaria, que será ofrecido para que accedan los pequeños y medianos productores de la zona, y para evitar la concentración no dejamos a nadie comprar más de dos lotes. En la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, trabajamos con el proyecto Paseo del Bajo; allí se generó la posibilidad de crear espacios de oficina y de vivienda y vamos a subastar tierra en Catalinas Norte. También hay un terreno en Puerto Madero, y otro en las Cañitas, en una manzana detrás de las canchas de polo.