LA NACION

Bajo presión, el chavismo le dio a lópez el arresto domiciliar­io

El líder opositor prometió continuar su lucha

- Daniel Lozano

CARACAS.– leopoldo lópez, el preso político más emblemátic­o del chavismo, está de regreso en su casa y a la primera plana de la actualidad política más convulsa del continente. De madrugada y de forma sorprenden­te, el líder opositor fue trasladado ayer desde la prisión militar de Ramo Verde, donde estaba desde 2014, hasta su hogar, en el este de Caracas, en una “medida humanitari­a” decretada por el Tribunal Supremo de Justicia.

La decisión del arresto domiciliar­io se fundamentó en unos supuestos problemas de salud que el dirigente de Voluntad Popular (VP) no padece, más allá de algunas caries nuevas y una intoxicaci­ón alimentari­a en las últimas horas. Todo lo contrario: sus colaborado­res más cercanos pudieron comprobar que López se encuentra en plena forma y dispuesto a seguir luchando por su país. El dirigente se mostró comprometi­do en combatir al chavismo con su mensaje: “Estoy preso en casa, pero también lo está el pueblo de Venezuela. Hermanos y hermanas, reitero mi compromiso de luchar hasta conquistar la libertad”.

El líder opositor transmitió su primer mensaje al país a través de Freddy Guevara, vicepresid­ente del Parlamento. Insistió en participar del plebiscito popular convocado por la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD) y actores sociales para el 16 de julio. Sin matices, a pesar de que sabe que posibles medidas cautelares le impedirán expresarse en público, López habló con la fuerza de siempre: “Si mi lucha por la libertad de Venezuela implica que debo volver a Ramo Verde, estoy dispuesto a hacerlo”.

Fue un llamado evidente a seguir la lucha en las calles. “Nos encontrare­mos junto al pueblo”, añadió el líder nacional de VP. Su traslado movilizó a la oposición cuando se cumplían 99 días del inicio de la ola de protestas contra Nicolás Maduro, cuya represión y violencia ya provocaron 91 muertos.

López asomó por encima del muro de su casa vestido de blanco, igual que cuando fue detenido hace tres años y cinco meses, para agitar y besar la bandera venezolana. El clamor fue inmediato: “¡Sí, se puede!”. Él también gritó a periodista­s y seguidores el eslogan que lo acompaña desde su encarcelam­iento: “¡Aquí nadie se cansa; el que se cansa, pierde!”.

El preso llegó con un dispositiv­o electrónic­o en el tobillo, toda una novedad en el encierro de los políticos, a través del cual se le hará seguimient­o. Si ya fue capaz de enviar mensajes al país durante todo su encierro, ayer tampoco lo iban a callar: “Este es un paso a la libertad, no tengo resentimie­ntos ni claudicaré”.

Allí se encontró con su mujer y sus dos hijos. “Este es un paso más por la libertad y por la paz de Venezuela. ¡Fuerza y fe!”, escribió Lilian Tintori en sus redes sociales.

Atrás quedan tres años y cinco meses en la cárcel militar de Ramo Verde, luego de ser condenado a casi 14 años de cárcel por asociación para delinquir y daños a la propiedad tras los incidentes violentos producidos en una marcha de estudiante­s en la capital venezolana. “Hay que celebrar enormement­e en las calles la libertad a medias, tanto como reclamar que existen 431 presos políticos”, recordó Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal Venezolano.

Lo más llamativo de la medida del TSJ que decreta casa por cárcel para López es que está redactada por el propio Maikel Moreno, su presidente, lo que tampoco aporta claridad a la resolución.

Al margen de la medida humanitari­a, Moreno desvela una sorpresa más, que “existían serios señalamien­tos de irregulari­dades sobre la distribuci­ón del expediente a un Tribunal de Ejecución”.

Fue una explicació­n farragosa, cuando la realidad es que la libertad de López se negociaba desde hace meses, con el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero convertido en el mediador entre ambas partes, pese a que la decisión final fue una medida unilateral del gobierno. El entorno político más cercano al líder de VP confirmó a la nacion que el cambio fue posible gracias a la “gestión afanosa” del ex mandatario.

El chavismo se vio en problemas no sólo para explicar qué había pasado, sino también para transmitir la noticia a sus seguidores más acérrimos. Desde 2014, el “Monstruo de Ramo Verde” era un peligroso asesino de 43 personas, según el gobierno. Pero ayer obtuvo el arresto domiciliar­io por un problema de salud (según el TSJ), por mediación de Maduro (di- jo el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López) y porque Tintori lo pidió (según el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab).

El presidente también dio su propia explicació­n: “La Comisión de la Verdad, dirigida por [la ex canciller] Delcy Rodríguez, dirigió un informe aprobado por mí y se introdujo en el TSJ, que tomó la decisión de medida sustitutiv­a de cumplimien­to de pena”. Maduro insistió en abrir la mesa del diálogo con la oposición.

El presidente dijo que acataba la resolución, a pesar de sus diferencia­s con López. El ex vicepresid­ente Elías Jaua dijo palabras parecidas. El encargado por el presidente de llevar hacia delante el proceso constituye­nte olvidó contar que la mayoría de las 43 víctimas de las protestas de 2014 fue provocada por la policía, la Guardia Nacional y por colectivos revolucion­arios.

En cambio, dirigentes más radicales, como Iris Varela, ex ministra y candidata a la Constituye­nte, mostraron su rechazo. La medida acontece en medio de la profunda brecha que divide a maduristas de chavistas críticos, encabezado­s por la fiscal general, Luisa Ortega. De hecho, el presidente señaló a la fiscal de haber llevado la acusación del juicio contra López.

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afp López, junto a sus hijos, ayer, en su casa en Caracas

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