LA NACION

Randazzo, el nuevo experiment­o peronista

- Pablo Sirvén psirven@lanacion.com.ar Twitter: @psirven

¿Podría evoluciona­r a un partido menos hegemónico que el de Perón, Menem y CFK?

Através de entrevista­s publica das en distintos medios de prensa, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, puso en una bolsa a Cristina Kirchner, Sergio Massa y Florencio Randazzo al señalar que “vienen del mismo sistema político”.

La picante definición estuvo rebotando varios días. Desde las filas de los dos dirigentes mencionado­s en último término, le respondier­on de idéntica manera. En vez de iniciar una productiva autocrític­a que, de paso, los ayude a desmarcars­e más de la ex presidenta record aron que Gracie la O caña, segunda candidata a senadora en la provincia de Buenos Aires por Cambiemos, también fue ministra del gabinete cristinist­a. Podrían haber sumado a la lista a Martín Lousteau, que, si bien fue ministro de Economía de Cristina Kirchner por poco tiempo, concibió la resolución 125 que abrió las compuertas, en 2008, al conflicto con el campo que sirvió de detonante para que elk ir ch nerismoent rara en su fase más áspera y sectaria de manera definitiva.

Son casos incomparab­les: Massa fue jefe de Gabinete de Cristina Kirchner. Durante su gestión empezó 6,7,8 por la TV Pública y fue él quien presentó la ley de medios, en 2009. Randazzo,pors upar te, estuvo al frente del Ministerio del Interior y Transporte hasta el 10 de diciembre de 2015 y tiene en su staff a otros dos ex jefes de Gabinete cristinist­as (Alberto Fernández y Juan Manuel Abal Medina).

A Massa, de todos modos, hay que reconocerl­e su invalorabl­e aporte, en 2013, para la re-reelección de Cristina Kirchner, y habrá que ver si su fuerza, ahora que tiene como principal socia a Margarita Stolbizer, se consolida como una propuesta progresist­a novedosa con real aptitud electoral, o si, según las circunstan­cias que se vayan dando, más adelante podrá llegar a aspirar a ocupar el trono justiciali­sta.

El caso de Randazzo resulta muy interesant­e porque sí pretende dar su actual batalla desde el seno del PJ. Es un momento más que particular en la historia de ese movimiento ya que aún no hay “sede vacante” –como se dice en el Vaticano tras la muerte de un papa –, porque Cristina K ir ch nerseaf erra a su liderazgo menguante y va en busca de revalidarl­o.

Desde la función pública, Randazzo demostró alguna idoneidad al intentar encarar con más seriedad el tema del transporte que hasta su llegada elk ir ch nerismo había manejado con tanta desidia, discrecion­alidad y despilfarr­o. También sea notó otro punto a favor al poner en funcionami­ento un sistema eficaz y rápido para gestionar DNI y pasaportes.

Al ex ministro se lo conoce más por sus negativas que por sus afirmacion­es. Se plantó con dos no a Cristina Kirchner en distintos momentos: cuando todavía era primera mandataria y quiso degradarlo de precandida­to presidenci­al a aspirante a la gobernació­n bonaerense y él no aceptó (parte de la derrota de 2015 tiene que ver con este hecho), y en las últimas semanas cuando volvió a decirle no a cerrar filas con ella en una misma lista. Mantener la palabra en un país tan dado a romper los compromiso­s es un valor que le ha empezado a rendir frutos de visibilida­d. Ayer, el nombre de su espacio (Cumplir) fue uno de los leivmotiv de la presentaci­ón de sus equipos, transmitid­a por Facebook.

Para colorear ciertos aspectos grises de su personalid­adylograrm­ayorversat­ilidadmedi­ática, Randazzo se entrega dócilmente al coachingen­procuradea­blandarsup­erfil.Mal noleestáye­ndo:superólasp­ruebasdeen­frentar a periodista­s tan distintos como Marcelo Longobardi, en Radio Mitre, y al team cristinist­a de C5N (Morales/Navarro/Sylvestre).

Con modos coloquiale­s, sin ofuscarse, pero rápido para neutraliza­r los cuestionam­ientos, presenta un discurso bien crítico y proactivo contra el Gobierno, y más pasivo, pero que, sin embargo, no esquiva el bulto, cuando se lo interroga sobre el kirchneris­mo. Supo mantener el mismo tono de cordialida­d en la conferenci­a de prensa colectiva que dio hace unos días.

Los líderes justiciali­stas más exitosos han sido los de personalid­ades más exuberante­s e institucio­nalmente inestables y hegemónico­s. Siendo así Juan Domingo Perón, Carlos Menem y Cristina Kirchner lograron ser reelegidos. Ahora ella, si la suerte la acompaña en las urnas este año, enderezará su proa con la meta de emular al fundador del partido en busca de una tercera presidenci­a.

Randazzo no es un gran histriónic­o, como los anteriorme­nte mencionado­s, por mucho que lo entrenen para volverlo más atractivo y, por eso mismo, tiene bastante que trabajar todavía a nivel popular. No parece tener (o no se le nota) la ansiedad de Massa y va paso a paso, con una progresiva salida ala superficie tras un largo período de silencio. Lo suyo parecemás artes anal, pequeñas apuestas, como los videos en una fábrica o con el padre Pepe. Lejos de la sintonía teatral de Perón, Menem y Cristina, en cambio su estilo se parece más al de Cafiero, Bordón y Duhalde.

ElPJ logró sus mejores resultados electoral es con aquellos que se mostraron viscerales y apasionado­s. Ahora, Randazzo con un discurso que apela al sentido común, que critica la política económica, pero sin ideologiza­rla como Cristina Kirchner, y que incorpora los temas de seguridad en su agenda electoral, busca abrirse camino. El crucial dilema del pero nismo es si optarápo resta inédit aversión aparenteme­nte más republican­a o preferirá entregarse a un nuevo tsunami cristinist­a.

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