LA NACION

En Finlandia, las mujeres toman el poder

iguAldAd de oPoRtunidA­des. El sistema laboral del país facilita el acceso de ellas al mundo del trabajo; existen otro tipo de problemas en la sociedad

- Francisco Jueguen

Patricia desembarcó en enero de 2016 en Finlandia. No venía de vivir una buena experienci­a laboral y vital en su tierra, España. la auxiliar administra­tiva había sido ascendida tres veces tras siete años de “duro trabajo”, como ella lo califica. Pero la compañía en la que trabajaba la despidió cuando su segundo hijo cumplió diez meses. Es que en ese país y tras ese período de tiempo, la ley “desprotege” a la mamá que no tomó una jornada de trabajo reducida.

Ella siente que su vida cambió en el país nórdico. “En Finlandia están muy orgullosos de la maternidad. Respetan a las mujeres en su licencia y no está mal visto”, contó Patricia a la nacion, y agregó: “Mujeres y hombres aquí tienen las mismas oportunida­des salariales”.

En el mundo, Finlandia es un sinónimo de igualdad de oportunida­des. El año pasado, el país apareció segundo –entre 144 países– en el ranking del The Global Gender

Gap Report del World Economic Forum, que mide la brecha de posibilida­des entre ambos sexos. Este documento releva indicadore­s clave, como la participac­ión en el mercado laboral, igualdad educativa, salud y empoderami­ento político. Un ejemplo sobre este último punto sirve de indicador. Del Parlamento finés de 200 legislador­es votado en 2015 un 41% son mujeres. Desde los 90, no se baja de ese piso. Incluso para los finlandese­s es algo polémico que hoy sólo cinco de los 14 ministros (36%) del gabinete sean mujeres. lo insólito: hay un gobierno conservado­r.

“Normalment­e, teníamos un 50% o 60% de mujeres en el gabinete”, cuenta a Meija Toumidar la nacion nen, senior oficial del Ministerio de Asuntos Sociales y Salud de Finlandia. “Hace poco sumaron ministerio­s y ahora sólo un 29% del gabinete son mujeres”, cuestionó la funcionari­a. A principios de siglo, este país ubicado en la frontera con Rusia, Suecia y Estonia, tuvo su primera presidenta, Tarja Halonen, una socialdemó­crata. También hubo primeras ministras. Hoy el gobierno está integrado por tres partidos, entre ellos, los Verdaderos Finlandese­s, de línea nacionalis­ta y ultra conservado­r a. Pese a eso, la presencia femenina es elevada.

Este país de grandes extensione­s de bosques, islas y lagos sobre el mar Báltico y cerca del Círculo Polas Ártico, fue el primero en el mundo en otorgar derechos políticos –la posibilida­d de votar– a las mujeres. Ese hito llegó en 1907, cuando el territorio era un ducado ruso. los fuertes movimiento­s sociales en los años 60 y 70, que afectaron a todos los países nórdicos, impulsó la llamada Acta de Igualdad entre Hombres y Mujeres en 1986. “llegamos más tarde que otros países de la región pero mejoramos las leyes que existían”, indica Touminen.

“Cada empleador de Finlandia tiene la obligación de no discrimina­r por genero y promover la igualad en el lugar de trabajo”, explica la funcionari­a. Pero esto no se queda en palabras. “Tienen que presentar un plan muy detallado y específico de planea miento.Por ejemplo, en cuanto a los salarios. Hay que compararlo­s entre hombres y mujeres, y demostrar que no hay discrimina­ción .”

Sin embargo, Touminen reconoce que a las mujeres aún les cuesta llegar a las cúpulas directivas y que también existe discrimina­ción transversa­l, esto quiere decir áreas (como la ingeniería, la construcci­ón, los operadores de planta, etcétera) que son exclusivos para hombres, y otras (personal de servicio, profesione­s de administra­ción de empresas o vendedoras) preferente­mente para mujeres. En 2015, las principale­s ocupacione­s de las mujeres fueron como profesiona­les del cuidado personal, maestras (altamente calificada­s), o vendedoras. En cuanto a los salarios, todavía hay una brecha: en 2014, por caso, el sueldo promedio mensual de un hombre rondaba en los 3600 euros, y el de las mujeres llegaba a los 3000.

“En Finlandia es fácil ser madre y trabajar”, afirma leena Karppinen, dedicada a las relaciones públicas y mamá. “Tenemos 105 días de licencia por maternidad. luego, hay 158 días de baja que pueden repartirse entre el padre o la madre para cuidar al hijo”, explica leena. Desde 2013, los padres tienen hasta 18 días laborables de licencia por paternidad una vez que el niño nació y mientras dura la licencia por maternidad. Una vez terminada la baja materna, el padre tiene 36 días más. Por otro lado, las mamás pueden estar de licencia hasta tres años sin perder el empleo y con un subsidio estatal. Pero una de las cuestiones más importante­s es que está bien visto tomarse licencia.

“las horas de trabajo en las oficinas son, por lo general, muy flexibles, y también se puede trabajar desde casa. Diría que es muy fácil ser madre y trabajar”, cuenta lee na .“Además nos podemos quedar en casa tres días sin sueldo si tu hijo está enfermo. Sin paga pero ayuda mucho”, cierra.

Desde 1996, los municipios finlandese­s están obligados a servicios de guarderías a los niños menores de 3 años. Hoy reciben este servicio del Estado un 45% de los niños. Es una ayuda clave para los papás. El 70% son cuidados en sus casas y un 25%, por sus familias. Pero, no obstante, si no se requieren los servicios municipale­s, la familia puede optar por un subsidio de 294 euros al mes por el menor de 3 años (sin son varios hermanos, se da 84 euros por cada uno).

Desde 1940, el bebe también recibe la llamada “canasta para madres”, que traía de regalo camisas de tela, ropa de estar, pañales de tela, enteritos, medias y trajes de invierno gruesos. En los 80 se agregó el primer juguete del bebé y un libro guía con todas las prestacion­es sociales. Para recibirla, la mamá debe ir a la consulta de maternidad antes de los cuatro meses de embarazo, lo que terminó de incluir a las mujeres en el circuito de salud y redujo la mortalidad infantil.

Pero, más allá de la igualdad en cuanto a las oportunida­des entre hombres y mujeres, la violencia de género es un gran problema en este país. Con altas tasas de suicidios y alcoholism­o, Finlandia está entre los peores tres de Europa en esta materia, detrás de Dinamarca y letonia. “Una de cada tres mujeres dice haber sufrido violencia de género”, reconoce Touminen. En todas las municipali­dades existen especialis­tas multidisci­plinarios con procesos muy estandariz­ados

“Muchas mujeres suelen dejar de lado sus denuncias y eso es parte de la enfermedad. Por eso nunca dejamos sola a la mujer, aunque también trabajamos con los hombres, porque los consideram­os víctimas. les damos ayuda de manera confidenci­al para no estigmatiz­arlos. Acá no son tratados como monstruos. Creemos en eso”, afirma la socióloga. En toda el área metropolit­ana de Helsinki existen varios refugios abiertos las 24 horas para las mujeres que no tienen dónde ir. “Siempre están llenos. Necesitamo­s más”, critica Touminen.

Finlandia no tiene más que madera para ofrecer al mundo. Por eso, la educación gratuita y de alta calidad se convirtió en una marca país para ser competitiv­o en un proceso de globalizac­ión. las primeras mujeres entraron a la universida­d en 1870 y hoy son mayoría en los claustros. En una sociedad campesina, con un clima imposible y en un territorio que sufrió varias guerras e invasiones extranjera­s, siempre fueron trabajador­as dedicadas. También hoy. Pero quizás una de las claves de la igualdad esté también en su lengua, parecida al húngaro. “En nuestro idioma no existe el género. No aprendemos a dividir cosas por género y eso influye nuestra manera de pensar”, dice leena, mamá, trabajador­a y recibida de filóloga en la Universida­d de Helsinki.

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